AMA veces hay que salir de la legalidad para valorizar el derecho.
Luis Napoleón
Me permito llamar aporía constitucional el proceso que postula un laberinto en la secuencia forzosa que conoce el forcejeo entre la Asamblea Nacional, el Ejecutivo y la Sala Constitucional del TSJ. Se trata de una dinámica compleja en la que el ente legislativo pretende validar la normativa constitucional y en el ejercicio, hacer leyes y controlar. Paralelamente; el presidente Maduro sistemáticamente reacciona virulento y negado a admitir esa mecánica que lo sujetaría y limitaría. La SC acude al escenario para anular de su fuerza institucional a la Asamblea y sostener el contumaz desplante del Ejecutivo que transita reacio el camino del abuso. Para ello, la SC usurpa la AN y, más aún, el mismísimo poder constituyente que dice interpretar de manera cuasi auténtica.
Ese teatro institucional, pernicioso para la República es el resultado de un trance mecanizado, de desconstitucionalización que el cinismo de Hugo Chávez echó a andar desde su arribo al poder, con la mascarada de la convocatoria de una Asamblea Nacional constituyente y la aprobación de un texto que, de ser presentado como la mejor constitución del mundo, pasó en pocos años a ser objeto de una reforma y derrotada la intentona en diciembre de 2007 por el voto popular y soberano, del desconocimiento regular y sistemático de los contenidos y orientaciones estratégicas que obran en el interior del instrumento, para fraguar el socialismo del siglo XXI, último desvarío del orate de Sabaneta. Maduro continuó la labor y, cual genuino epígono, se dedicó a gobernar eludiendo sus deberes y desviándose, excediéndose, abusando de su condición de jefe de Estado, jefe del gobierno y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
El drama, sin embargo, se cumplió con la suprema traición perpetrada por el chamán y los espalderos devenidos en altos dignatarios públicos y me refiero a la inoculación en el torrente de las instituciones públicas del virus del personalismo inficionándolas de ideologismos además y contaminándolas deletéreamente. En el esfuerzo; la nación perdió décadas de esfuerzo por construir una república, proyecto añejo y siempre inconcluso y redescubrió la división, la segregación, la marginación, la discriminación y el gusto mórbido por el caudillismo decimonónico. El gobierno arrancó al Estado sus FAN, las corrompió y convirtió en guardia pretoriana, comprándole el alma y asociándola al saqueo impenitente al que se sometió sus finanzas públicas.
El maestro Ferrajoli precisó que “el poder tiene tendencia a acumularse y lo que es más a librarse del derecho” y Venezuela regresó a su pasado de cinismo y concupiscencia de mano de un militar dotado de recursos demagógicos abundantes y suficientemente ignaro para arruinar en su delirio al país, entre vítores inconscientes del populacho, consumando, por cierto, un auténtico asalto de la mediocridad.
Declarar el abandono del cargo obra en la competencia de la AN que debió hacerlo hace ya tiempo. ¿No somos todos testigos de los incumplimientos de Maduro? En el manejo de las finanzas públicas, y para evadir los controles y despilfarrar y desviar centenares de miles de millones de dólares, le han metido 17 modificaciones a la Ley Orgánica de la Administración Financiera del sector Público, destruyendo la industria petrolera y enajenando nuestros haberes en erráticas políticas e insulsas inversiones para favorecer a Cuba. ¿Es eso lo que debe hacer el presidente de la República?
Maduro no cumplió ni hizo cumplir la Constitución como se lo manda la mismísima Constitución y ahora pretende victimizarse y presentarse como el garante de la Constitución y su defensor. Sabemos que no cumplió y en la omisión o en la transgresión de la gestión pendiente legitimó la concluyente declaratoria de la AN… ¡Es justicia!
Nelson Chitty La Roche
