«Compromiso de lucha»
diciembre 3, 2013 7:28 am

Hacer política en Venezuela desde la acera de la oposición, es sin duda una tarea ardua, que amerita mucho trabajo y una enorme vocación. Pero además requiere como condición sine qua non una profunda fe en nuestro país y en su gente.

 

Mi país ha sufrido 15 años de atraso y oscurantismo, 15 años de abandono por parte de quienes hoy se encuentran en el poder -este no es el mismo Gobierno de hace una década, pero sí es el Gobierno de los mismos-. Durante este tiempo, mientras hemos visto crecer y desarrollarse a mi amada América Latina, hemos visto también retroceder a mi patria. La realidad es que la pobreza es lo único que avanza en Venezuela.

 

En nuestros recorridos por el país tocamos de cerca la pobreza, esa que te duele en el corazón, esa que aún tiene viviendas con techos de asbesto o de desechos de lona publicitaria y paredes de lata o cartón. Esa pobreza de niñitos descamisados y descalzos que corren entre las calles de tierra y pantano, aguantando la intemperie solo con su piel.

 

En esta oportunidad el recorrido por mi país se ha debido al acompañamiento que hemos hecho los dirigentes nacionales a nuestros líderes locales que se encuentran en campaña para los comicios del próximo domingo 8 de diciembre. Lo hacemos con precariedad, pero con mucha pasión. El Gobierno de Maduro ha prohibido los vuelos donde viaja nuestro líder nacional Henrique Capriles, sus grupos de choque han incendiado los autobuses donde se traslada. Todos nos movemos en vuelos comerciales, los cuales, en el habitual caos en el que vivimos en la Venezuela «socialista del Siglo XXI», pueden tener retrasos de hasta 8 horas en sus salidas o llegadas.

 

Sin embargo, todas estas dificultades no amilanan nuestro ánimo, no nos detienen, al contrario, nos convencen con mayor robustez de la necesidad de cambiar las cosas, de ofrecer a nuestros hijos un país de libertades.

 

Esa esperanza viene fortalecida por la mirada de nuestros niños más humildes. Hace pocos días en un recorrido por el estado Falcón, una región del Occidente de mi país, uno de esos angelitos descalzos le pedía casi con desesperación a Víctor Jurado, nuestro candidato a alcalde de Coro: «por favor, cuando ganes nos construyes una cancha para jugar. Estoy candado de jugar en la tierra». Y luego, con mucha esperanza que brillaba en sus pequeños y negros ojos volteó a mirarme diciéndome «Delsa, cuando sea grande quiero ser como Víctor.»

 

Ese pequeño niño, cargado de amor y de sueños, pero completamente desposeído de cualquier valor material, así como de un Estado que le brinde la protección que bien merece, llenó de nuevo de energías mi cuerpo cansado de la larga jornada. Ese pequeño niño, y todos los venezolanitos como él son nuestra esperanza, nuestro sueño y nuestro compromiso de lucha. Por ellos, votaremos masivamente el próximo 8 de diciembre en Venezuela, por ellos no nos rendimos.

 

Delsa Solórzano

Diputada al Parlamento Latinoamericano por Venezuela

@delsasolorzano