Jorge Bergoglio, el primer Papa argentino, ocupó la presidencia de la Conferencia Episcopal entre 2001 y 2011. Como máxima autoridad de la Iglesia en el país mantuvo enfrentamientos con Néstor Kirchner y con Cristina Fernández por el matrimonio gay o el aborto.
Kirchner llegó a calificarlo como el “verdadero representante de la oposición”, aunque sus diferencias no impidieron que, tras la muerte del ex mandatario, Bergoglio oficiara una misa en la catedral. Durante el mandato de Cristina Fernández, trató de mantener una relación distante, pero llegó a promover una “guerra de Dios” contra el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En 2008, Bergoglio pidió a Fernández un “gesto de grandeza” con las patronales agrarias, denunció “homogeneización” del pensamiento e “irritación social”, en medio de una grave crisis entre el Gobierno y el campo.
En 2010, trató de evitar la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, movilizó sacerdotes en defensa de la “unidad familiar” y convocó vigilias en el Parlamento.
Aunque perdió la batalla, después frenó la difusión de una guía médica que repasaba los supuestos de aborto admitidos por la ley argentina: violación y peligro para la vida o la salud de la madre.
Ejemplo de la mala relación con los Kirchner se grafica en la discusión entre los diputados oficialistas y opositores en el Congreso, cuando se supo que Bergoglio era el nuevo Papa.
Por un lado, el oficialismo quería continuar con su homenaje a Hugo Chávez, pero la oposición pedía la palabra para escuchar en vivo las palabras del nuevo Papa. El opositor mendocino, Omar de Marchi, protestó cuando denegaron el cuarto intermedio. “¡Anda, anda a escucharlo tú!”, le replicaron los legisladores oficialistas.
Editorial: La Tercera