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¡Aunque usted no lo crea!

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¡Aunque usted no lo crea!

Según la talentosa reportera de sucesos Thabata Molina, en los primeros 16 días de noviembre a la morgue de Bello Monte (Caracas) fueron ingresados 224 cadáveres, 18 de ellos entre viernes y domingo. Un espanto más ya que a algo tan tremebundo los gobierneros responden «¡pero tenemos patria!»

 

Este espacio que cada semana me permite señalar las “pompas y obras” de la casta chavista, banda colorada infinitamente letal y corrupta, es otra trinchera que desde Venezuela jueves a jueves disparara verdades y desnuda pillos.

 

Comenzaré con el recuento de muertos, lo único que sobra en esta pobre comarca del horror. Según la talentosa reportera de sucesos Thabata Molina, en los primeros 16 días de noviembre a la morgue de Bello Monte (Caracas) fueron ingresados 224 cadáveres, 18 de ellos entre viernes y domingo. Un espanto más ya que a algo tan tremebundo los gobierneros responden «¡pero tenemos patria!»

 

También les comentaré hoy algo que me explicó una amiga empresaria. Ante el drama de la epidemia de chikungunya que buscan tapar a como dé lugar, ella me dice que una consecuencia colateral de esta enfermedad vírica, además de ser un mal terrible, es que nos puede dar y repetir hasta tres veces en lapsos cortos y cada vez más fuertes.

 

Anula toda posibilidad de trabajo de cualquiera que la padezca y por supuesto agudiza el ausentismo laboral en empresas privadas, organismos del Estado y en personas que se agrupan en el llamado servicio doméstico. Esto igualmente crean otro ausentismo, el de los patrones que tampoco pueden cumplir con sus empleadores por tener que quedarse en casa. Sobre su empresa me dice que desde hace un mes la mitad del personal falta ya que si los empleados no están enfermos, la chikungunya le dio a la mamá, al hijo, a la esposa o al marido. Pero de eso no hablan los que dicen ocuparse de la salud en Venezuela. Piensan que silenciando eliminan la enfermedad.

 

Me dice mi amiga algo tan cierto: “La falta de salud va a ser peor que la delincuencia matando gente…, y se van a morir de hambre, porque la Ley del Trabajo sólo te obliga a pagar tres días, si traen una constancia, y que se vayan a cobrar al Seguro Social por  los otros días de inasistencia, en los cuales de verdad no puedes trabajar”. Su relato me lo termina con un «¡a llorar pa’l Valle y eso si sobrevives”.

 

Y yéndome a las riquezas, lujos y nuevos hábitos de la casta chavista, que obligatoriamente tengo que continuar señalando, les cuento de una boda de cuentos de hadas protagonizada en la ciudad ecuatoriana de Manta por el Bolichico Ricardo Rincón, hijo  de Roberto Rincón, quien saltó a la fama después de que se supo de su compinche el “Pollo” Carvajal, el famoso general al que se le tilda de todo menos de honrado. La hoy “media naranja” del acaudalado “castizo” es Lucía Telesilda De Genna Fernández, una suertuda ecuatoriana que ha ocupado mucho centimetraje de prensa, ya que ceremonia tan ostentosa como la realizada en el Montecristi Golf Club nunca se había visto por esos predios.

 

La ciudad de Manta supo del derroche y mal gusto de la casta roja, que sin dudas mostró allá que con lo que nada nos cuesta hagamos fiesta… ¡Y qué Fiesta! Tanto Ricardo como su padre Roberto Rincón botaron no la casa sino millones por la ventana.

 

En el aeropuerto Eloy Alfaro de la ciudad se vio llegar seis aviones transportando 150 invitados venezolanos que como compete a unos nuevos ricos, fueron alojados -todo pagado por los Rincón- en los elegantes y supercostosos hoteles Cabañas Balandras, Oro Verde y Mantahost.

 

Me pregunto si en vez de cantarles el Ave María a los novios, grupo tan “selecto” no coreó el himno chavista ¡Uh Ah!

 

Y de Manta a la Avenida D de la urbanización Campo Claro, de Caracas, al selecto y carísimo Colegio Francia o como quizá les guste llamarlo a los padres colorados de algunos estudiantes del plantel: Lycée Français…

 

Qué decirles estimados lectores de esta casta hipócrita, corrupta y desaforada, que se esmera en embrutecer a los pobres seguidores de su fulana revolución y a sus hijos los inscriben en colegios elitescos y prohibitivos como este Lycée Français de Caracas.

 

Allí se codean con la «crema” los hijos del deslenguado y abominable Pérez Pirela. Dicen que los de Jaua, el del poder comunal y del coronel Hermes Josue Carreño Escobar, hermano de Pedro. Otros han inscrito a sus pequeños querubines en el Colegio Jefferson, porque en el fondo no descartan que puedan vivir y disfrutar del “cruel imperio”. Algunos se han decidido por el Colegio Humboldt en la Prolongación Av. El Estanque, de la Urbanización Ávila, Norte del Country Club, donde una verdadera invasión de ricachos rojos se ha mudado y claro, no han faltado los que escogieron el Colegio Los Arcos, y las enseñanzas del fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer. ¡Aunque usted no lo crea!

 

 

Eleonora  Bruzual

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