Aquellos polvos trajeron estos lodos, dice el refrán. Estos lodos son evidentes para cualquiera: muerte, ya no los veinticinco mil asesinados cada año, sino el estudiante de cada día matado por el gobierno; hambre, ahora arma política mediante la burla al pobre que es cada CLAP; odio y fuerza bruta, el puño de Chávez sobre su cabeza y su revolución armada ya no bastan, ahora hay un Pedro Carujo del siglo XXI que se llama Lugo, un Vargas que ahora se llama Borges, y unas hordas que dicen ser parte de la Fuera Armada Nacional.
Aquellos polvos: “exprópiese” mucho más que robar, destruir; ahora secos los puertos no hay campos ni fábricas ni siquiera pozos petroleros: en breve no produciremos petróleo ni para nosotros mismos. El Estado se ha convertido en una gran mafia, peor, en varias mafias que están a punto de una guerra entre bandas. Nunca elecciones, ni para presidente ni para gobernadores, los chavistas son los primeros que no las quieren, pierden su patente de corso.
Chávez y sus seguidores convirtieron a Venezuela en un país postrado. Esa realidad brutal no va a cambiar con compases del Alma Llanera o con afiches de Canaima, ni con Jaua repitiendo que no hay papel tualé, pero tenemos patria. Ni se es menos patriota por reconocerlo como condición del cambio. No ya macroeconómico, para lo que basta otro rostro en Miraflores; cambio que haga renacer al bravo pueblo en el misionero sumiso, que vive de cola en cola por una arepa pelada.
Maduro es un Chávez sin real. El totalitarismo chambón camuflado con petrodólares ya no tiene taparrabos, sólo queda una Constituyente para terminar la obra de Chávez contra la Constitución que tuvo que tolerar y que fue cambiando contra viento y marea, arrebatando si perdía elecciones, como la del alcalde Ledezma sustituido por sigüíes. Con Maduro ni elecciones siquiera, si se pierde con los votos se gana con las armas, el golpe bonito.
Ya el cambio se dio en el alma venezolana. Porque a toda esta hecatombe se une ahora la sangre del pueblo, ochenta muertos en ochenta días: eso no se arregla con publicidad ni se olvida. El desenlace vendrá más o menos temprano. El pueblo en la calle, los chavistas demócratas, los militares que ven mucho parecido entre Maduro y Carmona, todo contribuye.
La Constituyente a la basura y el pueblo a elegir.
Gustavo Linares Benzo
@glinaresbenzo