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Adelanto de elecciones

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Adelanto de elecciones

El adelanto de elecciones presidenciales es una prerrogativa que tienen los gobiernos en ejercicio para tratar de solventar graves crisis políticas cuyas raíces se encuentran precisamente en la gestión gubernamental. Ningún gobierno con altos índices de popularidad, buenos indicadores macroeconómicos y plenas garantías de gobernabilidad, se ve en la necesidad de llamar a un proceso electoral para renovar las autoridades del Estado.

 

 

Sin embargo, cuando dicha iniciativa se asume sin contar con la participación de todas las fuerzas políticas del país, en igualdad de condiciones y bajo los auspicios de instituciones de legitimidad comprobada, el efecto puede ser diametralmente opuesto a lo esperado.

 

 

En este siglo XXI, ningún proceso comicial orientado a la escogencia de las máximas autoridades de un Estado es un asunto de interés estrictamente interno en el país al cual se refiere; particularmente cuando el mismo se da en medio de fuertes cuestionamientos nacionales e internacionales, acompañados del desconocimiento tanto de la convocatoria al evento, como de su evolución y resultado.

 

Es precisamente la verificación de ese marco referencial lo que permite la certidumbre de la legitimidad de origen al ejercicio de funciones de cualquier autoridad electa de manera popular.

 

 

El poder es un medio para servir y no un fin en sí mismo”

 

 

En un escenario de precariedad institucional magnificada por la existencia de dos poderes legislativos excluyentes, en una insana convivencia dentro del Estado el cual, además, cuenta con un Poder Judicial en el territorio nacional y otro en el exilio, se hace imprescindible la reinstitucionalización a partir del llamado mismo a elecciones. De lo contrario, ese esfuerzo por solventar la apremiante crisis interna termina convirtiéndose en un catalizador de la misma, deteriorando aún más la convivencia nacional y el posicionamiento internacional del Estado.

 

 

No por mucho convocar a elecciones se tiene más y mejor democracia. Jamás se debe olvidar que el poder es un medio para servir y no un fin en sí mismo. Aferrarse al poder mediante artilugios, es la manifestación más gráfica de la inexistencia de un verdadero poder.

 

 

Giovanna De Michele

@Giovdemichele

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