¿Acuerdos para reconocer la constituyente y mantener a Maduro hasta el 2018?
septiembre 17, 2017 6:01 am

El fantasma del falso diálogo golpea una vez más la credibilidad de la dirigencia opositora, y genera incertidumbre y desconfianza en los partidos políticos que controlan la MUD.

 

 

 

La invitación a reuniones en Santo Domingo formulada por el presidente Danilo Medina, con el fin de intentar negociaciones entre el gobierno y la oposición, prenden de nuevo las alarmas en una población ya bastante curada de espanto ante este tipo de engañosas iniciativas.

 

 

 

 

El país sabe que el gobierno dominicano es incondicional amigo de Maduro, y que ha bloqueado en la OEA la aplicación de la Carta Democrática Interamericana solicitada por el Secretario General Luis Almagro. Y sabe igualmente toda Venezuela que el ex presidente dominicano Leonel Fernández, es junto a Zapatero y Torrijos un activo agente de la dictadura.

 

 

 

Esta reunión se realiza en momentos en que la presión internacional hace cada vez más crítico el aislamiento mundial del gobierno venezolano, pues la presencia de Nicolás Maduro en el poder resulta indeseable para la mayoría de las naciones que le identifican como cabeza de un “gobierno forajido” destructor de las instituciones democráticas, que hunde al país en crisis humanitaria, viola los derechos humanos, impone el terrorismo de Estado y practica la represión de manera sistemática y criminal contra la población civil.

 

 

 

Con la excepción de República Dominicana, los países del ALBA, y las dictaduras que más allá de las fronteras de América cobijan y auspician el totalitarismo, la mayoría de los gobiernos democráticos se muestran inclinados a la aplicación de medidas que presionen a favor de sustituir la tiranía. Por esa razón resulta inaceptable algunas decisiones surgidas de secretos conciliábulos que sorprenden y decepcionan, no sólo a nuestro país sino también a quienes en el mundo acompañan solidariamente a la resistencia venezolana.

 

 

 

La experiencia de las fracasadas reuniones que tuvieron como acompañante al Nuncio Apostólico en 2016, pareciera no ser suficiente para demostrar que el gobierno utiliza otra vez el diálogo tramposo como instrumento para distraer al país, y para amainar las reacciones internacionales que condenan sus permanentes atropellos.

 

 

 

Frente al intento de perpetrar esta nueva estafa contra la fe ciudadana, es necesario recordar que hace tan sólo dos meses (cuando el país libraba los más duros combates contra la salvaje represión gubernamental), se realizó el cívico y democrático plebiscito del 16 de julio. Esa consulta popular que fue convocada, entre otros factores, por la delegación que asiste a la reunión promovida por Danilo Medina.

 

 

 

Las preguntas votadas afirmativamente por más de 7 millones de personas avalaron el desconocimiento de la falaz constituyente; el acatamiento de la fuerza armada a la Constitución de 1999; la renovación constitucional de los Poderes Públicos, elecciones libres y transparentes y la conformación de un Gobierno de Unidad Nacional.

 

 

 

Por ello, llama la atención que en el comunicado emitido por la MUD en relación a las condiciones para un posible diálogo, no se mencione el repudio abrumador a la fraudulenta asamblea, y que no sea ratificado ese rechazo en la reunión dominicana.

 

 

 

Recordemos, además, que también la constituyente de Maduro fue repudiada por más de ochenta por ciento de venezolanos que se abstuvieron de participar en la farsa electoral realizada el domingo 31 de julio.

 

 

 

Tampoco es posible obviar que en la elección de ese ilegítimo organismo ocurrió un fraude de gigantescas proporciones denunciado por Smartmatic, la fiel empresa que durante todos estos años ha servido al régimen como su parapeto electoral.

 

 

 

En el comunicado se propone en cambio, en forma vaporosa, una “Normalización constitucional del país”, cuando la realidad es que el grupo que usurpa la representación popular bajo la presidencia de Delcy Rodríguez, se dispone a construir la nueva constitucionalidad revolucionaria, y se erige como tutor encargado de condicionar las próximas elecciones regionales, (además de las otras votaciones que vengan), y de establecer las atribuciones que tendrán los gobernadores, alcaldes, concejales y funcionarios públicos electos o no, pues el todopoderoso bodrio constituyente amenaza con prolongarse de manera indefinida.

 

 

 

 

Unida a las consideraciones señaladas, encontramos un planteamiento en el comunicado de la MUD que pudiera cambiar drástica y radicalmente el rumbo hasta ahora trazado por los partidos de la UNIDAD. Se trata del petitorio de un cronograma electoral que incluye elecciones presidenciales el próximo año. Nos preguntamos si la MUD al formular esa propuesta renuncia a lo que cientos de miles de compatriotas pedían en las calles hace apenas unos días, cuando enfrentaban la criminal represión: La salida de Maduro y el final de la dictadura.

 

 

Julio César Moreno León