24 de Julio de 2016
julio 24, 2016 11:01 am

La fecha del natalicio del Libertador es la misma seleccionada como Día del Ejército y quien, institución o persona, escoge como fecha aniversario una de tanta significación y trascendencia como ésta, al menos queda obligado a merecerla y a no deshonrarla. Siendo tradición que no se debe criticar a nadie en la fecha de su natalicio o de su defunción, paso de largo en lo que podría ser un escrito extensísimo porque mi editor me tiene confinado a 3500 caracteres y sólo de vez en cuando me permite sobrepasar el lindero. Diré, apenas, que sería bueno que el ejército y los demás componentes de la fuerza armada nacional que establece la Constitución (dejo por fuera contingentes inconstitucionales como la reserva y la milicia), reflexionaran en esta fecha tan cara a la nacionalidad, si están cumpliendo y honrando cabalmente las funciones establecidas en la Carta Fundamental, si con sus conductas no están excediéndose y traspasando su campo de actuación y algo mucho más grave, si han cometido, tolerado o silenciado delitos imprescriptibles contra la Patria, los derechos humanos o contra el patrimonio público. Estas reflexiones cobran por estos días importancia capital dado que el Presidente de la República prácticamente le ha entregado a la fuerza armada nacional el gobierno del país.

 

 
Por estos mismos días, el país continúa atrapado en una dinámica que lo arrastra cada vez a males mayores. No hay un solo aspecto de la vida cotidiana en que el venezolano común pueda decir que sus penurias al menos se han estancado en un nivel en el que ya no se puede empeorar. No. Lo que depende de un gobierno como éste de estatismo hipertrofiado lo abarca todo y por eso todo marcha mal y todo puede empeorar. Lamentablemente es así, aunque esto podría cambiar para bien si el gobierno rectificara, pero como continúa aferrado a dogmas absurdos que están matando de incontables penurias a los venezolanos y no rectifica, la solución es cambiar al gobierno de la única forma posible para no caer en algo peor; por ello debe hacerse mediante la fórmula que hemos planteado de revocarlo de manera constitucional, electoral y pacífica.

 

 
En realidad, el gobierno no sólo ha convertido al país en una enorme víctima sino que a su vez se ha victimado a sí mismo cuando prefiere mantenerse en el poder sin rectificar nada aunque tenga que llevarse a todo el mundo por delante. Son casi 18 años y nada. ¿Qué la cosa sería distinta si Chávez viviera? Completamente falso. La actual desgracia no cayó como un infortunio del destino ni llegó con Maduro por mucho que la haya empeorado por no rectificar y además porque su mal progenitor lo dejó limpio y debiendo. Si Chávez estuviera vivo la situación sería más dramática. Las mismas características psicopatológicas del personaje (mesianismo, egotismo, caudillismo, autoritarismo, militarismo, iluminismo, unipersonalismo, fobias, taras, manías, complejos, carencias afectivas, etc.), que no resolvió ninguno de los males del pasado y generó otros que no habíamos padecido, no obstante que contó con ingresos a reventar, habrían hecho de la actual tragedia algo mucho peor. Tuvo la suerte de morir antes de que el país le facturara en vida sus fechorías, pero dejó ahí la desgraciada herencia que sus causahabientes recibieron a regañadientes, obligados a elogiarla en público y conservando el comprensible derecho de maldecirla en privado. Flores en la tumba hay…sólo por ahora.

 

 

Henry Ramos Allup