Pantallas rojas, voces moderadas

Posted on: agosto 30th, 2013 by Super Confirmado No Comments

En días recientes la revolución ha consolidado su monopolio comunicacional en espacios televisivos. Después de la compra de Globovisión, la pantalla que fuera un espacio de lucha democrática, ha sufrido la cancelación de programas como “El Radar de los Barrios”, ”Tocando Fondo”, “Del dicho al hecho”, “Efecto Naím”, “En Privado”, “Yo prometo”, y la salida de periodistas que han dado testimonio de lucha y resistencia.

 

Existe una realidad innegable: la revolución ha sido exitosa en la construcción del monopolio mediático en transmisiones televisivas. En Venezuela, todas las señales de televisión abierta sirven al proyecto totalitario que lideró Hugo Chávez y las voces disidentes han quedado reducidas a espacios marginales en cuanto a su penetración y alcance. Esta situación se traduce en censura, autocensura e infoentretenimiento.

 

Resulta común escuchar a periodistas que, en conversación amistosa y a modo de confidencia, relatan cómo les cambian la edición final de las noticias, les prohíben ciertas vocerías y les imponen la cobertura de eventos gobierneros. En fin, así funciona la autocracia; evidencias de un espacio público que ha sido secuestrado por quienes se empeñan en someternos.

 

A medida que el régimen consolida su monopolio comunicacional surgen voces que se intentan ubicar más allá del bien y el mal. Las pantallas teñidas de rojo ofrecen sus espacios a periodistas y analistas que se hacen llamar “neutrales” y encuadran el problema en términos de “polarización” y “radicalidad”. No es la primera vez que estas voces penetran el espacio público; de hecho, cada vez que el régimen silencia a la disidencia, estos actores vuelcan sus críticas más agudas a la victima y tratan con guante de seda al victimario.

 

El problema del espacio público en Venezuela no es la polarización, ni la radicalidad, ni la falta de equilibrio. Nuestro problema es un régimen que, dada su naturaleza totalitaria, concibe las comunicaciones masivas como un arma de propaganda que debe ser empeñada para penetrar la conciencia de todos los venezolanos. Para este régimen, tal como lo reveló en 2007 desde el Teatro Teresa Carreño, los medios de comunicación deben responder al proyecto bolivariano y forman parte del tercer motor de la Revolución: Moral y luces.

 

¿Cuál debe ser el deber ético frente a esta realidad? El principal compromiso del periodista es con la verdad y eso corresponde a su razón de ser: el lector, el televidente o el radioescucha. Quien abre un periódico, enciende una radio o un televisor lo hace fundamentalmente para hacerse una idea cierta de qué es lo que está pasando. Los ciudadanos no consumimos información para escuchar voces tibias frente a las injusticias; voces que, al final del día, son cómplices de la destrucción de la democracia.

 

¿Cómo ser moderados ante la destrucción del país? ¿Cómo ser equilibrados frente a las injusticias? ¿Cómo ser neutrales cuando están matando en cámara lenta a Simonovis? ¿Cómo ser ecuánimes cuando expropian a los empresarios y destruyen al sector productivo? ¿Cómo no ser radicales cuando Diosdado Cabello ve con placer cómo golpearon en la Asamblea Nacional a la diputada Machado? ¿Cómo ver tanta injusticia y no oponernos radicalmente? El problema en Venezuela no es la polarización, ni la falta de moderación, ni la ausencia de equilibrio.

 

El país está enfermo; tenemos enquistado al virus totalitario y la única forma de curarnos es develar la mentira, descubrir la verdad y poner empeño en su divulgación. Por eso, cuando estos analistas de pantallas rojas, sueldos exorbitantes y familias revolucionarias me hablan de moderación, yo prefiero mirar para adentro con fortaleza y seguir luchando por la democracia denunciando las injusticias que incluso ellos, sin darse cuenta, sufren.

 

Por Paola Bautista de Alemán

Miedo e Inanición

Posted on: agosto 9th, 2013 by Super Confirmado No Comments

El 16 de julio el Tribunal Supremo de Justicia declaró procedente el antejuicio de mérito en contra de Richard Mardo por la presunta comisión de defraudación tributaria y legitimación de capitales. Luisa Ortega Díaz señaló que el diputado recibió dinero que utilizó con fines políticos y no declaró en sus impuestos.

 

El caso Mardo invita a muchas reflexiones. Una de ellas es sobre el financiamiento de los grupos que de manera legítima resisten al régimen. Y es que la Revolución deja en evidencia su naturaleza totalitaria cuando se propone cercenar las vías de funcionamiento de organizaciones con fines políticos. Una manera muy eficiente de quebrar estas instituciones es limitar sus rutas de financiamiento. En este sentido, la Revolución se encarga de cerrar todos los caminos que ayuden a la opción democrática.

 

La economía controlada y centralizada es una manera eficaz de someter a los mecenas locales ¿Qué empresario va a colaborar económicamente de manera pública con la resistencia democrática? ¿Qué persona pone en riesgo el funcionamiento de su negocio colocando en sus libros fiscales que donó fondos a un partido político de oposición? ¿Por qué el Seniat, el Ministerio del Trabajo, el Registro Nacional de Contratistas, el Seguro Social y toda la burocracia estatal es especialmente hostil con aquellos empresarios que públicamente manifiestan su descontento con la gestión revolucionaria? Como lo explica Hayec en Camino de Servidumbre: en los regímenes totalitarios la resistencia muere de inanición.

 

Sumado a esto, la Revolución también se ha encargado de cerrar las vías de financiamiento del extranjero. La Ley de Cooperación Internacional impide recibir fondos cuyo origen se encuentre fuera de nuestras fronteras. La protección de la soberanía nacional sirve de excusa para concretar este sometimiento. Gran paradoja revolucionaria: Sólo en 2009 Chávez regaló más de ocho mil millones de dólares a veinte países. Esta realidad propone una lucha política desigual e injusta. Es toda la fuerza operativa y burocrática del Estado frente a una resistencia que trabaja desafiando todo tipo de adversidades.

 

Por las ideas expresadas anteriormente, cuando la Fiscal señaló los cargos imputados a Richard Mardo no pude más que rechazar el cinismo de la declaración. Esta revolucionaria ha tejido un entramado legal cuya injusticia pretende someter la conciencia de los empresarios y de las personas que de manera legítima le resisten. El caso Mardo es una evidencia más de la naturaleza totalitaria del régimen. De sus modos de concebir de la política. Del uso del miedo como herramienta de dominación. De la instauración de un sistema legal a la medida de la injusticia revolucionaria. Seguiremos resistiendo y gracias a venezolanos valientes, aunque agonicemos, no moriremos en el intento.

 

Por Paola Bautista Alemán