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Laureano Márquez: Balada del preso insomne

Posted on: diciembre 29th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

La madrugada del día de Nochebuena me venció el insomnio y no pude dejar de pensar en los miles de compatriotas que, recluidos en injusta prisión, pasaron la noche de ese día en el encierro, fuera del hogar, lejos de los suyos en una fecha que para los venezolanos es entrañable por el calor familiar que la envuelve.

Mi corazón se puso junto a ellos y sus madres, imaginé sus condiciones de reclusión, consciente de que son inimaginables; sus dolores y angustias; sus noches sin dormir, en la espera infinita.

En 1920, en plena dictadura de Juan Vicente Gómez, en la cárcel de La Rotunda —donde se encontraba preso por soñar libertades— el humorista Leoncio Martínez (Leo) escribe la célebre «Balada del preso insomne». Se trata de un largo poema que, a pesar de estar escrito por un hombre vinculado a la risa, produce, en el alma venezolana que lo lee, una infinita tristeza: esa que se nos instala en el corazón cada vez que pensamos que nos merecemos un destino mejor.

En su balada, Leo habla de su anhelo de ver libre a Venezuela y también de los rigores de su encierro:

«Por adorar mis libertades
Esclavo en cadenas caí;
Aquí estoy cargado de hierros,
Sucio, famélico, cerril,
Enchiquerado como un puerco,
Hirsuto como un puerco-espín.
Harto en el día de tinieblas
Asomo fuera del cubil
Bien la cabeza, bien un ojo,
Bien la punta de la nariz;
Temeroso de un escarmiento,
Encorvado, convulso, ruin,
-como ladrón que se robase
Sólo el reflejo de un rubí-
Por mirar brillando en el patio
El claro sol de mi país».

Esa noche recordamos el nacimiento de un perseguido injustamente, de una familia que conoció el exilio en la lejana tierra de Egipto. Una familia pobre, sin contactos y sin enchufes, porque la electricidad no se había inventado, a pesar de que nuestros nacimientos están siempre iluminados. En el pesebre de Belén nació un niño que al hacerse hombre fue encarcelado injustamente por sus ideas y sentenciado a muerte. No obstante, de su tránsito terrenal nos quedó el mensaje sobre el cual se edificó el destino de la humanidad.

Por eso, tomando las palabras de Chaplin en el discurso final de su película El gran dictador, me gustaría enviar un mensaje de esperanza a los presos insomnes de este siglo: «A los que puedan oírme les digo: no desesperéis, la desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano, el odio de los hombres pasará y caerán los dictadores y el poder que le quitaron al pueblo se le reintegrará al pueblo y así, mientras el hombre exista la libertad no perecerá».

Tengan la mejor Navidad posible y un Año Nuevo que inicie cargado de las anheladas bendiciones.

Laureano Márquez

 

Originalmente publicado en el diario TalCual

Devoto del voto

Posted on: julio 28th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Numerosas personalidades destacadas han opinado sobre la importancia de opinar en política a lo largo de la historia. He aquí algunos ejemplos:

 

«Un hombre sin un voto es un hombre sin protección». Lyndon B. Johnson (Podría decirse entonces que el voto es preservativo de la democracia).

«El derecho de voto es un derecho que nada ni nadie puede quitar a los ciudadanos». Jean-Jacques Rousseau (Este ruso nunca vino por estos lares).

«El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan». Arnold Toynbee (Vaya, qué interesante…por eso hay que interesarse más).

«Un político piensa en las próximas elecciones; un estadista en la próxima generación». Clarke, James F. (Por eso, un ciudadano, cuando vota, también debe convertirse en estadista).

«La alternancia fecunda el suelo de la democracia». Winston Churchill (¿Será por eso que nuestra agricultura está tan golpeada?).

«La gente no debería tener miedo de su gobierno. Los gobiernos deben tener miedo de su gente.» Alan Moore (Hay que seguir, pues, el consejo de san Juan Pablo II: «¡no tengáis miedo!»).

 

Etimológicamente, el voto está relacionado con la devoción. La palabra nos viene del latín votum, que se refería a la promesa que había que cumplir con los dioses. Por ello el «voto de castidad» que hacen los religiosos o el «voto de silencio» de algunas órdenes monacales. También los «votos matrimoniales» que hacen los contrayentes de una boda (la cual, por cierto, viene de votum).

 

Y es que como votum se deriva del verbo vovere («prometer solemnemente»), significa literalmente «lo prometido». Así que, como se dice en criollo: lo prometido es deuda.

 

La gente vota porque piensa en su destino y tiene derecho a participar en la dirección del rumbo político de la sociedad en la que habita. Los venezolanos hemos comprendido muy bien que cuando el ciudadano se desentiende de la política, ésta se ensaña en su contra con toda su capacidad de rudeza autoritaria.

 

No hay mucho más que decir, hoy domingo 28 de julio los venezolanos tenemos una oportunidad única para incidir en el destino de nuestra nación, anhelantes como estamos de que la política sea un espacio para la libertad, para la democracia, para el encuentro, para el progreso, para la realización ciudadana y para la paz.

 

Por todas estas razones y muchas otras que me reservo, este domingo 28 voy a votar con total devoción, pero también con mucha ilusión y profunda esperanza.

 

 Laureano Márquez 

Originalmente publicado en el diario TalCual

Misantropía

Posted on: julio 7th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Primero que nada, breve aclaratoria sobre el término, que no significa, como parece de entrada, una tendencia de las misas al desorden (como realizar la colecta luego de la comunión, por ejemplo).

 

La palabra, como suele suceder con casi todas, viene de la unión de dos voces griegas: «mîsos», que quiere decir odio y «ânthropos», que quiere decir hombre. Literalmente, odio a los hombres, aunque si se prefiere, tenemos la acepción menos radical que nos ofrece la Real Academia: «aversión al trato con otras personas».

 

El odio es tan antiguo como el hombre mismo. Con la misma convicción que se nos cataloga como homo sapiens, se nos podría etiquetar también como homo odium. De hecho, ya desde en los primeros capítulos del Génesis (que quiere decir comienzo, principio), tenemos el ejemplo de la «aversión» de Caín por su hermano Abel, que termina en fratricidio.

 

Este episodio, por cierto, da lugar al término «cainismo», tan del gusto de los españoles, que incluso el gran pintor Francisco de Goya lo pinta en su celebre cuadro Duelo a garrotazos.

 

El cainismo y la misantropía se parecen bastante, aunque el alcance de la primera es mucho mayor al abarcar a la humanidad toda, a diferencia del cainismo, que solo promueve la enemistad con los que piensan diferente (aunque en el caso particular de los españoles, por su carácter, éste abarque también a la humanidad toda –de esos fangos vienen nuestros lodos–).

 

Una manera de contar la historia de la humanidad es hacerlo relatando la historia del odio. Nuestro devenir en el tiempo está plagado de guerras, asesinatos, torturas y otras expresiones de animadversión de unos contra otros.

 

Pero es quizá en nuestros tiempos donde la misantropía ha alcanzado niveles sofisticados de manifestación, gracias al alcance de las redes sociales. Desde la comodidad de nuestro hogar, podemos expresar con instantánea facilidad nuestro odio por todo aquel cuya opinión y punto de vista nos desagrade.

 

Ya no es la muerte física la que procuramos, sino la muerte social, que puede ser peor, especialmente en el caso de los más jóvenes, a los que, con tan poco entrenamiento en el terreno de la desilusión, puede conducir (se han visto muchos ejemplos) a la primera.

 

En la cruz de San Andrés de la red X (antiguo Twitter), cualquiera puede ser crucificado y lapidado sin piedad (curioso que lapidado y la piedad sean términos tan homófonos y antónimos a la vez). Todos llevamos dentro la posibilidad de expresar una crueldad y fanatismo textual dignos de un Fray Luis de Torquemada.

 

Seamos pues cuidadosos, estemos atentos a la comparación que Baltasar Gracián hace en El Criticón entre los hombres y las fieras:

 

«De modo que solo el hombre tiene juntas todas las armas ofensivas que se hallan repartidas entre las fieras, y así, él ofende más que todas. Y, por que lo entiendas, advierte que entre los leones y los tigres no había más de un peligro, que era perder esta vida material y perecedera, pero entre los hombres hay muchos más y mayores: ya de perder la honra, la paz, la hacienda, el contento, la felicidad, la conciencia y aun el alma».

 

Baltasar Gracián

 

Publicado originalmente en el diario TalCual

Los preparacionistas

Posted on: abril 7th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Me encuentro con este término, que desconocía, en un titular de prensa y la primera percepción que le viene a uno es la de que se trata de una nueva congregación protestante que se prepara para la segunda venida de Cristo.

Pero no, el preparacionismo, prepper en inglés, es un movimiento que se prepara para una eventual emergencia que amenace la existencia humana, para perturbaciones económicas, políticas y sociales que pongan en peligro el normal desenvolvimiento de la vida.

Para ello, los seguidores de este movimiento adquieren destrezas que les permitan afrontar una eventual catástrofe: conocimientos médicos, construcción de refugios subterráneos, técnicas de supervivencia en condiciones adversas, almacenamiento de alimentos, medicinas, e incluso entrenamiento militar.

Los preparacionistas no son nuevos, esta corriente un tanto pesimista (o realista, según se mire) sobre el destino humano, es de larga data, cobró mucha fuerza por allá por los años sesenta cuando la posibilidad de una guerra nuclear se convirtió en la espada de Damocles que amenaza la supervivencia la humanidad.

Una de las angustias mayores que invade a este peculiar grupo es el tema del abastecimiento, por tal razón almacenar y guardar comida no perecedera para cuando el apocalipsis sobrevenga es una de las tareas centrales.

Esta labor cada uno la lleva a cabo según su condición social y económica: los multimillonarios almacenan licores y exquisiteces y el resto enlatados y agua.

Sin duda, la reciente pandemia padecida por la humanidad dio gran impulso a este movimiento, muchos productos se agotaron en aquel entonces por las compras nerviosas para el abastecimiento.

También la guerra de Ucrania (recientemente Putin acaba de reconocer que se trata de una guerra) y la dura situación en el Medio Oriente han sido un aliciente para la actividad de los preparacionistas.

El movimiento cuenta con instructores especializados, uno de ellos afirma: «Llevo diez años almacenando comida que sé que me voy a comer en 2035».

Otro de los recurrentes temores de los preparacioncitas es la amenaza del llamado «gran apagón». Uno de los motivos de mayor angustia para los seguidores de esta corriente es, justamente, una falla de la electricidad que afecte la vida normal de los ciudadanos.

Las autoridades austríacas, por ejemplo, han instado a los ciudadanos a almacenar combustible, velas, conservas y a pactar con familiares eventuales puntos de encuentro en caso de fallas comunicacionales.

La ministra de Defensa de Austria, Klaudia Tanner, dijo el pasado 29 de octubre que «la cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo».

Existe incluso una tendencia a compras nerviosas que lleva por nombre «el efecto papel higiénico», que consiste en que el miedo hace que los productos se agoten antes de tiempo.

Como habrá notado el lector, todas estas angustias, temores y expectativas fatalistas son propias de países desarrollados, porque por estos lares, aunque desconociéramos el término, somos preparacionistas practicantes desde hace tiempo que jode, porque para nosotros el apocalipsis hace rato que llegó.

Publicado originalmente en el diario TalCual

Laureano Márquez

La sociedad de la nieve ¿machista y antivegana?

Posted on: enero 19th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

No sé si es verdad, pero vale la pena especular sobre el tema, porque en este mundo tan particular en que vivimos, como diría Campoamor, ya nada es verdad ni es mentira. Leo por ahí, en las reses sociales, un par de críticas a la película La sociedad de la nieve que merecen comentario.

Una de ellas acusa a la película de machista porque ninguna mujer se salva, en tal sentido la crítica apunta a que el largometraje pretende dar a entender que el hombre es más fuerte que la mujer.

 

 

La otra crítica argumenta que la película no visibiliza al veganismo puesto que su planteamiento es que la fuerza proviene del comer carne.

 

 

Vamos por parte, la aclamada película se fundamenta en un hecho real conocido como la tragedia de los Andes y, luego de la aparición de los sobrevivientes, como el milagro de los Andes.

 

 

Se trata de un accidente aéreo ocurrido en la mencionada cordillera el 13 de octubre de 1971 de un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya, con 40 pasajeros (entre ellos 19 miembros de un equipo de rugby uruguayo) y 5 tripulantes, cuyo destino era la capital chilena.

 

 

Entre la colisión, las heridas, el frío y una avalancha murieron 24 de los pasajeros y el resto sobrevivió durante 72 días usando como refugio lo que quedo del fuselaje del avión.

 

 

Para alimentarse, agotados los pocos suministros y agobiados por el hambre, tuvieron que recurrir a la antropofagia con los cadáveres de las víctimas mortales.

 

 

Una historia muy dura como se ve, una decisión difícil en condiciones extremas para sobrevivir, cosa que lograron 16 personas, todos de sexo masculino.

 

 

Esto último, obra del azar, no producto de alguna fuerza misógina de la naturaleza, de la nieve o de quien asignó los puestos en el avión.

 

 

La gran pregunta es: ¿debemos tergiversar las historias reales para contarlas según la corrección política de los tiempos? Surgen algunas preguntas al respecto: ¿Ha debido el film omitir la antropofagia y en su lugar decir que se alimentaron de frailejones al gratén con queso uruguayo? ¿Se debe suprimir el cine histórico cuando exponga actitudes que colidan con las de nuestro tiempo? O quizá lo pertinente es realizar una advertencia al estilo Disney en cada una de las películas, algo como esto: «El contenido que usted va a presenciar contiene elementos históricos.

 

 

La historia humana es una calamidad. Si los hermanos Wright no hubiesen inventado los aviones que destruyen el medio ambiente una tragedia como la de los Andes nunca habría sucedido». No podemos hacer futurología del pasado. Nuestra historia personal y nacional es como es, somos producto de ella. Yo no puedo cambiar mi pasado, pero si la manera como lidio con él.

 

 

Y lo interesante de la película es justamente como lidia con el pasado. La sociedad de los andes nos deja un mensaje final conmovedor que nos recuerda la interdependencia que tenemos los seres humanos unos con otros, el valor de la solidaridad y la entrega por nuestros semejantes, también nos habla de la fortaleza del alma humana en las condiciones más adversas. Numa Tucatti, el último en morir antes del rescate, representado por el actor Enzo Vogrincic, es uno de los pasajeros que, gracias a su fortaleza física y a su carácter abnegado, tuvo destacada actuación en las primeras expediciones tras el accidente.

 

 

 

Al final, una herida en la pierna causo una infección que acabó con su vida. En la película, al morir, tiene un trozo de papel en sus manos en el que, parafraseando el evangelio de San Juan (15:13), se lee: «no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos». Este es el mensaje de la película y también, sin duda, el de la historia real.

 

 

Lo que sí parece claro es que si este trágico accidente en vez de en 1971 se hubiese producido en el tiempo actual, la historia quizá habría tenido un desenlace sin sobrevivientes: habríamos acabado unos con otros discutiendo necedades en la montaña.

 

 

Laureano Márquez

Back to the future

Posted on: noviembre 12th, 2023 by Super Confirmado No Comments

El tiempo es lo único que no se puede apresar. No hay autoridad humana capaz de detenerlo, devolverlo ni trastocarlo. La ciencia ficción ha especulado siempre con viajes a tiempos pretéritos, pero sabemos que es lógicamente imposible, porque su linealidad es irreversible. Lo contrario sería intervenir la historia con lo cual cambiaria también el futuro de quien viaja al pasado para alterarlo, lo cual termina siendo un oxímoron.

 

 

De todas maneras, Rosa, como divertimento y como juego es siempre interesante. Podemos siempre volver con la imaginación a las etapas primarias de la humanidad. Uno de mis sueños irrealizables, por ejemplo, es viajar a la prehistoria, antes de la invención del fuego y solo dejarle un yesquero a un antepasado y enseñarle su uso, para luego regresar a mi tiempo a ver qué consecuencias produjo ese solo detallito.

 

 

Muchas otras inquietudes podrían plantearse: ¿qué habría sido Alejandro Magno con tanques de guerra?, ¿de Julio Cesar con chaleco antibalas?, ¿de Constantinopla con un portaviones anclado en el Cuerno de Oro? En fin, las posibilidades son infinitas. Pero definitivamente los viajes al pasado son imposibles de realizar, también en política.

 

 

Hay gente que vive en el pasado, es decir, su presente queda tan marcado por momentos que ya transcurrieron, que no pueden librarse de ellos en el desempeño de su vida, viven, pues, en permanente introspección retrospectiva. Otros traen al presente previsiones del futuro y viven como si esas presunciones ya fuesen un hecho consumado.

 

 

El miedo al futuro puede ser paralizante y la negación del pasado nos puede conducir a decisiones erráticas.

 

La negación es según los psicólogos, un mecanismo de defensa consistente en negar o restar importancia a las situaciones conflictivas o amenazantes. Se afronta el pasado como si ciertos hechos nunca hubiesen existido, lo cual pone en evidencia la ansiedad y el miedo que tales hechos producen en sus negadores, incapaces de asumirlos y afrontarlos. Al omitir la realidad, el afectado por sus resultados adversos, cree poder cambiar lo sucedido, pero no es así.

 

 

El hecho es que uno no puede cambiar los sucesos del pasado. El refranero está lleno de dichos que nos lo recuerdan: «llorar sobre la leche derramada» o «tarde piaste pajarito», por citar un par de ejemplos. Lo que uno si puede hacer es decidir como lidia con el pasado y parece que negarlo, suprimirlo o declararlo ilegal es la opción menos acertada, porque como dijo Lord Byron: «El mejor profeta del futuro es el pasado».

 

 

Laureano Márquez P

En busca de el tiempo perdido

Posted on: agosto 20th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Entre todos los asuntos que destacan esta semana, hay uno que invita a una reflexión profunda sobre el ser humano.

 

 

Tiene que ver con Ötzi, un hombre que falleció hace más de 5.300 años. Fue descubierto en los Alpes italianos en 1991 por unos turistas de esos que les gusta la aventura. Es la momia más antigua preservada en hielo.

 

 

Hasta ahora se creía que se trataba de un hombre de color blanco y larga cabellera, pero las investigaciones del Instituto Max Planck de antropología evolutiva de Alemania ha ofrecido nuevas luces sobre el ancestral congénere.

 

 

Parece que su piel era de color oscuro, similar a la que presenta el cuerpo momificado, también se determinó que era calvo y que procedía de Anatolia (en la actual Turquía).

 

 

Es decir, el fenómeno de las migraciones humanas es tan antiguo como el hombre mismo. Parece, pues que todo lo que se dijo en un principio de este misterioso «hombre de hielo» no tiene que ver con los recientes descubrimientos.

 

 

Es inevitable que, ante un descubrimiento antropológico de tal magnitud, le vuele a uno la imaginación: ¿qué pensaría Ötzi al momento de su muerte? Evidentemente no pudo haber imaginado su fama y trascendencia. Probablemente ni siquiera en su cabeza estaba ese concepto.

 

 

Un campesino de Anatolia que llegó hasta los Alpes, uno más, convertido en testimonio de nuestros orígenes.

 

 

Hemos escudriñado su ADN y no extrañaría que My Heritage le haya encontrado ya parientes vivos. Es increíble, él está en nosotros tanto como nosotros en él.

 

 

En definitiva y, a fin de cuentas, somos, de los animales que pueblan este planeta, el único con capacidades intelectuales, somos sapiens, aunque ciertos especímenes se empeñen en convencernos de lo contrario.

 

 

Un hombre de hace 5.300 años. Para el tiempo del universo, es una insignificancia, pero para nosotros una eternidad. Ötzi murió asesinado.

 

 

En todo este tiempo transcurrido, ese animal que somos, en el fondo, no ha cambiado tanto. En muchos lugares del planeta sigue siendo la misma bestia primitiva sin piedad ni compasión por sus semejantes. Inevitable, frente al camarada Ötzi, preguntarse: ¿Qué seremos dentro de 5.300 años? Es decir, en el nanosegundo que siguiente, para los estándares del universo.

 

 

 Laureano Márquez 

 

De los contratos sexuales

Posted on: abril 30th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

La sexualidad y el amor han cambiado mucho en los últimos tiempos. Ante el creciente descontrol de la sexualidad, que conduce a un incremento de los delitos sexuales, casi de manera directamente proporcional a los cada vez más numerosos intentos legales de evitarlos y prevenirlos, algunos países, como la avanzada Suecia, por ejemplo, promueve la firma de un contrato para el consentimiento de las relaciones íntimas. Antes, la sexualidad tenía como precepto, el de consumarse siempre dentro del matrimonio (como debe ser).

 

 

Aunque casi nunca se cumplió este principio rigurosamente, un caballero digno de tal consideración, que pedía un adelanto (como diría el finado Oscar Yanes), se sentía obligado moralmente a contraer matrimonio.

 

 

Caso contrario, aquello se consideraba un engaño y se decía de algunas mujeres: «pobrecita, fulano la engañó» y eso le arruinaba la vida a ella y lo convertía a él en un patán. Se entendía que la mujer debía llegar al matrimonio en estado de completa pureza, de allí la blancura de su vestido. De más está explicar el porqué del vestuario rigurosamente negro del novio.

 

 

Con la liberación sexual y la consigna de: «¡Hagamos el amor y no la guerra!», la práctica del sexo se convirtió en emblema de libertad. En aquellos tiempos, Trino Mora cantaba «Libera tu mente» y la gente de bien se escandalizaba. Se hacía el amor dentro del matrimonio, fuera de él e incluso al lad

No había rollo, por decirlo con una palabra de ese tiempo. La gente, en general, sabía distinguir con claridad cuando había química propicia y cuando no.

 

 

Según cuentan los mayores, las cosas iban surgiendo por su propia naturaleza, por una suerte de comprensión del entorno circuncidante y no como consecuencia de una explícita pregunta, que se habría considerado más bien inoportuna y hasta desalentadora y, por supuesto, sin normas porque todo era, más bien, una reacción en contra de las normas.

 

 

Pero a pesar de la liberación, los límites parecían estar más claros y la gente simplemente se dejaba llevar cuando la rueda del amor comenzaba a girar.

 

 

Con esta etapa del llamado «progresismo», los preceptos vuelven, no ya uncidos a la coyunda de la religión o de la moral, ambas demodé en los tiempos que discurren, sino bajo la forma de regulaciones y estrictas normas.

 

 

Las leyes llamadas «del sí es sí», del «no es no» y las del «tal vez y más o menos siempre es no», regulan con rigor la manera como debe manifestarse eso que antes se denominaba intimidad.

 

 

Como se dijo, en Suecia ya funcionan los contratos sexuales entre las partes para ratificar que las relaciones se producen bajo estricto apego al consentimiento.

 

 

Se sabe desde los tiempos de Ulpiano que un contrato es: «un acuerdo jurídico entre dos o más partes que genera derechos y obligaciones». Esto de dos o más partes ya complica las cosas en términos de sexualidad, pero pasemos por alto esta nimiedad.

 

Muy machistamente, por cierto, en el caso de los contratos sexuales se habla de: «el proponente» y «el consentidor», cuando tendría que ser algo más neutral (como le proponente y le consentidere), porque no siempre él propone.

 

 

Dicho contrato, además del acuerdo de aceptación, debe incluir detalles como número de encuentros pactados, las actividades que están permitidas y las que no lo están, los estilos y posiciones, así como la abierta posibilidad de que, en cualquier momento del desarrollo del contrato, éste pueda ser disuelto, con aviso sin protesto.

 

 

Se habla, incluso, de la necesidad de recurrir a testigos (¡a testigos!, justo lo que antes se quería evitar a toda costa) cuando el contrato se hace de forma oral (con perdón). Curioso giro copernicano el de esta historia, cambiar todo radicalmente, pero para volver a lo mismo: este contrato existió siempre, solía llamarse matrimonio.

 

 

Así pues, supone uno que los contratos que ya se implementan, por el nivel de detalle que tienen que incluir, deben ser una especie de mini relatos porno. Por otra parte, surgen inquietudes: ¿qué pasa si entre tanto leguleyevoyerismo previo, el proponente no logra encumbrar la propuesta?, ¿cabe demanda por incumplimiento de contrato?, ¿cómo se fuerza en estos casos lo que los juristas denominan el perfeccionamiento del contrato, frente a la evidente imperfección?

 

 

Otra cosa: como el consentimiento puede ser revocado en cualquier momento, ¿es menester ratificarlo antes, durante, en el medio y ya casi al final del proceso?, ¿Cómo distinguir un «¡sí, sí, sííí… no, no, nooo!» de pasión, de uno de consentimiento o revocatoria? En fin, no son pocas las dificultades.

 

 

Mientras todas estas regulaciones se implementan, la pornografía florece sin control, al alcance de grandes y chicos; hay televisoras que difunden realitys, con altísimo nivel de sintonía, en los cuales se promueve abiertamente la infidelidad y nadie regula a los raperos que, convertidos en nuevos becerros de oro, son emulados por los niños, cantando cosas como:

 

 

La voy acelera’

 

Lo’ panti a baja’

 

Lo siento soy plebe, bebé

 

Ni Dio’ me puede salva’

 

La voy acelera’

 

Le quiero toca’

 

A ella y la amiga la quiero

 

Y no voy pa’ atra’

 

Con lo hermosamente sencillo que sería todo si el amor rigiese nuestras vidas.

 

Originalmente publicado en el diario TalCual

 

 

 Laureano Márquez 

 

La Felicidad

Posted on: marzo 23rd, 2023 by Lina Romero No Comments

 

El 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad. La felicidad es, sin duda, uno de los temas más controversiales de cuantos ocupan al ser humano.

 

 

Todos la buscamos con legítimo afán, pero casi nunca estamos de acuerdo en qué consiste, ni en cómo alcanzarla. Lo cierto es que la felicidad es un particular de estado de armonía y realización interior, pero en sintonía con nuestros congéneres.

 

 

Es decir, no puede ser plenamente feliz una persona si no lo es también la comunidad a la que pertenece: la pareja, la familia, el barrio, el país y al final el planeta entero.

 

Porque los seres humanos somos así, nos sabemos parte de una herencia cultural largamente acumulada y a cuyo incremento debemos contribuir. Somos individuos, pero también somos la humanidad toda.

 

 

En 1972, Jigma Singye Wangchuck, rey de Bután, propone un indicador de felicidad al que denomina la «felicidad nacional bruta» (FNB), como medición más adecuada que el PIB (producto interno bruto).

 

 

Si tenemos en cuenta que el mencionado rey tenía cuatro esposas, no sabe uno si su preocupación por la felicidad emanaba de su goce o de su anhelo, pero es lo de menos.

 

 

El caso es que, preocupado por la felicidad de su país y considerando a la pobreza como la mayor dificultad para alcanzarla, establece los que, desde su punto de vista, constituyen los cuatro pilares de la FNB, a saber: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.

 

 

Si tenemos en cuenta las categorías del rey de Bután, quizá lleguemos a la conclusión del que el mundo pasa por un momento de gran infelicidad.

 

 

No es este un planeta con desarrollo igualitario, tampoco con especial cuidado y protección del medio ambiente, mucho menos con buenos gobiernos y ni que decir de la promoción de los valores culturales.

 

 

Otra evaluación de la felicidad global nos la ofrece el «índice de planeta feliz», el cual nos revela, en las mediciones de los últimos años, que los once primeros países de la lista de felicidad global se corresponden con la zona que el señor Humboldt denominaba las regiones equinocciales, es decir, por estos lares.

 

 

Dato curioso y a la vez contradictorio pues nuestros pueblos, buscando mayor felicidad, emigran a países infelices, o no felices, que suena mejor.

 

 

Pero a estas alturas el lector se estará preguntando si no hay en este escrito algunas reflexiones útiles para enrumbar la propia felicidad. Quizá lo mejor sea apelar a lo que ha dicho gente muy sabia sobre el tema:

 

 

«La felicidad aparece cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía». Gandhi.

 

«Si uno no sabe a qué puerto navega, ningún tipo de viento le es favorable». Séneca.

 

«La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace». Jean Paul Sartre

 

“La felicidad no puede ser obtenida queriendo ser feliz. Tiene que aparecer como consecuencia no buscada de perseguir una meta mayor que uno mismo”. Viktor Frankl.

 

Que tengan todos un feliz Día de la Felicidad.

 

Día Internacional de la Felicidad

Laureano Márquez: Las profecías que Nostragamus

Posted on: marzo 17th, 2023 by Super Confirmado No Comments

Como cada comienzo de año, aunque este ya está bien entradito en meses, vuelven las profecías de Nostradamus a ponerse de moda. Sorprendentes siempre las deducciones que de sus planteamientos sacan los expertos en vaticinios.

 

Por ejemplo, se le atribuye al célebre boticario francés haber profetizado la muerte de la reina de Inglaterra y el ascenso de Carlos, al escribir: «la muerte repentina del primer personaje, será cambiado y pondrán otro en su reino».

 

Honestamente, uno espera un poco más de precisión en la cuarteta, algo al estilo de: «a media asta, iza bel bandera sobre dos columnas y luego pondrán al de la pluma chorreada». Así sí que se podría creer que está hablando de Isabel II y de su heredero.

 

 

Pero, en fin, en materia de profecías la gente se contenta con poco y cada quien pone en ellas lo que desea ver.

 

Para este año tenemos la siguiente: «Siete meses de gran guerra, gente muerta por el mal. Rouen, Evreux no caerá ante el Rey». Según los especialistas esto se refiere a la invasión rusa de Ucrania.

 

Para comenzar la agresión a Ucrania ya sobrepasa el año, guerra siempre ha habido a lo largo de la historia universal y él mal siempre ha causado muertes inocentes, además, las ciudades aludidas en la cuarteta son francesas. Por lo menos podría haber dicho zar, en vez de rey.

 

Otra predicción para el 2023: «falla de luz en Marte». Esto, que en nuestro contexto fácilmente podría interpretarse como «falla de luz el martes», es tomado por los sesudos conocedores del adivino como el fracaso de la misión con la que la agencia espacial europea piensa colocar un Róver en el Planeta Rojo.

 

 

Y esta otra: «No abades, monjes, novicios para aprender; La miel costará mucho más que la cera de las velas. Tan alto el precio del trigo, ese hombre está agitado. Su prójimo para comer en su desesperación», ha sido interpretada en una gama de matices que va desde la renuncia del papa Francisco hasta el aumento de inflación mundial que nos conduce al canibalismo.

 

Definitivamente, con interpretes así, no hay que ser Nostradamus, como dice el dicho, para saber lo que se avecina. Mas honesto sería profetizar: «cualquier cosa puede suceder, incluso que no suceda nada».

 

En lo que al autor de estas líneas toca, se niega a aceptar predicciones que no tengan nombre apellido, fecha o al menos hechos señalados con claridad.

 

Por ejemplo, profeta serio, Miqueas, cuando vaticina: «Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre los clanes de Judá, de ti vendrá por mí uno que gobernará a Israel, cuyos orígenes son desde el principio, desde la antigüedad.» (Mi. 5:1) Esto se llama dar las coordenadas precisas, pues en Belén nació Jesús.

 

 

Profecía que concuerda, por cierto con la de otro profeta, Jeremías: « He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra» (Jer. 23: 5). Efectivamente, Belén es la tierra del rey David, cuyo nombre figura entre los ascendientes de Jesús.

 

Eso se llama concordancia predictiva.

Bueno, aunque el autor de estas líneas dista mucho de poseer el don adivinatorio de Jeremías, ni tampoco la habilidad poética del francés, no podía cerrar sin lanzar algunas cuartetas proféticas de mi propia inspiración visionaria:

 

«El cerebro conectado

veremos dentro de poco

con microchip encajado

justo en la base del coco.

Vida virtual viviremos

con el control de un botón,

así resucitaremos

después de cada apagón.

Lo bueno es que sin deslices

y sin vivir camuflados

estaremos muy felices,

pues seremos enchufados.»

 

 

 

Laureano Márquez

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