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Marchas y perspectivas

Posted on: abril 24th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 
“La madre de todas las marchas” se realizó el 19 de abril en más de 200 poblaciones, pudiendo haber alcanzado 7 millones de manifestantes; una de las mayores manifestaciones contra gobierno alguno en la historia de la humanidad. Estas protestas fueron replicadas en muchas ciudades del mundo y están siendo apoyadas por la mayoría de los países de la OEA y la Unasur.

 

 

 

Tal movilización muestra la recuperación de credibilidad de la MUD, deteriorada al haber caído en la trampa de aceptar un diálogo con un gobierno que no tenía intenciones de cumplir lo que acordara. También se hizo evidente que los millones de manifestantes no le tuvieron miedo a las amenazas de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello de activar el Plan Zamora y a los motorizados.

 

 

 

El gobierno se limitó a una concentración en Caracas. Pero lo más relevante fue que consideró necesario reprimir porque interpretó que si no lo hacía sería una muestra de debilidad y que ello llevaría a más protestas y a mayor desestabilización. Pero, si el gobierno no reprimía, iba hacia su fin de todas formas porque las protestas no pararían y el gobierno tendría que renunciar o convocar elecciones.

 

 

 

Para resolver esta situación, de parte de la oposición se nota el esfuerzo por coordinar muchos partidos y necesita enfocar sus denuncias y exigencias: ¡Elecciones presidenciales, regionales y locales ya! Siendo todas constitucionalmente viables. De parte del gobierno, su contribución para desentrabar la situación sería aceptar dichas elecciones a cambio de que se le otorguen salvoconductos a sus representantes que puedan ser acusados de diversos delitos y de la salvaguarda de sus bienes. Además, no es necesariamente cierto que tenga que perder todas las elecciones. En una elección presidencial, el gobierno puede tener dos candidatos: el visible y un “tapao”, quien, de ganar, los protegería. Aún así, todavía tiene otra carta menos costosa, si controla su dogmatismo: darle un giro a sus políticas y entenderse con el empresariado para recuperar la economía y bajar la presión popular.

 

 

Josè Antonio Gil Yepez

@jagilyepes

«El tapao»

Posted on: abril 17th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

“El tapao” se llamaba en México al próximo candidato presidencial del PRI, durante su monopolio de 71 años en el poder. Lo curioso es que nadie sabía quienes habían elegido al misterioso personaje, mediante qué mecanismo ni a quién habían escogido. Cuando se iniciaba formalmente la campaña electoral, aparecía flamante y sobrado el sabido ganador; hasta que Vicente Fox y su partido de centro derecha, el PAN, lo derrotaron en el año 2000.

 

 

 

En Venezuela están dándose circunstancias que conducen a inferir, por pura lógica, la posible emergencia de un “tapao” pues tampoco se conoce el proceso, ni quienes elegirían a ese eventual candidato, aunque otros rasgos diferenciarían nuestro caso del mexicano.

 

 

 

Es harto conocido que nadie del gobierno actual puede ganar una elección presidencial (si el otro candidato es uno sólo y medianamente atractivo); es muy difícil que el oficialismo intente un fraude electoral en una elección que perdería 75 % a 25%; y también es muy difícil que pueda postergar la elección presidencial del 2018.

 

 

 

Por eso hay que inferir que estos gobernantes tendrían un Plan B: hacer ganar a alguien que les permita refugiarse en el país y asegurar sus bienes. La condición clave es que este candidato venga de la oposición, porque, si no, el electorado no votaría por él: ¡Por eso lo tendrían “tapao”! El oficialismo ya ha quitado del medio, ilegalmente, a sus dos principales contendores: Leopoldo y Capriles, y está eliminando partidos, tipo Nicaragua. Así, la oposición tendrá que escoger un candidato sin el potencial de los dos nombrados y el chavismo presentaría a alguien que pueda sacrificar. Esto daría fuerza a un tercero, que sería el candidato multicolor en cuestión. El chavismo apoyaría financieramente a “El tapao”, y más de un votante chavista se sentiría inclinado o sería exhortado a votar por él. La apuesta chavista es reagruparse, al amparo del “nuevo” régimen, y dejar que calamidades, otro mal gobierno y errores de los contrarios le abran paso para regresar al poder en 2024. En este trance, la oposición tiene que compensar con organización y alianzas la falta de sus mejores candidatos.

 

 

Jose Antonio Gil Yepes

@jagilyepes

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