Patria insegura

Posted on: octubre 9th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Tal como se ha dicho y redicho, Venezuela es uno de los países más violentos del mundo. Incluso se le cataloga, según algunas fuentes, entre los seis más violentos. Tan grave, sin embargo, como la violencia misma, es que la sociedad venezolana se ha «acostumbrado» a ella. Con resignación se acepta que vivimos en la violencia y ¿qué se va a hacer? Además, de unos pocos años para acá hemos escalado algunos peldaños en ese triste ranking de la violencia.

 

El asesinato de siete agentes policiales en la última semana y de 69 en lo que va de este año, forma parte del conjunto de homicidios que ocurren diariamente en el país y que, según todas las proyecciones, conducen a que el año sea cerrado con alrededor de veinte mil muertes violentas, casi todas a balazos y prácticamente todas en las barriadas populares.

 

Son precisamente los pobres las principales, por no decir las únicas, victimas de la violencia endémica que nos azota y atribula. Las cifras son aterradoras y la magnitud del problema desemboca en una sensación generalizada de inseguridad que abarca a todos los sectores sociales.

 

Existen ya muchos estudios sobre el tema, explicando sus causas y razones, que son muy diversas, pero quisiéramos abordarlo desde la perspectiva de una de ellas, la del lazo que se ha ido anudando entre la corrupción en la alta administración pública y el crecimiento exponencial y avasallante de la violencia delictiva. No es casual que a medida que el robo de los dineros públicos se ha ido incrementando con el tiempo, el de la delincuencia corra paralelo con aquel. Existe una relación de causa-efecto que es imposible de obviar, aunque, por supuesto no sea la corrupción ni causa única ni la peor. Sin embargo, por ejemplo, cabe preguntarse cómo recibe el venezolano común la noticia de que el exteniente, exministro y exgobernador Rafael Isea se ha refugiado en Miami, llevándose consigo, según las noticias provenientes de fuentes oficiales, alrededor de 70 millones de dólares.

 

Nicolás Maduro ha asomado retóricamente su voluntad de luchar contra la corrupción. Pero, obras son amores. ¿Por qué no comienza por solicitar la extradición de Isea o, por lo menos de señalarlo? Mas no. Lo que se le ocurrió fue el despropósito de apuntar hacia Henrique Capriles y hacia la oposición en general, como responsables de la corrupción. Es el colmo. El chavo-madurismo tiene en sus manos toda la administración pública central y casi toda la descentralizada y no existe rincón de ambas donde no se hayan producido actos de corrupción. En los últimos años el problema ha adquirido visos de terrible calamidad pública.

 

Incluso, ya el mero hecho de acusar a la oposición es propiamente un acto de corrupción. Desviar la atención hacia gente que no tiene nada que ver con el problema es absolver de antemano a los verdaderos culpables. Eso es complicidad con el delito, ya lo dijimos hace unos días y lo repetiremos hasta el cansancio, porque la corrupción administrativa no podría florecer si desde las alturas del poder no se la encubriera. Eso es contigo, Nicolas.

 

Editorial del Tal Cual

La farsa habilitante

Posted on: octubre 8th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Emer mandatario, apenas ha entrado en Miraflores, ha pedido la suya. Es ya casi un símbolo de estatus y de poder. Maduro, por supuesto, no iba ser el de mel presidente Maduro prepara las cosas para solicitar una Ley Habilitante. Como todo presidente venezolano que se respete, el también quiere su Habilitante.

 

Desde que CAP solicitó la primera de ellas en 1973, cada prinos y ya todo está casi listo para satisfacer su capricho. Pero esta vez, contradictoria pero comprensible, dada la naturaleza de este gobierno, a fin de alcanzar la suma de votos necesaria para obtener esa gracia del Parlamento, se ha recurrido a maniobras non sanctas.

 

El gobierno necesita 99 votos para lograr las 3/5 partes de los legisladores a fin de que la Ley Habilitante sea aprobada. Tiene 98 propios. Lograr ese voto 99 ha provocado un torneo de esgrima intrapesuvista de lo más elocuente en cuanto a el modo tracalero de ejercer la política por parte de los próceres del «socialismo» del tercer milenio.

 

Con argumentos especiosos, con el puro ejercicio de la fuerza bruta parlamentaria, piden inhabilitar a una diputada del PSUV, que llegó en las planchas del Gato Briceño y que se ha mantenido fiel a las convicciones que la unen al exgobernador hoy perseguido y exiliado.

 

Lo llamativo es que esta diputada había sido acusada de hechos de corrupción cinco años atrás, lo cual no obstó para que fuera postulada en las planchas del PSUV. En su momento, pues, esa acusación fue desestimada, porque la señora obedecía «la línea» pero, ahora, cinco años después, se desentierran aquellos viejos alegatos, para deshacerse de esta incomoda presencia, confiando en que las «ayudas» que se han dado al parlamentario suplente de la diputada que se pretende execrar, sirvan de grúa para que su brazo se levante a favor del gobierno y puedan aprobar su fementida Habilitante.

 

Si en general las leyes habilitantes tienen poca justificación, porque anulan la división y separación de poderes, dando al Ejecutivo la facultad de legislar, y potenciando el ya de por sí desbordante presidencialismo característico del régimen venezolano, minusvalidando al Parlamento, esta que solicita Maduro es de las menos justificables. La pide sin necesitarla.

 

El gobierno tiene una cómoda mayoría en la Asamblea y, de hecho, ya han sido aprobadas distintas leyes que apuntan a la lucha contra la corrupción, que es el principal argumento de Maduro para solicitar poderes especiales. Si fuera por esto, ya hay con qué actuar, si hubiere voluntad para ello. Pero no la hay. La solicitud de Habilitante es para disfrazar la inactividad e inoperancia de todos estos años en esa materia. Como decía Cabrujas, nuestros gobiernos de su época fueron los reyes del disimulo, del cual hicieron una de las bellas artes.

 

Este gobierno no es la excepción y ha llevado ese arte a niveles siderales. Ahora se disimula la espantosa, y probablemente récord de corrupción en toda la historia, con estos aguajes de una Habilitante para dizque luchar contra ella. Sin embargo, es poco creíble que Maduro actúe de verdad contra la corrupción. Si hablase en serio, tendría que enfrentar y derrotar al poderoso establishment chavista-empresarial construido con base en prácticas corruptas. ¿Lo hará?

 

Editorial del Tal Cual

 

 

La guerra loca

Posted on: octubre 7th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Nuestro régimen es tan militarista que a cual- quier cosa le asesta un nombre verde oliva: misión, alto mando, batalla, operación, comandante-presidente, brigadas, guerra…Como Maduro viene del mundo del transporte, civil pues, uno pudo pensar que el léxico podría cambiar un poco.

 

Pero no, ha empeorado, el susodicho tiene que hacer méritos adicionales para que le den entrada franca al decisivo y esquivo reino de los cuarteles. Por ejemplo ahora estamos en plena guerra, aunque usted no logre detectar la naturaleza y el desarrollo de ese conflicto bélico. Nosotros se lo adelantamos, con tan estruendosa palabra se quiere designar simplemente la crisis que atravesamos y en la que pudiéramos hundirnos si los cañones y misiles de la inflación, la escasez, los apagones, la inseguridad y otras armas de posibilidades letales siguen acribillándonos.

 

Y se llama guerra para encontrar un enemigo al cual atribuirle la demolición del país, desde los museos desiertos a nuestros preeminentes lugares planetarios en todas las pestes económicas conocidas, pasando por Pedro Carreño, para sintetizar. Que no son sino los horrores que ha producido una gestión gubernamental sin precedentes en la Venezuela contemporánea y que de guerra tiene muy poco, más bien se asemeja al intento de asesinato de un país a punta de ignorancia, irresponsabilidad y corrupción. Lo más parecido a guerra que hemos tenido en este proceso son las decenas de miles de bajas, de venezolanos caídos a manos de la delincuencia, tantos que nos asemejan en cuantía a más de una guerra en sentido estricto.

 

El concepto es tan inapropiado y torcido que resulta difícil aplicarlo ni siquiera falazmente a un enemigo determinado y mucho menos el modus operandi de éste. Lo importante es que la tenebrosa situación nacional o a un hecho puntual negativo se le pueda encontrar un responsable. Por ejemplo Jorge Roig está, según Maduro, detrás del golpe económico y se le debería castigar sin clemencia (anotemos que este caso es curioso y hasta sospechoso porque unas horas después sale feliz de un constructivo y cordial encuentro con el general Rodríguez Torres). Si el metro, otrora gloria de la capital, sufre uno de sus innumerables achaques actuales, El Troudi dice que es Antonio Ledezma que anda de vagón en andén haciendo travesuras. O la desestabilización general tiene su «vanguardia» en la encargada de negocios gringa que invadió Ciudad Bolívar.

 

Capriles que paró en seco la violencia postelectoral, para calentera de los opositores fundamentalistas, es el asesino de siete venezolanos. Si hay un apagón o un Amuay son unos saboteadores, que nunca aparecen para deshonra de nuestros cuerpos de seguridad. La escasez es culpa del primer bodeguero que esconde unos paquetes de harina Pan o del Imperio, da igual.

 

Si atracan a Samán, hecho cotidiano en Caracas, es un acto de sicariato y algún autor intelectual habrá y ya sabemos por donde fumea. Si Maduro no va a la ONU no es por los rumores que corren sino porque Otto Reich lo esperaba con una bazuka para destrozarlo en pleno discurso. La corrupción existe, sí, pero la de los veinte mil bolívares que le dieron en una celada dos malandros de cuello blanco al diputado Caldera. La inflación, dice Rafael Ramírez, se debe a gruesos capitales privados. Y así hasta el infinito.

 

Metanselo en las cabezas, no hay crisis, es una sensación, sólo una catajarria de malvados saboteando el indetenible progreso de la revolución que anda, como siempre, a paso de vencedores.

 

Editorial del Tal Cual

 

CLARO y sin miedo

Posted on: octubre 4th, 2013 by Super Confirmado No Comments

El estado actual de las circunstancias del país nos obliga a fijar posición con claridad. No es hora de escurrir el bulto, sino de explicitar con determinación las cosas que hay que señalar. No es momento pues de ceder, ni de traicionar las propias creencias de nuestra interioridad más profunda. Ciertamente la coyuntura de la compleja trama exige, en tanto y en cuanto ciudadanos, una firme disposición que nos comprometa de frente con un conjunto de ideas que coadyuven a generar la destreza ciudadana que los escenarios del entorno sugieren.

 

Visto el estado de cosas que todos consustancialmente observamos de manera aguda, es indudable que Venezuela se acerca a un momento de encuentro con su especificidad más profunda.

 

Por otra parte, y dados todos los condicionamientos actuales, el aumento constante en calidad y extensión de nuestra actividad, ayuda a la preparación y realización de las actitudes de los ciudadanos hacia sus deberes ineludibles.

 

Claro está, hay que señalar con contundencia y aun a riesgo de ser perseguido por ello, que no es indispensable magnificar el peso de los problemas mencionados, ya que el reforzamiento y desarrollo de las estructuras obstaculiza la apreciación de las circunstancias y también de las básicas premisas adoptadas de manera circunstancial. Incluso, bien pudiéramos aventurarnos a sugerir que el proceso consensuado de unas y otras acciones concurrentes permite explicitar, en todo caso, las razones fundamentales de toda una casuística de amplio espectro. Sin embargo, no debemos olvidar que un relanzamiento específico de todos los sectores implicados asegura, en todo caso un proceso muy sensible sobre las formas organizativas de nuestra sociedad.

 

Por último , hay algo muy grave que debemos decir con la mayor responsabilidad: la angosta multiplicación recrea un veraz espectáculo de factores coincidentes que promueven premisas sectoriales, elaboran modernas estructuras, evalúan sistemáticamente trayectorias tangenciales, coordinan esfuerzos multifactoriales y moldean realidades veraces completamente integradas.

 

Por ello, parafraseando a Serrat: no debemos perder la ocasión de declarar nuestro empeño en propiciar un diálogo de franca distensión nos permita hallar un marco previo, que garantice unas premisas mínimas que faciliten crear los resortes que impulsen un punto de partida sólido que establezca las bases de un país con los cimientos de una plataforma donde edificar un hermoso futuro de amor y paz.

 

Este es mi pensamiento. Y si a alguien no le gusta, que me argumente lo qué está mal y lo discutimos. Porque como dijo el gran Groucho Marx: «estos son mis principios y si no le gustan tengo otros».

 

Editorial del Tal Cual

Por Laureano Márquez

 

 

Patria insegura

Posted on: octubre 3rd, 2013 by Super Confirmado No Comments

Tal como se ha dicho y redicho, Venezuela es uno de los países más violentos del mundo. Incluso se le cataloga, según algunas fuentes, entre los seis más violentos. Tan grave, sin embargo, como la violencia misma, es que la sociedad venezolana se ha «acostumbrado» a ella. Con resignación se acepta que vivimos en la violencia y ¿qué se va a hacer? Además, de unos pocos años para acá hemos escalado algunos peldaños en ese triste ranking de la violencia.

 

El asesinato de siete agentes policiales en la última semana y de 69 en lo que va de este año, forma parte del conjunto de homicidios que ocurren diariamente en el país y que, según todas las proyecciones, conducen a que el año sea cerrado con alrededor de veinte mil muertes violentas, casi todas a balazos y prácticamente todas en las barriadas populares. Son precisamente los pobres las principales, por no decir las únicas, victimas de la violencia endémica que nos azota y atribula. Las cifras son aterradoras y la magnitud del problema desemboca en una sensación generalizada de inseguridad que abarca a todos los sectores sociales.

 

Existen ya muchos estudios sobre el tema, explicando sus causas y razones, que son muy diversas, pero quisiéramos abordarlo desde la perspectiva de una de ellas, la del lazo que se ha ido anudando entre la corrupción en la alta administración pública y el crecimiento exponencial y avasallante de la violencia delictiva.

 

No es casual que a medida que el robo de los dineros públicos se ha ido incrementando con el tiempo, el de la delincuencia corra paralelo con aquel. Existe una relación de causa-efecto que es imposible de obviar, aunque, por supuesto no sea la corrupción ni causa única ni la peor. Sin embargo, por ejemplo, cabe preguntarse cómo recibe el venezolano común la noticia de que el exteniente, exministro y exgobernador Rafael Isea se ha refugiado en Miami, llevándose consigo, según las noticias provenientes de fuentes oficiales, alrededor de 70 millones de dólares.

 

Nicolás Maduro ha asomado retóricamente su voluntad de luchar contra la corrupción. Pero, obras son amores. ¿Por qué no comienza por solicitar la extradición de Isea o, por lo menos de señalarlo? Mas no. Lo que se le ocurrió fue el despropósito de apuntar hacia Henrique Capriles y hacia la oposición en general, como responsables de la corrupción. Es el colmo. El chavo-madurismo tiene en sus manos toda la administración pública central y casi toda la descentralizada y no existe rincón de ambas donde no se hayan producido actos de corrupción. En los últimos años el problema ha adquirido visos de terrible calamidad pública.

 

Incluso, ya el mero hecho de acusar a la oposición es propiamente un acto de corrupción. Desviar la atención hacia gente que no tiene nada que ver con el problema es absolver de antemano a los verdaderos culpables. Eso es complicidad con el delito, ya lo dijimos hace unos días y lo repetiremos hasta el cansancio, porque la corrupción administrativa no podría florecer si desde las alturas del poder no se la encubriera. Eso es contigo, Nicolas.

 

Editorial del Tal Cual

 

Guerra avisada…

Posted on: octubre 2nd, 2013 by Super Confirmado No Comments

Uno pensaba, ingenuamente por lo visto, que la llamada «guerra económica» era una estratagema publicitaria del oficialismo, muy rudimentaria e ineficaz, para tratar de ocultar su total responsabilidad en el desastre económico en que andamos, en el que seguramente «lo peor está por venir».

 

Se trataba de demostrar nada menos que tres lustros de disparates económicos no habían existido y que la temible crisis era responsabilidad de «la ultra derecha».

 

No tuvieron lugar ni el aplastamiento de la capacidad productiva del sector privado y la consecuente dependencia de las importaciones, ni las expropiaciones que terminaron en aparatosas quiebras, ni la minusvalía de Pdvsa, ni el manirrotismo más allá de nuestra fronteras en aras de un proyecto político sin destino, ni la deuda pública descomunal, ni una corrupción de dimensiones incalculables, ni una ineficiencia generalizada que el mismísimo Chávez terminó lamentando…en fin el haber desperdiciado una de las grandes oportunidades históricas que ha tenido el país para acercarse al desarrollo, con una renta petrolera más reluciente y constante que nunca.

 

Las colas de la escasez, los precios inflados golpeando a las mayorías, los dólares agotados para satisfacer la economía de puertos…la crisis, pues, es producto de la guerra de un enemigo sin escrúpulos. Aunque nunca está muy claro quién es esa ultraderecha que, políticamente, puede ir desde J.J. Rendón, Otto Reich, mayameros radicalizados o algunos desencantados de la votadera hasta extenderse a la MUD y a Henrique Capriles.

 

Y en el plano económico puede ir desde el bodeguero al que le encontraron unos cuantos rollos de más de papel tualé y que hay que denunciar en el 800-Saboteo hasta todo el sector privado, que ha sido aporreado, expropiado, humillado, puesto en fuga hasta decir basta en este régimen, exhausto y a punto de desaparecer y que, por cierto, es hoy más necesario que nunca para salir, si es que hay salida, de un dislate de tres lustros, Pero lo que hasta ahora parecía una guerra de palabras, de propaganda bastante histérica para unas elecciones en que el Gobierno sabe que tiene todas las de perder y para las cuales no logra poner orden ni en sus propias filas, de lo cual es un ejemplo flagrante la denuncia de ayer del Partido Comunista de que el PSUV lleva decenas de corruptos entre sus candidatos. Pero no, es más que eso, son hechos.

 

Tan tangibles como que Conatel no bien oyó que Maduro, atentando de la manera más brutal contra la libertad de expresión, consideró actos bélicos los señalamientos mediáticos sobre la escasez, se precipitó (la adulancia, como la información,,,debe ser oportuna) a acusar a Globovisión de haber violado el dictamen, cosa curiosa porque uno suponía suficientemente domesticado el canal otrora tan peleón. Y, por último, la expulsión de los tres diplomáticos gringos que esperamos que el Gobierno muestre pruebas contundentes, lo que no ha hecho, de las siniestras actividades que le atribuye, para que nacionales y extranjeros las conozcan y no quedemos como feroces especimenes tropicales en un mundo que casualmente parece bastante dialogante en estos días.

Pero lo cierto es que la tal guerra parece bastante amenazante y más vale andar avisado.

Editorial del Tal Cual

No pegan una

Posted on: octubre 1st, 2013 by Super Confirmado No Comments

¿Esta gente que nos «gobierna» sabe lo que está pasando en el país, sobre todo en sus sectores más populares y en sus clases medias, con las dificultades económicas que vivimos? Si están enterados, entonces no pareciera que saben qué hacer con ese paquete -lo cual ya de por si seria suficientemente grave-, pero, todo indica que más bien no tienen mucha noción de lo que está ocurriendo y de suyo se comprende que menos aun sepan qué hacer frente a una situación económica que se les escurre como agua entre los dedos de la mano. Lo que intuyen es que la cosa no es como para echar las campanas al vuelo y su respuesta es la tradicional: la amenaza, siempre a flor de labios, de la represión. ¿Así, así, es que se gobierna? Desde finales del año pasado a esta fecha el costo de la vida ha subido alrededor de 40% y solo en lo que va de año 2013 el alza ha sido más de 32%. Hace ya varios años que no andábamos por esos cielos, pero el chavismo tardío, doblado en madurismo, se montó en el cohete y por allá vuela.

 

La inflación, pues, corre cual conejo, perseguida por el pesado y lento paquidermo estatal, que, además, cada día pierde más el resuello y siempre se queda atrás.

 

Como los gobernantes no son tontos saben, -eso sí lo saben-, que esos platos rotos los paga sobre todo el pueblo pobre, donde los iniciales cuchicheos, respetuosos del líder fallecido, se están tornando gritos a voz en cuello, de amarga protesta e incomprensión. Lo irónico del caso es que lo que hoy se cosecha lo sembró el «comandante eterno» pero es a Maduro a quien toca lidiar con las consecuencias, añadiendo, de paso ­sopladas seguramente por Giordani­, sus propias (in)decisiones. Si a esto se añade que más de un millón largo de compatriotas anda de portón en portón buscando una chamba que nunca llega o lo hace goteadita y de a poquito, no hay que ser adivino para intuir que en los profundos socavones de la pobreza las cosas están, para decirlo con el expresivo lugar común, color de hormiga. Hay que tener claro que en un país de precario empleo, la situación rebota con mucha fuerza negativa sobre el conjunto de la sociedad, porque esto no es concha de ajos. El creciente ritmo de los despidos habla de un aparato productivo muy lesionado. La caída de su actividad ha sido brutal, entre 2012 y 2013.

 

Pero, ha aparecido una nota de «originalidad» en la conducta maduriana. Pide, nada menos y nada más, que se establezca censura sobre los medios de comunicación, según el, responsables de lo que ocurre porque son voceros de una «guerra económica» desatada por los empresarios. De manera que, no conforme con abrir operaciones contra el empresariado, Maduro la emprende también contra los medios. Ahí está la primera medida contra la «nueva» Globovisión por informar sobre el desabastecimiento. Uno se pregunta quién lo asesora.

 

Unas veces emplea un tono conciliador y otras repite, truculentamente al peor Chávez. Anda como desconcertado. La Fiscalía, por su parte, comprensiblemente, avisa que ya peló el ojo ante los medios. En la práctica, ¿Qué podemos esperar? Ya veremos. No hay duda de que los dioses le chupan los sesos a quienes quieren perder.

 

 

Editorial del Tal Cual

Paranoia

Posted on: septiembre 30th, 2013 by Super Confirmado No Comments

La psiquiatría define la paranoia al menos por dos ti- pos de delirio: unos, sobre peligros que nos acechan, manías de persecución por ejemplo; y otros, narcisistas, sobrevaloración de nuestra persona (que esconde frustraciones y sentimientos de inferioridad). Es posible que los muchos atentados contra Nicolás Maduro, ya una media docena publicitados en pocos meses, provengan de esta triste dolencia. Aunque es posible, también, que se trate de una simple y torva maniobra politiquera, de viejo cuño, destinada a lograr ciertos efectos: valorarse como víctima y acusar a los adversarios de acciones perversas, tapar enredos inconvenientes, encontrar salidas a dilemáticas situaciones… No sería de extrañar que tuviese de lo uno y de lo otro, porque no en vano se adoptan esas truculentas vías y no otras.

 

Limitémonos a las últimas denuncias que le impidieron viajar a la ONU, como hicieron la gran mayoría de los presidentes de la región y del ancho mundo, contra los cuales no se volcaron las terribles acechanzas que padeció nuestro primer magistrado. Como ha dicho Demetrio Boersner, sabio diplomático, ningún presidente en la historia de la ONU, ni los más problemáticos, ha sido sometido nunca a alguna agresión y en esa tribuna universal han sonado los más gruesos cañones verbales. Como es de esperarse la seguridad de los mandatarios es extrema. De manera que suena muy mal esa doble conspiración, no una sino dos, contra un señor bastante enclenque como personalidad y representante de un país en trance de autosuicidarse.

 

Por lo demás el susodicho ni siquiera nos dio pie ni para imaginar cómo los altos funcionarios diplomáticos americanos acusados por él iban a ejecutar sus maléficos planes.

 

Total, que suena a cuento chino, y no es coincidencia, que se evaporará al día siguiente y cuya consecuencia más clara es reforzar la poca credibilidad de todo cuanto dice el Hijo.

 

En lo del desperfecto del Airbus, vaya usted a saber de sus detalles técnicos, pero sobresale el hecho de que más allá de pilotos y diestros técnicos que se ocupan del transporte presidencial, fue Maduro con sus poderes sobrenaturales (recordar al pajarillo), con su corazón, el que descubrió el recóndito desperfecto. Que por lo demás, no es una falla ordinaria, sino un muy sospechoso intento de acabar con su persona y no son menos sospechosas las negaciones y chacotas de la oposición local, probablemente involucrada en la intriga. Esto viene a colación, como por azar, a propósito del uso del avión cubano para ir a China y no el muy costoso comprado por el «Gigante». Otro cuento pequinés.

 

Como se verá en el fondo de todo lo señalado, si seguimos en el análisis psicológico, subyace el delirio de grandeza. Él y solo él era el objetivo mundial del Imperio, tan temible se siente. Sobre esto hay un antecedente reciente y notable: el suspendido ataque a Siria por las armas químicas era concomitante con un magnicidio, otro distinto, en contra suya, en una arremetida de la derecha internacional contra los revolucionarios. Él que, para redondear la fórmula paranoica, ha abominado de su identidad para convertirse en el Otro, el que se fue. Tan pobre es la consistencia de su ego.

 

Mentiras tan tristes y atolondradas han tenido que ser rematadas a posteriori por sus subalternos, agregando vejaciones con el visado de dos miembros de su comitiva, problemas con el espacio aéreo puertorriqueño o peligro de incautación judicial del avión cubano por demandas tribunalicias en curso contra Cuba. O lo uno o lo otro. Seguramente, ninguno.

 

Editorial del Tal Cual

 

La corrupción madura

Posted on: septiembre 26th, 2013 by Super Confirmado No Comments

E n lo que pudiera ser considerado como una coincidencia, pero que no lo es porque en Venezuela sucede demasiado seguido, Nicolás Maduro, sumándose a una continua campaña oficialista, sale con unas estrambóticas acusaciones de corrupción contra la oposición (¡!) justo en el momento en que uno de los próceres menores del 4F, pero prócer al fin, Rafael Isea, teniente retirado, exministro de Finanzas y exgobernador de Aragua ­expresión en ambos casos del alto aprecio que le tenía Chávez­ huye del país forrado en dólares, denunciado por algunos de sus propios compañeros como un pillastre de altos quilates.

 

No es, desde luego, el primer caso de corrupción de estos tres lustros sino uno más, pero la coincidencia de las declaraciones de Nicolás Maduro con la fuga de Isea pone de bulto no solo el alcance del robo de los dineros públicos sino la enorme hipocresía que caracteriza al régimen en esta materia ­y en otras también. Escurrir el bulto, no admitir nada, no investigar nada, garantizar la impunidad ha sido la norma.

 

Lo de Isea es la excepción que confirma ésta. Quién sabe qué factura interna le están pasando. Que Maduro hable de corrupción es exactamente el caso de quien nombra la soga en casa del ahorcado.

 

Solo una opinión pública tan anestesiada como la nuestra, quizás porque ya nada llama la atención, puede haber conocido de la larga lista de tropelías contra los dineros de la nación, permaneciendo impávida ante esta lista (recortada) de casos: las confesiones-denuncias del magistrado Aponte Aponte, las vagabunderías del fugitivo magistrado Luis Velásquez Alvaray del TSJ, las aventuras y desventuras de Makled, el caso del gordo Antonini Wilson y su maletín para Cristina Kirchner, las marramucias con el Fondo de Pensiones de Pdvsa y en otras instancias de la estatal petrolera, el tristemente célebre episodio de Pudreval, las hiperraterías en las empresas básicas de Guayana, las tracalerías con las notas estructuradas del Ministerio de Finanzas y, la guinda, las propias denuncias del ministro Giordani (quien, dicho sea de paso, ni renuncia ni anuncia medidas, lo suyo es platónico). Esta «listica», que deja fuera otras decenas y decenas de casos similares, comenzando con el primero, en orden cronológico, el del Plan Bolívar 2000, allá por 1999, configura un triste y lamentable currículum del régimen chavista. Mucho de eso ha sido sacado a la luz pública por la propia gente del gobierno.

 

Que Maduro obvie todo esto y sin el más mínimo asomo autocrítico, en una tentativa infantil y tonta trate de echar sobre el lomo de la oposición la carga de la corrupción luce cuando menos cínico e inadmisible. De hecho, eso lo hace, objetivamente, cómplice de ese saqueo y, en todo caso, encubridor.

 

Tiene la presidencia y la oportunidad de plantear ese debate. Es dudoso, muy dudoso, que lo haga, como no sea a través de ese subterfugio necio de asociar a la oposición al tema. Un truco torpe para no agarrar ese toro por los cachos. Pero, otros, estamos ante la oportunidad de desarrollar aún más un debate sobre la corrupción en Venezuela. Que nuestro país figure, en lugar destacado, entre los seis más corruptos del mundo, tendría que ser, y de hecho lo es, un motivo de vergüenza nacional. Pero, sobre todo, tenemos que impedir que paguen justos por pecadores.

 

Editorial del Tal Cual

Chinos go home

Posted on: septiembre 25th, 2013 by Super Confirmado No Comments

Creemos que los gringos han disminuido su maldad imperial, al menos para con nosotros. Así se desgañiten las huestes chavistas atribuyéndoles todos los males que nos ocurren, hasta la resurrección de la malaria o la ceguera de los guardianes de nuestro aeropuerto que no ven pasar una tonelada de cocaína.

 

Si a ver vamos le vendemos petróleo a EEUU, a precios realmente altos que, por cierto, nos pagan con loable puntualidad, cosa más bien rara entre la variopinta clientela de Pdvsa, donde abundan las cuentas por cobrar. Tan altos son los costos del diabólico excremento que el «Gigante» se apiadó de los pobres del Bronx y les mandó unos cuantos barriles a precio de gallina flaca.

 

Y, por otra parte, nos compran cada vez menos y muy pronto, parece, se autoabastecerán, y suena poco deseable perder cliente tan puntual con sus compromisos. Claro, nos exportan no pocos productos, para empezar gasolina, lo cual es una extravagancia en un país que suda petróleo, pero que el gobierno debe agradecer sobremanera. En cuanto a los muchos productos manufacturados suyos que consumimos habría que atribuirlo más a la afición endógena, casi parte de nuestra identidad nacional, a todo lo que es gringo, desde el Oscar hasta las Grandes Ligas, pasando por los viajes a Miami de cualquier pelado o la malsana ingesta de comida chatarra. Cosas del libre albedrío colectivo.

 

Todo esto para concluir que si el esquema de la relación imperialista es la adquisición de materias primas a precios míseros para atosigarnos de productos elaborados a precios desconsiderados, éste no se ve muy claro que digamos aquí y ahora.

 

Y en lo político uno diría que son más las agresiones verbales de los revolucionarios locales, casi cotidianas, hacia el poderoso país que los que nos envía éste de vez en cuando. Por allí los analistas repiten a menudo que el Presidente afrodescendiente (es importante ese dato en este cuento) desgraciadamente no le para a América Latina, obsesionado con zonas más tórridas del planeta. De manera que, probablemente, somos más sujetos ignorados que asediados.

 

Ahora bien, la relación que estamos estableciendo aceleradamente con la amada China, así la llama Maduro, pareciera que responde con mayor exactitud a lo que Lenin calificó como imperialismo, fase superior del capitalismo.

 

Se trata de una gran potencia, la segunda del mundo, a la cual le estamos debiendo hasta la manera de andar, le estamos dando suculentos negocios en áreas económicas esenciales para que los exploten hasta con sus propios obreros y algunos pocos nuestros, por cierto con un régimen bastante parecido al esclavismo, donde la palabra sindicato ni aparece.

 

Agreguemos que, por lo visto, lo que nos prestan tenemos que gastarlo en sus productos, que van desde alta tecnología, satelital y minera para empezar, hasta cualquier cacharro que su maravilloso arte de la clonación ha llevado a lo sublime, la relojería suiza más sofisticada y los enseres femeninos y los aromas de París.

 

Así que los revolucionarios rabiosos, que siempre los habrá, deberían cambiar su jerarquía, y como en los buenos viejos tiempos agarrar el spray y empezar a embadurnar paredes con el acertado slogan «chinos, go home», váyanse pa’ su casa.

 

Editorial del Tal Cual