| Siguiente »

Claudio Nazoa: Hola, yo soy tú

Posted on: enero 25th, 2025 by Super Confirmado No Comments

 

Quiero contarles algo hermoso. Ojalá no les dé flojera y acepten leer hasta el final, ya que es un recuerdo que jamás he escrito y que hoy, he decidido compartir con ustedes.

Hace aproximadamente sesenta años, mis padres, mis hermanos y yo, nos mudamos desde Caracas hasta un pueblo llamado Villa de Cura, en el estado Aragua, Venezuela. Tendría diez, quizás once años, y llevaba la vida de un niño feliz junto a mi familia y a los nuevos amigos que iba haciendo.

Como en esa época no existían celulares, juegos tecnológicos, ni peligrosos retos en las redes, era raro el día en el que no inventáramos juegos divertidos con los muchachos del pueblo.

Salíamos de excursión a los ríos para nadar y luchar contra el calor intenso. Subíamos cerros y árboles para tumbar mangos y comerlos. Corríamos, nos empujábamos mientras reíamos, y veíamos cómo los campesinos ordeñaban a las vacas. También fabricábamos carruchas de madera, eso me encantaba, al igual que hacer papagayos de colores. En otras ocasiones jugábamos trompo, yoyo, perinola e intercambiábamos metras. Lo más peligroso que hacíamos, era jugar guataco por las orejas o el horrible juego del fusilado, sin embargo, increíblemente, nunca nos pasó nada grave.

En esa lejana infancia no había tiempo libre en el que no estuviéramos inventando vainas buenísimas y divertidas. En diciembre, recuerdo muy bien, nos poníamos los patines y salíamos a las cuatro de la mañana para disfrutar las misas de aguinaldo de Villa de Cura. Los sábados hacíamos carreras en bicicleta y cuando llegaba el carnaval, nos caíamos a bombazos de agua y nos bañábamos con harina y barro. Ni se diga cuánto nos divertíamos en los actos culturales de la escuela, la verdad es que gozábamos una bola.

Cerca de nuestra casa, vivía una familia también muy humilde, que tenía un único hijo llamado Luis, a quien por cariño, le decíamos Luisito. Resulta que Luisito sufría de parálisis en sus miembros inferiores y tenía una deformidad congénita en su pecho, razones por las que, lamentablemente, no podía participar con los niños en las actividades.

La mamá de Luisito, la Sra. Julia, todas las mañanas cuando bajaba el sol, lo sentaba en una silla de ruedas y lo ponía frente a la puerta de su casa para que no estuviera todo el día encerrado. Luisito era un niño cariñoso, simpático y absolutamente normal de su cabeza. Nosotros, a veces, nos poníamos a hablar con él y nos preguntaba qué cosas hacíamos. Él se emocionaba con nuestros cuentos y aventuras. Le gustaban los detalles de los paseos y de los juegos.

Como los fines de semana y en vacaciones estábamos libres de tareas escolares, los amigos de la escuela nos reuníamos temprano y pasábamos frente a la casa de Luisito para saludarlo. Allí estaba siempre. Muy contento. Esperándonos. Sentado en su silla de ruedas.-Muchachos, ¿qué van a hacer hoy? –preguntaba Luisito.
-Vamos al río a pescar y luego a nadar en un pozo que descubrimos y al que los abuelos llaman Pozo Azul, dicen que guarda un misterio. Y esta tarde, haremos carreras de bicicleta en la calle Páez.

Luisito, emocionado, nos llamaba para que nos acercáramos a él un poco más, y mirándonos a todos con sus ojos brillantes, escogía a uno de nosotros. Siempre hacía lo mismo. En algunas ocasiones me eligió a mí.

– ¡Claudio! –decía feliz- ¡hoy, yo soy tú!

Lo sé, esto es triste, pero bello. Les explico.

Cuando estábamos de regreso, Luisito le pedía al niño que había escogido, en este caso a mí, que le contara al detalle lo que habíamos hecho ese día. Luisito reía, bromeaba y vivía todo como si hubiese estado con nosotros, como si él hubiese sido yo. En su mente se sentía muy feliz porque a través de nosotros, había vivido un día maravilloso, lleno de juegos y aventuras infantiles.

Ya han pasado muchos años. Nunca más volví a saber de Luisito. Nunca supe qué fue de la vida de aquel niño que lograba superar su terrible enfermedad con tan solo soñar que era libre y vivía la vida de otro.

Lo que sí sé, es que jamás lo olvidaré, porque él me enseñó que a pesar de las tragedias y de las limitaciones, podemos ser felices. Por eso, cuando veo a alguien triunfar en algo que a mí me gusta, recuerdo a Luisito y me siento feliz, porque esa persona exitosa, también soy yo.

 

Claudio Nazoa

Claudio Nazoa: Sangre azul con Pata Seca

Posted on: enero 15th, 2025 by Super Confirmado No Comments

 

Los ancestros de mi rama materna, de apellido Laprea, que en el año de 1900 arribaron a Venezuela desde Maratea, Italia, me permitieron, con los años, adquirir el título nobiliario de Barón.

Para hacerles el cuento corto, en aquella época, un lejano pariente, quien estaba mamando y loco, casose con la hija de un rey italiano y obtuvo un título otorgado por la realeza que solo sería heredado por el descendiente que lo reclamase. Fui yo quien lo hizo porque nadie lo había hecho antes. He de reconocer que desconocía esta historia, la cual fui descubriendo mientras realizaba los trámites para obtener la nacionalidad italiana y sacar mi pasaporte europeo. Es esa la razón por la que hoy pertenezco a la nobleza italiana y por la que, además, poseo el título de Barón de Maratea.

Lo anterior es un abreboca para el cuentazo que les traigo hoy. Un temazo, como diría mi amigo Carlos Fraga.

Aclarada la historia de mis ancestros maternos, decidí investigar mis orígenes en la rama paterna. Lo que descubrí fue realmente asombroso.

Por insólito que suene, el padre de mi tatarabuelo paterno, resultó ser un esclavo que nació en Brasil en el año de 1828. Su nombre, Roque José Florencio Monrroy, conocido como “Pata Seca”. Sé que muchos lectores pensarán que esta historia es una jodedera mía, pero para demostrar lo contrario los invito a buscar en Internet para que comprueben la veracidad de estos hechos.

Pata Seca medía más de 2 metros de altura. Era una especie de Adonis negro, musculoso, fértil e inteligente. Esos atributos hicieron que sus dueños le asignaran una tarea que, desde el punto de vista humano de nuestros tiempos, resultaría horrible y agotadora.

A Pata Seca le quitaron los trabajos que normalmente les asignaban a los esclavos y lo convirtieron en un semental, pues los esclavistas de la época creían que él era un macho con pedigrí y en sus mentes enfermas y ambiciosas, deseaban engendrar a través de él una raza de esclavos altos y fuertes.

A este gigante negro le dieron una casita apartada de los demás esclavos y, a diario, debía acostarse con las esclavas más saludables y voluptuosas. Para que Pata Seca tuviera la fuerza suficiente para cumplir con el trabajo asignado era alimentado con lo mejor que producía la hacienda. En su menú no faltaba carne, leche, avena, huevos, pollos e imagino que también le daban chipichipi, además de todo tipo de alimento afrodisíaco necesario para fortalecer y aumentar su energía sexual.

Mientras los amigos esclavos de Pata Seca vivían en condiciones paupérrimas e inhumanas realizando trabajos del campo y llevando látigo y otros crueles castigos, mi ancestro pasaba el día entero follando, comiendo y descansando para recuperar fuerzas.

Gracias a este arduo trabajo, se supone, logró engendrar más de doscientos hijos fuertes, altos e inteligentes como él. Con el tiempo, Roque José Florencio Monrroy, me imagino que, por agotamiento y desgaste físico, fue “jubilado” y liberado por sus crueles amos. Los más ancianos de los pueblos del Brasil cuentan que Pata Seca logró vivir más de cien años.

Como hombre libre, adquirió tierras y ganado, convirtiéndose en un exitoso terrateniente. Incluso, por increíble que pueda parecer, se enamoró profundamente de una bella joven y se casó con ella. Sigan leyendo que ahora viene lo bueno.

Resulta que una hija del matrimonio de Pata Seca, llamada Xica Creusa Dazoa Monrroy, no sé cómo ni por qué, logró llegar a Venezuela y, de acuerdo con mis investigaciones, esa joven fue la madre del papá de mi tatarabuelo, cuyo nombre es Gabriel Dazoa Monrroy, hijo de madre soltera. Al parecer, al ser presentado en el año de 1860 en el Registro Civil de Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela, el secretario se equivocó al escribir su apellido y en lugar de colocar Dazoa, escribió Nazoa, he allí el origen de mi apellido paterno.

Uniendo las historias ancestrales de mis padres, he descubierto que soy un ilustre Barón italiano de sangre azul, ligado con un gigante esclavo brasileño conocido como Pata Seca.

Ya recuperé mi título de Barón, ahora, sólo por altruismo y para continuar la historia, reclamaré el trabajo del padre de mi tatarabuelo para continuar con su legado. Es justicia y ley. Me corresponde por herencia y tradición familiar.

 

Claudio Nazoa

Las opiniones emitidas por los articulistas  son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de Confirmado.com.ve

Claudio Nazoa: Estrellas pensantes de carne y hueso

Posted on: enero 8th, 2025 by Super Confirmado No Comments

A las personas que estuvieron pendientes cuando enfermé levemente, gracias. Y gracias, nuevamente, a los maravillosos médicos de la Clínica Ávila quienes, mientras me curaban, me dieron el tiempo suficiente para reflexionar e investigar sobre cosas en las que no me había detenido a pensar.

Parte del tratamiento consistía en transfusiones de hierro…  mucho hierro. Me he convertido en Iron Man con tres litros de hierro en el cuerpo. Mientras me los colocaban lentamente, bajo la supervisión de mi doctora de cabecera, Aixa Müller, decidí investigar cuántos minerales tenemos los seres humanos en nuestro cuerpo y cuando les cuente, se van a sorprender de la cantidad de hierro, calcio, magnesio, yodo, zinc, fósforo, azufre, manganeso, flúor, sodio, cloro, potasio, cobalto y selenio que hay en nosotros. Es realmente asombrosa la cantidad de elementos presentes.

Pensando en esto me acordé de un genio a quien admiro profundamente y quien murió muy pronto, el gran Carl Sagan, un astrofísico y astrónomo estadounidense, quien puso de moda aquello de “somos polvo de estrellas”. ¡Maravillosa imagen esa de compararnos con las estrellas!

Cuando estudiamos la composición química de los meteoritos que a diario caen en la Tierra, nos asombramos al descubrir que estamos hechos con los mismos materiales de esos pedacitos de estrellas que nos bombardean día y noche. Los mismos que nos hacen pedir un deseo cuando los vemos brillar al entrar a la atmósfera terrestre. ¡Literalmente estamos hechos de polvo de estrellas!, pero transmutados en cuerpos de carne y hueso.

De verdad que este autodescubrimiento me tiene emocionado y feliz, porque nos hace darnos cuenta de lo maravilloso que es estar vivo y tener conciencia. Les quiero recordar que todas las cosas que nos rodean, tienen su origen en ese misterioso universo en el cual flotamos.

Pobrecitas las plantas y todos los animales, bichitos, bacterias y hongos que existen, ya que están allí pero no lo saben. Esta inmensa casualidad que es la vida humana consciente, como la conocemos, es posible gracias al hecho fortuito, hace 66 millones de años, del famoso meteorito que cayó en Chicxulub, en la península de Yucatán, México, sin el cual no hubiesen desaparecido los inútiles dinosaurios para dar paso a la evolución de los mamíferos de donde venimos.

Es tal la armonía y el acoplamiento de eventos casi imposibles e increíbles que tuvieron que suceder para que surgiera la vida en el planeta Tierra, que es inevitable no pensar que un ser superior armó todo para que usted, hoy, esté leyendo esta historia.

La Tierra está en la distancia exacta en el Sistema Solar para no ser achicharrada ni congelada. Hace 4.500 millones de años, un objeto gigantesco, casi del tamaño de Marte, chocó con la Tierra y le desprendió un pedazo que luego, por la gravedad, se convirtió en la Luna, sin la cual sería imposible la vida en la Tierra. La inclinación del planeta es única y sin la Luna, la rotación sería desordenada impidiendo los ciclos que hacen posible la vida.

Se supone que, durante miles de millones de años, la Tierra fue bombardeada por meteoritos que contenían agua, lo que contribuyó a formar una capa que protege al planeta de los rayos ultravioletas del Sol. Para no seguir con “las casualidades” de tantas perfecciones, “por casualidad”, valga la redundancia, cae el famoso meteorito que, a la larga, inauguró la vida inteligente en la Tierra.

Entonces, ya lo saben, cuando miren hacia el cielo, piensen en todo esto y tengan conciencia de lo que realmente somos: estrellas pensantes de carne y hueso.

Y ya, despidiéndome, cuando nos pregunten o nosotros mismos nos hagamos la pregunta de: ¿habrá vida inteligente en el universo?, pues, la respuesta es: ¡Sí!

¿En dónde vivimos nosotros? Nosotros vivimos en el universo.

 

Claudio Nazoa

Claudio Nazoa: En el pan vive Dios y he aquí la receta de su pan de jamón

Posted on: diciembre 15th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

“…acabada la cena, tomó el pan, dando gracias lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: tomad y comed todos de él, porque éste es mi cuerpo…”.

El pan está ligado a cosas hermosas, filosóficas y básicas del hombre: ganarse el pan, el pan de sus hijos, ese hombre es un pan, se vende como pan caliente… el pan, encierra a todos los alimentos.

La vida es una cadena de casualidades: si su padre y su madre no hubieran hecho el amor el día que lo procrearon, seguramente otra persona, y no usted, estaría leyendo este artículo. Nadie, ni siquiera usted, sabría de su existencia. Póngase a pensar: ¿Le inquieta que una pareja no se conozca y que no hagan el amor para que nazca un ser humano? Estoy seguro que no. Pero a esa persona que no nació, sí, aunque no pueda saberlo. ¿Y qué tiene que ver este lío pseudo filosófico con el pan? Nada, pero tenía ganas de decirlo. Sigamos.

Muchas personas le tienen miedo a la masa y se sienten incapaces de hacer un pan. Cuando se logra preparar uno y queda bueno, se siente satisfacción. Es como si hubiéramos hecho un hijo. Nos sentimos orgullosos. Lo enseñamos a todos y lo comemos con respeto y amor. Cuando preparen pan, es un consejo, compre levadura fresca para que la masa crezca.

El pan está hecho con seres vivos. La levadura es un hongo maravilloso que vive y muere para usted. Hágalo con amor. Sonría mientras amasa y verá los resultados.

Bese a la persona que está cerca de usted, a esa que tiene al lado. Abrácela y a pesar de lo difícil que es, dele gracias a Dios por vivir en Venezuela y no olvide, jamás deje de ser optimista.

Como todos los años y a verdadera petición del público, ahí les va otra vez mi receta del pan de jamón. El propio.

 

RECETA DEL PAN DE JAMÓN

 

INGREDIENTES:

1 ½ kilo de harina de trigo; 1 cucharada de levadura fresca; 200 grs. de mantequilla; 200 grs. de azúcar al gusto; 150 grs. de papelón o azúcar morena; ½ litro de leche; 400 grs. de tocineta ahumada; 1 kilo de jamón de pierna o ahumado; 200 grs. de pasas; 200 grs. de aceitunas deshuesadas; 3 huevos.

PREPARACIÓN:

1.- En una taza de agua añada una cucharada grande de levadura fresca (si usa levadura en pasta, corte una tajada de un dedo de espesor por cada kilogramo de masa). Deje reposar por 4 minutos.

2.- Entibie la leche, agregue azúcar y sal.

3.- Coloque 1 kg de harina sobre la mesa en forma de corona o volcán, agregue la levadura crecida y mezcle con la mano. Añada dos huevos enteros, la mantequilla y poco a poco la leche hasta que la masa se vaya homogenizando (si está muy blanda coloque más harina).

4.- Amase fuertemente en una mesa hasta que la masa se despegue de las manos y de la mesa. Deje reposar por 35 minutos en un sitio tibio. Cubra la masa con un pañito húmedo y aproveche el tiempo de espera para echarse un palo con el licor que más le guste.

5.- Corte las aceitunas en rueditas, ponga a remojar las pasas, coloque el jamón y la tocineta en un plato.

6.-Transcurridos 35 minutos de reposo de la masa, proceda a elaborar el pan de jamón. Divida la masa en dos partes, estírela con un rodillo hasta formar un rectángulo sobre el cual va a esparcir las pasas, las aceitunas, el jamón y las tiras de tocineta. Enrolle la masa para formar el pan y guarde un pedacito para adornar. Deje reposar el pan por 45 minutos. Precaliente el horno a 250 grados. Saque el pan del horno cuando lleve en él 20 minutos, píntelo con el papelón rayado y aceite al que le ha añadido un huevo entero y vuelva a meterlo al horno. El pan estará listo cuando tenga un color marrón brillante. En un poco más de una hora. Depende mucho de la temperatura y del humor de los hornos.

Recomiendo que en este año tan jodido, nos demos un gustico y un lujito preparando este pan de jamón y compartiéndolo con la gente a quien amamos. No se le ocurra regalarle pan de jamón a la gente mala.

 

Claudio Nazoa

@claudionazoa

Claudio Nazoa: Soy una especie de Carlos Fraga inculto

Posted on: noviembre 10th, 2024 by Super Confirmado No Comments

A Ricardo Talesnik,un amigo a quien conocí por casualidad.

Tengo un amigo llamado Luis Salas, creo que vive en Tenerife, pero nunca está allí porque siempre anda haciendo algo raro en algún lugar misterioso del mundo. Cuando aterriza en Venezuela nos sentamos a conversar durante horas sobre cosas inútiles pero muy útiles. Antier, en una de esas absurdas pero fascinantes reuniones, entre otras cosas, le dije que todos siempre tenemos un instante que yo he llamado El Momento Cero. Si quieren saber más sobre esta inutilidad, continúen leyendo y se darán cuenta de que en la vida también usted tiene muchos momentos ceros.

Últimamente ando preocupado porque me doy cuenta que, por temor de hablar cosas sobre el gobierno, me he convertido en una especie de Carlos Fraga pero inculto. Carlos, es un excelente comunicador y gran amigo, quien, con su enorme talento y capacidad profesional, ha sido capaz todos los días y casi a todas horas, de hablar sobre temas rarísimos, algunos que están en el ambiente pero que casi nunca profundizamos por ignorancia o miedo.

Carlos Fraga tiene mucha gente que trata de imitarlo sin el conocimiento, el estudio o su buenmozura. Imitar a Carlos Fraga es difícil, porque un sabio de verdad se puede hacer pasar por ignorante, pero un ignorante jamás podrá hacerse pasar por sabio. Le estoy dando muchas vueltas a esto y nada que escribo la esencia del artículo de hoy.

Como no he investigado ni estudiado nada como lo ha hecho mi amigo, desarrollé una teoría propia la cual, lo más seguro, es que no sirva para nada o que a nadie le interese. Confieso ser un envidioso osado más no un plagiador, sin embargo, sí soy un copión de la capacidad que tiene Carlos para encontrar extraños temas y hoy, este es mi planteamiento.

Momento Cero

Un día, cuando no existíamos, pero ya todo lo que conocemos existía, cuando nadie nos esperaba y a nadie le hacíamos falta, un hombre cualquiera se subió a un autobús y se sentó al lado de una mujer desconocida. Ellos comenzaron a hablar. Se cayeron bien. Quedaron en verse otro día y fue allí cuando se inició el momento cero para ambos. Sí. Esa pareja se enamoró, se casó y tuvo dos hijos. ¡Ellos fueron nuestros abuelos! -dirán sus nietos. Y ese fue el principio: dos personas que fortuitamente coincidieron en un autobús.

Lo anterior parece una bobería, pero, ¿qué hubiese pasado con esos dos seres a quienes el destino unió, si por ejemplo, hubiese ocurrido que el hombre sale tarde de su casa o si la mujer se hubiese sentado en los puestos de atrás del autobús?

Fíjense qué curioso, si el destino no los hubiese unido, no habría pasado nada porque cada uno de esos dos seres, seguramente, habrían encontrado a otras personas con las que se casarían. Esos descendientes no existirían y su actual esposa o esposo, si hubiesen nacido, estarían casados con alguien más. Y ellos, los nietos, que quizás leen esto, se perderían lo bueno y lo malo de la vida porque, simplemente, los abuelos no tuvieron el momento cero que les correspondía para que ellos existieran.

Así pasa también con la amistad. Siempre hubo un momento cero en la vida en la que usted no conocía a su mejor amigo o mejor amiga y, por un hecho casual, en una fiesta, un mercado o en un aeropuerto, conoce a una persona que con el tiempo será su mejor amiga o su mejor amigo. También hay gente que de pronto, sin ton ni son, le agarra arrechera a uno, eso se podría llamar momento cero negativo, pero dejemos ese tema para otro día.

Espero que mi teoría del momento cero les haya gustado y que, cuando hoy, conozcan a alguien de forma fortuita, estén muy atentos porque podría ser el día en el que se encuentren con el amor de su vida o, quizás, con su mejor amigo.

Saludos a Ricardo, a Luis Salas y a Carlos Fraga.

 

Claudio Nazoa

Román Lozinski, Miguel Delgado y yo somos unas doñas de El Cafetal

Posted on: noviembre 2nd, 2024 by Super Confirmado No Comments

Foto: Jeanette Ortega Carvajal

El maestro Miguel Delgado Estévez, mi primo, trabaja con Román Lozinski, un gran locutor y comunicador social a quien admiro y quiero, pero quien tiene la mala costumbre de levantarnos todos los días a las 6:00 de la mañana para preocuparnos con noticias nacionales e internacionales.

Eventualmente, este par de personajes me sonsacan y me llevan a sitios en donde se liban bebidas espirituosas. La semana pasada quedé muy preocupado después de una de estas reuniones. Si quieren saber el chisme completo, lean hasta el final.

Vivo en Caracas, en un edificio de la urbanización de El Cafetal y estando en compañía de mi amada Shia Bertoni, en una tasquita de la zona, me llamó Miguel:

–¡Primooo …!, –dijo él– ando con Román y nos provocó conversar contigo y con el viejito Parr, ¿estás solo?

–No, ando con Shia.

–Dime hasta qué hora vas a estar con ella, es que nos gustaría pasar por allá un rato, queremos hablar contigo vainas de hombres.

Viendo el entusiasmo del primo, le dije a Shia:

–Mi amor, Román y Miguel quieren hablar conmigo. ¿Te molestaría pagar la cuenta y esperarme en el apartamento?

Shia, sin chistar, dijo que no había problema. Así que le di las llaves de mi apartamento y se retiró con un silencio respetuoso.

Inmediatamente llamé al mesonero para que abriera una cuenta a nombre de Román Lozinski y para que, de una vez, trajera al viejito Parr a la mesa. No pasaron ni diez minutos cuando llegaron los dos. Nos servimos un whisky y comenzamos a hablar. Sin embargo, pasó algo raro ese día.

Generalmente las conversaciones de hombres tratan de fútbol, beisbol, chismes políticos, mujeres, automóviles, mecánica, bolas criollas o toros coleados. No me pregunten qué ocurrió, pero el primero que empezó con una vaina rara fue Román.

–Miguel, ¿y cómo está Jaziel Felipe de Jesús, tu nieto recién nacido?

–¡Ayyy… está bello y gordito! –respondió Miguel con un entusiasmo inaudito, incluso, poco viril– Figúrate que en estos días pasamos un susto porque le dio una tosecita rara, pero lo bañamos con agua de eucalipto y mentol chino y se le quitó inmediatamente.

–Bueno, si le llega a dar hipo –acotó Román con los ojos aguarapados y visiblemente emocionado– ponle un hilo rojo mojado en la frente. Sí, yo sé lo que vas a decir, que eso es receta de las abuelas, ¡pero no falla! Y te lo cuento porque cuando los muchachos están chiquitos hay que estar muy pendientes de cualquier cosa.

–Dígame tú, Román –interrumpí tratando de hablar grueso– que tuviste unas morochitas bellas, Isabella y Sofía.

–¡Ay, sí! –respondió Román suspirando– Eso fue difícil. Los primeros meses yo casi no dormía por las morochas y es que teníamos que preparar ¡dos teteros! … y a ti, Claudio, ¿cómo te fue con tu hija Valentina?

–La verdad… también fue difícil, porque en la noche era muy llorona y mi esposa y yo nos turnábamos para intentar calmarla. Eso sí, yo estoy chocho por esa muchachita, menos mal que creció. Ahora quien llora de noche soy yo porque se fue para España.

–Bueno, ya Claudio –dijo Román dándome una palmada en el hombro–, recuerda que los muchachos no son nuestros, ¡son del mundo!

–¡Sí, del mundo! –dijo Miguel con picardía y muerto de la risa– pero de los trece pa’rriba, que todavía son nuestros, se ponen tan insoportables que provoca devolverlos al útero y a los testículos.

A lo que Román, añadió:

–Lo peor no es eso. Lo malo es cuando los muchachos están en el colegio y lo meten a uno en “el chat de madres”. ¡Eso es horrible! Todos sabemos que siempre hay una madre que en secreto abre un chat paralelo para criticar con libertad a las madres que están en el primer chat, pero no en el recién abierto … a mí esos chats de madres nunca me gustaron –añadió– pero uno no se puede salir porque allí uno se entera de las tareas de los muchachos que casi siempre hacemos los padres hasta altas horas de la noche. Los únicos hombres del chat de madres del colegio de mis hijas hemos sido Laureano Márquez y yo.

Después de esta conversación se hizo un silencio incómodo que rompí con un brindis: ¡salud! –dije enérgico. Román, entusiasmado, añadió:

–Y hablando como los locos, ¿no escucharon estos días en mi programa a un ginecólogo endocrinólogo que entrevisté? ¡Increíble lo jodido de la menopausia en las mujeres!

–De bolas que es en las mujeres, Román –dije en medio de mi ignorancia ante tan peludo comentario.

–¡No señor! –intervino Miguel con la pericia de un experto–, yo estudié Biología en el Pedagógico de Caracas y sé que hay hombres a quienes les viene la menopausia.

–¡Bestia! –le repliqué con cariño–, a los hombres lo que nos da es la andropausia. ¿a ti no te ha venido, Román? -pregunté curioso.

–No sé, chico, pero desde que cumplí 53 años, tengo insomnio, me da mucha sed, unos calorones horribles incluso con el aire acondicionado encendido y le agarro rabia sin ninguna razón a la gente.

Al unísono, Miguel y yo, dijimos:

–¡Listo! ¡Eso es! ¡Tienes la andropausia!

Román, incómodo ante el descubrimiento, con rabia contenida, sudando y rojo como un tomate, le pregunta a Miguel en tono burlón y cizañero:

–Me imagino que a ti te vino, se te fue y te regresó.

–¡No vale! –dije yo– a Miguel lo que le vino fue la viejopausia.

Los tres nos reímos hipócrita e incómodamente y de nuevo brindamos.

Ya teníamos como tres horas hablando “cosas de hombres” cuando Román, dijo:

–Bueno muchachos, yo me voy porque debo madrugar. Tengo que preparar el programa de mañana, llevar a las niñas al colegio, dejar a Román Ignacio al maternal y después ir a la radio.

Miguel se quedó un ratico más hasta secar al viejo Parr y, por supuesto, al irse Román, empezamos a criticarlo. Por eso nunca es bueno irse de primero.

En eso recordé que debía tomarme un café con Shia y algo más… Me despedí de mi primo y caí en cuenta que, Miguel, Román y yo, nos habíamos convertido en unas doñas de El Cafetal.

 

Claudio Nazoa

@claudionazoa

El hijo de Maduro se casa con María C. y estoy en la lista de invitados

Posted on: octubre 26th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Lo que a continuación leerán no es mamadera de gallo ni nada que se le parezca, es un hecho real de la realeza, razón por la que es importante que lean este artículo hasta el final.

Algunos ya saben que soy poseedor de un título nobiliario que heredé de mis antepasados italianos, quienes eran oriundos de un pueblo llamado Maratea. Para quienes no conozcan la historia de mi linaje, haré un pequeño resumen: el abuelo de mi abuelo por parte de madre, un pescador de nombre Horacio Laprea, se casó, no sé cómo lo logró, con una sobrina del rey Víctor Manuel II de Cerdeña, quien era el rey de Italia por los años de 1849.

Lo cierto es que, en aquella lejana época, no era bien visto que la sobrina de un rey contrajera nupcias con un plebeyo. ¡Eso sería un escándalo social! Por lo que, ante esta pasión irrefrenable y al verse la nobleza italiana impedida de evitar matrimonio tan desigual, la corte resolvió otorgar un título nobiliario a Horacio Laprea. Fue así como mi trastatarabuelo fue nombrado barón de Maratea. Más adelante, con el pasar del tiempo, la familia Laprea de Maratea fue creciendo y, no me pregunten por qué razón algunos de sus miembros se trasladaron de Maratea a San Fernando de Apure, en Venezuela.

Un descendiente de esa estirpe fue mi abuelo materno Francisco Laprea, quien arribó a La Guaira en barco en el año de 1900 y luego se dirigió a San Fernando de Apure. Mi abuelo fue un héroe solo por el hecho de realizar tamaño maratón: Maratea-La Guaira-San Fernando de Apure. Si ahorita es jodidísimo llegar a San Fernando, imagínense en esa época. Lo cierto es que, gracias al abuelo Francisco, hoy en día, tengo doble nacionalidad: venezolana e italiana.

Para obtener el pasaporte italiano viajé a Maratea en busca de papeles familiares. Entre antiguos y fascinantes documentos, descubrí a mi lejano pariente Horacio Laprea, el primer barón de Maratea. Me enteré, además, de que ese título hereditario no había sido reclamado. Así que contacté con la casa real de Saboya y logré que me lo otorgaran. El título de barón lo asumo con humildad y jamás, a pesar de mi linaje, he abusado por poseerlo.

Las casas reales europeas tienen una especie de club en donde estamos perennemente comunicados y entre las familias de alcurnia solemos invitarnos cuando hay bodas, coronaciones, actos luctuosos y deportivos. La idea de este superexclusivo “club” es que no se pierdan los lazos familiares y, disimuladamente, lograr que los jóvenes nobles se conozcan y se casen entre ellos. En esta época y cada vez con más frecuencia, príncipes y princesas buscan el amor fuera del círculo de la nobleza y contraen matrimonio con gente como usted, quien lee esto, o como yo, quien lo escribe. Por eso se ha hecho cada vez más común el enamoramiento de reyes y príncipes con simples plebeyos, como, por ejemplo, el rey Felipe de España o el rey Carlos de Inglaterra.

Debo contarles que soy comediante, escritor, cocinero y profesor del Pedagógico. Alguna vez he dictado clases de teatro. En cierta ocasión dirigí un taller en el Colegio San Ignacio de Loyola en Caracas. Allí fui profesor del hijo de Maduro quien, siendo aún un niño, obtuvo el personaje del príncipe azul en la obra La Cenicienta al alcance de todos, escrita por Aquiles Nazoa, mi padre, quien no tenía sangre azul, pero se comportaba como si la tuviera.

El caso es que, por ser poseedor de un título nobiliario, de alguna manera y a pesar de no tener dinero, pertenezco a la aristocracia europea. Ahora viene el tubazo que todos quieren que les cuente, ya van a entender cómo se relacionan todas estas historias. Resulta que el hijo de Maduro se casa con María C. y me ha invitado a su boda. ¿No me creen? Sigan leyendo:

 

Así como lo leen, un empresario venezolano quien hizo teatro infantil conmigo, ha colocado en alto nuestro gentilicio. Yo lo casé con la Cenicienta y él ahora, en la vida real, ni corto ni perezoso, va a casarse con una verdadera princesa: Leopoldo Maduro Vollmer se casará con la princesa más rica de Europa, María Carolina de Liechtenstein.

El cerebro de ningún escritor venezolano de comedias daría como para escribir un enlace de humor y amor con estos nombres y apellidos. Aunque parezca increíble, es cierto.

La princesa posee las iniciales de la mujer más temida y amada en Venezuela, MC, y el novio, de apellido Maduro, tiene además como primer nombre Leopoldo, otro prohibido y de ñapa, como si fuera poco, su otro apellido es Vollmer, ¡el apellido de los dueños del ron Santa Teresa!

Les voy a decir una vaina, de verdad, yo creo que Dios, al escribir este libreto, ha demostrado ser un gran jodedor.

 @claudionazoa

Razones por las que el rey Felipe VI debe pedirme perdón

Posted on: octubre 12th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Estimado Felipe VI, rey de España:

No sé si usted se enteró de que la nueva presidenta de México, con un nombre azteca puro, Claudia Sheinbaum, no quiso invitarlo a su acto de proclamación porque España tenía que pedirle perdón a México, por todas aquellas cosas que los españoles hicieron hace 500 años.

Me puse a pensar y, majestad, con todo respeto, le voy a decir que usted también tiene que pedirme perdón por las cosas que me han hecho los españoles a lo largo de mi longeva vida. Son muchos los agravios, pero enumeraré solo aquellos que más me atormentan:

-Nací en Caracas y si no es por los malvados españoles, sobre todo por uno de nombre Diego de Lozada, yo hablaría el idioma de los indios Caracas, el cual era muy sencillo y no tan difícil como eso de tener que aprender veintisiete letras de un alfabeto para comunicarnos por escrito, ¡en papel!, eso es imperdonable. Mis ancestros escribían en piedra y, además de ser más barato, el mensaje perduraba en el tiempo. Majestad, solo por esto, amerita que usted me pida perdón.

Mi profesor de literatura, José Antonio Escalona, de ascendencia española, me obligó a leer un libro larguísimo escrito por un señor de apellido Cervantes Saavedra, alias el manco de Lepanto. El libro se titulaba El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha y no sólo había que leerlo, sino también analizarlo y en eso pasé meses de insomnio y de intenso trabajo. Majestad, solo por esto, amerita que usted me pida perdón.

-Hablemos de cocina. Resulta que, por culpa de ustedes, en lugar de comer el casabe y el maíz sancochado solo, en Venezuela se inventó algo llamado hallaca que lleva casi exclusivamente ingredientes traídos por los españoles a América: aceituna, panceta, carne de res y de cerdo, vino, pasas y como si fuera poco, para jodernos más, también nos dejaron cosas que ustedes heredaron de los árabes, como las almendras y las alcaparras. Nosotros solo pusimos el maíz y la hoja de plátano para envolver aquello y ni hablar del pan de jamón, plato venezolano cuyos ingredientes, todos, fueron traídos por los españoles, jamás les perdonaré las noches en vela que pasé preparando esos panes tan sabrosos con los cuales logré además pagar mis deudas. Majestad, solo por esto, amerita que usted me pida perdón.

-Por culpa de ustedes aprendí a tocar el cuatro y la guitarra, instrumentos musicales que provienen del laúd español. Tuve que hacer un enorme esfuerzo con el maestro Miguel Delgado Esteves, para aprender a tocarlos, hasta que lo logré, cuando lo lógico era que tocara solo maraca, pito y guarura, que, ojo, son instrumentos bellísimos y buenos, pero tocados solos, son una ladilla. Fíjese, Felipe, perdón, su majestad, mire esta maldad inenarrable: el joropo es una degeneración del fandango andaluz. El polo margariteño nos viene de Andalucía y de las zambras árabes. La música andina de los bambucos y valses fue traída por bochincheros españoles. Majestad, solo por esto, amerita que usted me pida perdón. Prosigamos.

-Estimado rey, no sé si usted sabe que nuestro Libertador Simón Bolívar era de ascendencia española y fue tan mal agradecido, que corrió a los españoles de Venezuela y de gran parte de América. ¿Cómo es posible que un descendiente de españoles nos liberara de los españoles? Majestad, solo por esto, amerita que usted me pida perdón.

Resulta, mi estimado Don Felipe VI, que en estos años han salido de Venezuela casi 8 millones de ciudadanos. Se calcula que casi 800.000 de ellos están en vuestro reinado, es decir, hay más venezolanos hoy en España que todos los españoles que vinieron en la época colonial a Venezuela. ¿Sabe qué cosa no le voy a perdonar, aunque usted me lo pida? Que, de ese millón de venezolanos, uno de ellos es mi hija. Ella vive en España, feliz, trabajando, estudiando y progresando, mientras yo aquí la estoy añorando cada segundo de mi vida. ¿Acaso eso es justo? Eso sí que no tiene perdón.

Así que, mi estimado rey Felipe VI, a pesar de todo lo que he sufrido y a pesar de que aún no me ha pedido perdón, ahorita, según se ha descubierto, en España, los venezolanos valemos oro. Por eso y para discutir estos temas, si usted desea, lo invito a comer una paella. Nos podemos encontrar en Caracas en una tasca de la Plaza Candelaria o en el Mesón de Andrés en Chacao, con una copa de cava o de vino manzanilla de Andalucía o quizás, con un tinto de Rioja o un buen albariño gallego a ver si así se le ablanda el corazón y se digna por fin a pedirme perdón.

Gracias majestad y perdone lo malo.

Atentamente:

 Claudio Nazoa Laprea

Barón de Maratea

Ha nacido Yajaira Laprea

Posted on: septiembre 19th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Queridos lectores, el artículo que van a leer quizás sea uno de los más difíciles que he escrito. Ojalá y tengan la paciencia de llegar hasta el final porque, les aseguro, refleja una realidad que parece un cuento triste, alegre, esperanzador, realista, esotérico, religioso, científico, doloroso, educativo, aleccionador y quién sabe cuántas otras cosas más. Esta historia trata de la valentía de una mujer luchadora y productiva, me refiero a mi querida prima, Yajaira Laprea, mejor conocida como Yaya.

Con Yajaira compartí poco en la infancia, aunque mi madre, María Laprea, era la madrina de su padre, Mario. Ya en la adultez, me reencuentro con mi prima. Estaba graduada de arquitecto y casada con un apuesto caballero llamado John. Ella se inventó una que tenía que ver, de refilón, con la arquitectura, ya que implicaba el diseño de unos kioscos sifrinos para vender periódicos y chucherías a los cuales bautizó con el nombre de: “Parada Inteligente”. Pronto, estos kioscos, estéticos y de funcional diseño, comenzaron a verse por toda Venezuela, los encontrábamos en aeropuertos, centros comerciales, avenidas, etc.

El pequeño negocio se transformó en una exitosa franquicia que, como toda empresa seria, reunía a su gente para darles lineamientos, conversar y seguir creciendo. Allí es donde aparezco yo, quien, junto con Pedro León Zapata, Laureano Márquez, Carlitos Jorgez y Violeta Alemán, nos encargamos bajo la brillante dirección de Yajaira, de divertir y enseñar a sus franquiciados y trabajadores durante maravillosas reuniones de trabajo.

Durante varios años, en el mes de diciembre, presentamos el Show del Pan de Jamón para el personal que estaba bajo su cargo. Gracias a estos espectáculos, logré acercarme mucho más a mi prima y comencé a admirar su tenacidad, su inteligencia, su don de gente, y a descubrir que en ella, la constancia y la paciencia eran maravillosos dones que poseía, además de una pericia extraordinaria para torear las dificultades que le permitían salir airosa de cuanto problema se iba presentanomenzó a sentir olores musculares y se pensó que podía ser por exceso de trabajo o estrés. Pero no. Lamentablemente fue diagnosticada con una enfermedad neurodegenerativa progresiva que ataca el sistema nervioso central afectando el habla, el respirar y la movilidad. La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), es un diagnóstico terrible que tristemente aún no tiene cura.

A lo largo de los últimos años, de manera despiadada, la enfermedad fue paralizando de a poquito sus músculos hasta inmovilizar su cuerpo. Atrás quedaron sus sueños de continuar presenciando cómo las Paradas Inteligentes crecían, y no tuvo otra alternativa que vender su franquicia. Sin embargo, Yajaira nunca quiso ni quiere ser generadora de lástima, todo lo contrario, esta mujer de temple admirable, en tan terrible momento, ha logrado transformarse en el soporte emocional de su esposo, de sus hijos Alejandro y Andreína, y de sus amados nietos.

Ella, a pesar de la adversidad, es un rayo de luz que alumbra y nutre a su familia y a los amigos que con tanto cariño la rodean día y noche. Yajaira es ahora la “Parada Inteligente” de un corazón enorme que moviliza el amor de quienes la queremos.

Con pasmosa y valiente tranquilidad espiritual, mi prima, junto a sus seres queridos, viajó a España. Me escribió y entre palabras hermosas y nostálgicas, me dijo: “Tras profunda reflexión he decidido programar mi eutanasia para el 30 de septiembre. Es un día después de mi cumpleaños y me permite cerrar un ciclo de vida … sé que esta noticia puede ser dolorosa y créeme que no ha sido fácil llegar a esta decisión. Agradezco tener esta opción. Viví la vida como quise y quiero vivir la muerte como quiero … has dejado una huella en mi vida y quiero agradecerte por haber estado a mi lado … te pido que me recuerdes con una sonrisa. Te quiero mucho, tu prima, Yajaira Laprea, a treinta días de mi partida”.

Difícil, muy difícil afrontar esto. Juro que pensé mucho si escribía o no este texto, pero mi corazón me indicó que tenía que hacerlo. Si ella ha tenido la valentía de despedirse, no puedo menos que, con dolor y con cariño, dedicarle unas palabras.

Yajaira, prima querida, algún día, cuando no habías nacido aún, ya existías potencialmente dentro de un hombre y de una mujer que se enamoraron y como producto de ese amor, lograron darte la vida.

Yajaira, hoy eres una mujer afortunada al poder programar tu viaje a una vida nueva. Vas hacia ese lugar al cual todos iremos algún día. Tu renacer volverá a ser una posibilidad cuando un hombre y una mujer se encuentren y se amen. Dios existe y de pronto, estarás aquí de nuevo acompañándonos con tu inteligencia, tu dulzura, tu belleza y tu bondad.

Yajaira, te voy a contar algo, muchas de esas estrellas que ahora ves en el firmamento, a lo mejor ya no existen porque están muy lejos y recién nos llega su luz de cómo ellas fueron hace miles o millones de años. Es decir, querida prima, estás viendo algo que en realidad ya no existe, pero que sin embargo está allí, generando luz.

Yajaira, imagínate que desde un sistema planetario alejado a 68 años luz, “alguien” pueda observar la Tierra. La vería como era hace 68 años luz y si pudiera enfocarse en la Venezuela del 29 de septiembre del año 1956, tú, mi prima amada, tendrías un día de nacida, aunque ahora ya no estés acá.

Yajaira, eso que te cuento es algo mágico, pero a la vez es real y maravilloso. Escucha bien, si quien mira hacia la Tierra pudiera alejarse un poquito más en el tiempo, podría ver el momento en el que tus padres se conocieron y comenzó la historia de tu vida.

Yajaira, el 30 de septiembre empieza tu regreso a esa misteriosa e incomprensible cosa extraña que es la otra vida. En alguna parte del mundo, ojalá sea en Venezuela otra vez, nacerá una hermosa bebé quien, al crecer, tendrá enormes ganas de inventar vainas maravillosas para hacer feliz al mundo.

Yajaira, valiente prima, no me despido. Te digo hasta pronto.

Tú no te vas porque dejaste tu huella en quienes siempre te amaremos. Lo que no sabes es que ya está en marcha tu regreso. Estaré pendiente de ti al mirar a las bebés en los cochecitos, algún día te encontraré y sabré que eres tú por tu sonrisa.

Yajaira, el 30 de septiembre del año 2024 es el día de tu parada inteligente y te tomarás un merecido descanso que te preparará para tu viaje de regreso.

Ojalá, en nuestra otra vida, tengamos la suerte de ser primos otra vez y juntos volvamos a gozar una bola.

@claudionazoa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Soy una madre estresada

Posted on: agosto 29th, 2024 by Super Confirmado No Comments

 

Gracias a la pastillita azul, tengo una hija menor a quien amo, pero he de confesar que estoy a punto de tirar la toalla.

 

Soy un padre machista. Jamás he cambiado un pañal, dado tetero y mucho menos sacado gases. Tampoco, de pepa asomao, asistí a ningún parto. Nunca fui humillado en cursos prenatales donde obligan a hombres pisados a ponerse una barriga y a cargar muñecos. ¡Eso ni de vaina!

 

Hoy quiero compartir mi experiencia como padre. Criar a un muchacho es horrible. Estoy seguro de que las feministas me van a volver polvo, pero hay que reconocer que los niños están hechos para las madres, es decir, el sexo fuerte. Sí. Las mujeres son el sexo fuerte por parir y lidiar con los hijos, sobre todo cuando llegan a la adolescencia. En esa etapa provoca devolverlos o congelarlos hasta que cumplan la mayoría de edad. ¡Incluso de adultos echan vaina! Bueno, eso dice mi mamá de mí y yo lo digo del hijo de mi primer matrimonio quien, aunque ya me ha hecho abuelo dos veces, en ocasiones me provoca darle una pela y mandarlo pal cuarto sin Netflix ni celular.

 

Ahora que iniciaron las clases, mi sufrimiento posparto me está volviendo loco. Mi hija todavía no tiene transporte y tengo que llevarla al colegio todos los días a las 6:00 de la mañana. Lo malo no es eso. Lo malo es que en la tarde me la devuelven otra vez y no es que te la traen. No. Es que de nuevo tengo que salir a buscarla.

 

En el ínterin de este lleva y trae, a las afueras de la escuela, me convertí en mamá. Me he hecho amigo de un grupo de representantes estresadas, quienes me metieron en un chat de WhatsApp de madres del colegio. ¡Qué espanto! Cada cinco minutos me llega un mensaje. Ahora sé dónde comprar medias, sostencitos y batas de laboratorio. Incluso tengo un ginecólogo, un estilista de confianza que hace unas mechitas cuchi y un profesor de tenis que está bien bueno. A cada rato me dan consejos para preparar las loncheras o me cuentan chismes de los profesores quienes, en venganza por que les llevamos a los muchachos para que los jodan a ellos, nos los devuelven con unos tareones para jodernos a nosotros. La tortura termina a medianoche, con una tarea a medio hacer, entre Google, WhatsApp, lágrimas, amenazas y padres cansados que no tendrán fuerzas para hacer el amor en la madrugada.

Los hijos son el castigo de los orgasmos. La próxima vez que les dé por reproducirse, recuerden que están dando el primer paso para pertenecer al chat de madres de segundo “C”.

 

@claudionazoa

 

 

| Siguiente »