La brújula perdida

Posted on: septiembre 3rd, 2020 by Laura Espinoza No Comments

 

Desconocemos en dónde zozobró la sindéresis del país. Vivimos de atajos que terminan por traernos nievas frustraciones. La lista de yerros parece un interminable rosario de entuertos que no los alivian los corazones compungidos de la esperanza democrática.

 

 

La cruel realidad gobernante se alimenta de esos errores para hacerse un holocausto para nuestras vidas, de ese cúmulo de inconsistencias; han sacado oxígeno para proseguir en su tarea de aniquilarnos a todos.

 

 

No hemos aprendido a ponernos en los zapatos del pueblo que sufre. Hablamos en su nombre, pero no comprendemos sus angustias. Hacemos política declarativa, la jactancia se cuelga de nuestras ambiciones para hacer de los anhelos colectivos un siempre cartelón de anuncios.

 

 

En veintidós años de dictadura no hemos dado con el antídoto que contrarreste el veneno en el torrente sanguíneo venezolano.

 

 

El adversario es un pésimo gobernante. Su gestión es un desfile de corruptelas y abusos que desembocan en un pozo séptico. Sin embargo, tienen mucha habilidad para sostenerse en el poder. No es solamente las estructuras fortificadas de una mafia despiadada y sin escrúpulos, es su método para saber unirse en el momento del real peligro, todo el mundo conoce que aguas adentro se detestan, pero se tragan su hiel; para enfrentar con denuedo cuando la alarma los pone en guardia. Nos les importa luchar al lado del enemigo interno que los martiriza. Aprendieron con los años a defender el botín que les cayó del cielo. Se guardan sus ponzoñas para cuando el peligro exterior deja de serlo.

 

 

El drama venezolano es no haber podido quebrar esa unidad de los malhechores. Por otra parte, brindarle al pueblo nuestro una ruta diferente que verdaderamente se conecte con el sentir de la gente, que no seamos agentes declarativos, sino que acompañemos al ciudadano en la lucha por sus legítimas reivindicaciones. No hemos entendido que la gente está ávida de conseguir otra fórmula distinta a lo conocido.

 

 

Es tan mortal el veneno del chavismo-madurismo que muchos de sus contrarios quieren aplicar la misma receta que nos hundió.

 

 

Hemos dado portazos entre planteamientos que no calan. Los intentos han terminado por llenar de desesperanza a los venezolanos.

 

 

Conseguir la brújula perdida entre- tantos errores y complicidades- es una tarea ciclópea para este país enfermo de tanto dolor.

 

 

alexandercambero@hotmail.com
 @alecambero

La versión chavista opositora

Posted on: mayo 5th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

 

No existe mayor disparate que creerse elegido. Son esos grupos de exaltados fanáticos que terminan fortaleciendo en el poder al adversario, al pensar que son de cromosomas exclusivos y hacen política obviando a diversos sectores. Les da escozor relacionarse, pues sostienen que solo ellos tienen la verdad. Es así como deciden actuar con una agenda individual y en algunas hojas llamarán traidores a aquellos que piensen distinto: son la versión chavista de la oposición.

 

 

 

Las distintas expresiones opositoras que propugnaban la unidad democrática carecieron de la sinceridad necesaria. Era un club de sentimientos sectarios que respondían a intereses de grupo. Demasiados egos disimulados para encontrar una verdadera estrategia frente a la tragedia nacional.

 

 

 

Los partidos son franquicias de dirigentes creyéndose el último grito de la moda. Egocéntricos esperpentos con su verdad expuesta en el filoso cuchillo de la traición. Las distintas versiones de la unidad siempre fueron conducidas por la misma gente, mientras el pueblo venezolano sigue padeciendo angustias. Pocos factores democráticos se detuvieron a pensar en sus angustias.

 

 

 

La crisis nacional solo fue tomada como propaganda para quienes solo piensan en sus beneficios. La cofradía de los sectarios es tan nefasta como los impolutos. Aunque la gente lo dude, no existe mayor parecido que los exaltados y el gobierno. Son miembros del mismo equipo de irracionales. Estos torpes elementos de la política terminaron de enturbiarla.

 

 

El mayor aliado del gobierno está constituido por nuestros radicalismos. Si alguien emprende un camino que nos una, siempre surgirán las sectas adosándoles el estigma de traidores. Esa visión minúscula de la política es uno de los sólidos tornillos que sostiene a la dictadura: creer que mañana llegan los marcianos a salvarnos de esto son historietas de despistados crónicos.

 

 

 

Qué triste leer a tantas inteligencias creyendo en cantos de sirena. Son neuronas que dejaron de funcionar con racionalidad, solo responden al veneno del error. No existe mayor parecido con el gobierno que los radicalismos. De tanto imaginarse como impolutos terminaron consumiéndose en su propia salsa. En la desesperación por su incapacidad se aislarán cada día más para disparar desde la mirilla de su equivocación.

 

 

 

Venezuela requiere de un gran reencuentro nacional. Los sectores recalcitrantes de ambos bandos en disputa siguen haciendo lo mismo. Son los puros, las reservas morales que no se ligan con otros. Jamás les gusta nada. Su corazón está relacionado con valores profundamente egoístas.

 

 

 

Es hora de avanzar por encima de posiciones inflexibles. Aquí se vence al régimen con inteligencia. Existe un tsunami que traerá el cambio definitivo, quedarnos esperando de brazos cruzados es una manera de ser tontos útiles de Maduro.

 

 

alexandercambero@hotmail.com 

@alecambero 

Seis años más…

Posted on: abril 28th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

Nuestros errores nos han llevado al despeñadero. El régimen revolucionario existe debido a las gravísimas contradicciones de una élite opositora más cerca del vedetismo que de los anhelos de un pueblo. Demasiados egos inflamados en la contextura de líderes engreídos; proyectos de arrebatados, con agendas propias, en los que no existe un párrafo en favor de la gente. Muchos de ellos mantienen una gran vitalidad, sirviendo de coadyuvante de un proceso equivocado. Esta nación no resiste seis años más de Nicolás Maduro. Una administración con los mayores índices de rechazo en el planeta, lograría mantenerse en el poder ante la falta de una estrategia cónsona con los tiempos modernos. Esa verdadera catástrofe que pudiera ocurrir, sería no solo garantizarles a las nuevas generaciones una hecatombe que arrasaría con todo, dejándonos en minusvalía frente al bastardo interés gubernamental, sino la muerte de la nación. La estratosférica incapacidad de Nicolás Maduro terminaría de reducirnos a escombros, es imposible que pueda realizar alguna mínima rectificación; quienes han asaltado al erario público no vendrán a tratar de sacarnos del abismo.

 

 

 

Al contrario, su firme intención es finalizar la tarea acabando con la poca democracia que nos queda. Es una cuestión de responder a su militancia autoritaria. El libreto de la perennidad lo acarician los amos en La Habana. El fantoche nacional significa para Cuba una ubre que alimenta sus raquíticas finanzas. Ellos son los dueños de la franquicia venezolana, imparten las directrices que Miraflores ejecuta sin chistar. Ahora planifican el sostenimiento de Nicolás Maduro al frente del poder en seis años decisivos en la vida política latinoamericana. Ante el viraje derechista de la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, mantener a Venezuela en sus garras es un acto de supervivencia ideológica para ellos. Saben que conservándola en un puño tienen la capacidad de controlar un factor preponderante en la región.

 

 

 

De ocurrir esto, ¿qué hará la comunidad internacional? Durante años hemos padecido los saludos a la bandera; desde sus acomodaticias posiciones pontifican sobre Venezuela, pero la realidad es que no terminan de jugárselas por nosotros. Creer que la solución está en esos escenarios es un costosísimo error. Somos los venezolanos quienes lograremos salir del atolladero a punta de dignidad. ¿Hace falta el acompañamiento universal? Por supuesto que sí, pero subordinado a lo que decidamos nosotros como realidad, y no como meros espectadores de reuniones en donde nos conminan a realizar las cosas tal como ellos quieren. Nos ha faltado diplomacia inteligente. Los nuestros parecen muchachos de mandado, solo repitiendo lo que les imponen. Así como condenamos el tutelaje del comunismo internacional, como dueño de la parcela gubernamental, también cuestionamos que grupos de intereses exógenos nos asignen tareas. Respetamos sus opiniones, pero el derecho a tener libertad lo conseguimos nosotros. Cuando aprendemos a ser sumisos cualquiera nos convierte en insignificantes súbditos. Este país no puede arrodillarse ante nadie, llámese como se llame.

 

 

 

¿Se imaginan seis años más? Si padecemos este abismo por capítulos, la que vendría sería la peor de las desgracias para nación alguna; los gravísimos errores de una dirigencia opositora huérfana de compromisos, castrada para la grandeza, nos colocó en este desiderátum que nos conduce al suicidio. Es demasiado el tiempo para estar condenados al peor de los infortunios.

 

 

 

 

Alexander Cambero

@alecambero

alexandercambero@hotmail.com

Un país sin memoria…

Posted on: marzo 31st, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Los regímenes totalitarios son amnésicos ante los anhelos de sus pueblos. Son recuerdos inconexos de experiencias crueles en otras latitudes. Solo pueden exhibir una amplia colección de errores, tan profundos que solo tienen en sus arcaicas neuronas la estrategia de someter. Construyen muros espirituales que dividen sus naciones entre ángeles y demonios.

 

 

 

La nuestra en una administración depravada, con órganos del Estado podridos hasta los huesos de su indecencia orada por aliados de un lado y del otro; monos danzantes al son de su pandereta. Nuestra desgracia es producto de un modelo fracasado que genera profunda miseria. La ingenuidad ciudadana se prendó de la ilusión. Un encantador de serpientes hizo que millones cayeran redonditos en la trampa. La seducción de un mensaje manipulador nos llevó al despeñadero. Y aunque parezca paradójico, estos experimentos totalitarios descansan su longevidad: precisamente sobre el vil asesinato de la prosperidad.

 

 

 

Mientras mayor sea la pobreza mayor será su probabilidad de permanecer en el poder durante mucho tiempo. Haber hundido a Venezuela, que su pueblo coma de la basura, no tenga medicina, ni libertad es la receta criminal del totalitarismo nacional. Son la maldad que se pasea altiva por los huesos relucientes que deja el hambre. País arruinado, nación secuestrada por un grupo de delincuentes. Su gran estrategia es sembrar la desesperanza. Buscan que el fraude pútrido de su pensamiento germine en el surco de la desmemoria.

 

 

 

Una nación amputada en su historia es ideal para fecundar al monstruo. Que nuestros valores de acendrado amor nacional, guarden silencio en el ostracismo de las telarañas es el cooperante más idóneo que pueda tener una administración con ansias de perpetuidad. Desde la falta de principios el arrase de lo establecido se hace mucho más cómodo. Después de un tiempo podemos determinar que la democracia venezolana es un cadáver en el ataúd de dolor. Es una pesadilla recurrente que se jacta de marcar una huella profunda en la psiquis del venezolano.

 

 

 

La revolución logró que muchos olvidaran su pasado. La idea es hacernos creer que estamos condenados a permanecer en su infierno, que llegaron para quedarse hasta que baje fuego del cielo, la industria del miedo sigue produciendo idioteces que compran ambos bandos. Sin lugar a dudas, el Gobierno existe debido al cómplice que ovula en la otra orilla. Memoria difusa del país secuestrado.

 

 

 

Se han venido perdiendo gruesas páginas de nuestra heroicidad. Hemos descendido hasta niveles incomparables, somos la vergüenza del planeta. Hace algunas décadas dictábamos cátedra de moral democrática, ahora el totalitarismo gubernamental hace que sus actuaciones sean motivo de repudio general mundial. Ningún país decente puede acompañar las barbaridades que caracterizan al clan de rufianes instaurados en un suprapoder absolutamente ilegal.

 

 

Es tan dantesca nuestra caída que quienes dictan las normas son personajes con un amplio prontuario de fechorías. Ciudadanos sin la debida idoneidad que funcionan como una secta que protege sus intereses, sin importarles arrasar con las instituciones que estoicamente resisten la dictadura. La inquisición busca liquidarnos. Hacernos rehenes en nuestra propia tierra. Que seamos despojos humanos, convertidos en pantanal de huesos relucientes. Víctimas de un régimen inmoral que secuestró a la democracia…

 

Alexander Cambero

@alecambero

 

 

Henri Falcón, ¿vicepresidente del régimen?

Posted on: marzo 3rd, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

 

En la política las cosas más inverosímiles pueden suceder. En episodios pasados, enconados adversarios se han abrazado a una causa común. Asumiéndola como la probabilidad de subsistir políticamente. Mucho de lo que sonaba como agria expresión de la locura, terminó siento tan real que la sorpresa llenó de perplejidad a todos.

 

 

En el caso de la parodia electoral del 22 de abril la situación es más cónsona con los intereses gubernamentales. Henri Falcón es un abanderado escogido por el régimen para jugar el rol de oponente. Les viene de perlas el ex gobernador de Lara. Tiene un buen discurso que los ayudará a montar el teatro bufo. Seguramente vendrán retos e invitaciones a debatir.

 

 

 

El espectáculo grandilocuente en cadena nacional, para lograr el propósito de tratar de descuartizar a la verdadera oposición. Antes lo impusieron desde las entrañas de los factores democráticos. Se infiltraron con sus enfoques de poder trayendo los vicios aprendidos en la ubre chavista. Ahora dejan caer la careta olorosa a grandes negocios. Esas posiciones complacientes hicieron que la fuerza del cambio fuera colocada en posiciones de minusvalía. Siempre la carantoña con el oficialismo, con la intención de socavar las bases de todos aquellos sectores mayoritarios que adversamos esta locura.

 

 

 

La plataforma del proceso fraudulento del 22 de abril está en marcha. Nicolás Maduro sabe que el mundo entero desconocerá su victoria por considerarla producto de una trampa. Por ella aplican un plan que creen puede lograr confundir a la comunidad internacional. Sacan del tintero a Henri Falcón, para presentarlo como un líder opositor que da legitimidad al proceso electoral. Seguramente el gobierno le pondrá mucho dinero y personal de mesa para crear un ambiente de verdadero debate democrático.

 

 

 

El CNE debe andar preparando sus mecanismos tecnológicos para ampliar su exiguo respaldo en las urnas. Con ello también disfrazarían la enorme abstención de esa jornada. El tercer paso es aún más complejo. El gobierno sabe que nadie les creerá el cuento de sus elecciones fraudulentas. Nicolás Maduro ganará con suma comodidad. Henri Falcón reconocerá automáticamente la elección; asimismo, manifestará el buen trabajo realizado por el CNE. Todo en consonancia con lo acordado anteriormente con Jorge Rodríguez.

 

 

 

Aprovechará el candidato –dizque derrotado– para arremeter contra los sectores opositores acusándolos de no creer en el gran encuentro nacional. De responder a intereses exógenos de gran poder político. Será un discurso de viraje paulatino hasta cruzar el umbral del último rictus de apariencia. Liberado del fardo del disimulo. Ahora de la mano de Nicolás Maduro, llegarán a la estación final. Como comprenden que nadie les sostiene el cuento, aparecerá la carta oculta: el presidente le ofrecerá a Henri Falcón la Vicepresidencia de la República. ¿Qué busca con ello? Mostrarle al mundo que, en aras de la necesaria reconciliación política, le ofrece a su adversario electoral la segunda posición más importante del país para lograr la paz. Que llegó la hora del reencuentro de los venezolanos. Que juntos gobierno y oposición pueden ir de la mano construyendo el sueño de Chávez. Como el régimen sufre de una terrible debilidad, esta jugada los oxigena y desarticula algunas posiciones. Además, será una forma inteligente de cerrarle el paso a Diosdado Cabello, con un movimiento que anteponga el supuesto acuerdo nacional a los intereses subalternos. En el arte de la manipulación política todas las cosas pueden ocurrir, y más cuando se encuentran dos políticos con el rechazo abrumador del país a cuestas…

 

Alexander Cambero

@alecambero

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El hampa revolucionaria…

Posted on: febrero 12th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

Estamos en el reino de la impunidad. El hampón vive a sus anchas mientras los honestos están acorralados por la violencia. Es difícil derrotar esta espiral asfixiante, desde las altas esferas se protege a estos delincuentes porque sostienen que ellos son guardianes de la revolución. Son increíbles los casos que son obviados por los jueces complacientes en desmedro de una sociedad estupefacta. Una cruel realidad que ha convertido a Venezuela en la nación más violenta del hemisferio occidental.

 

 

 

Las cifras de los últimos meses del año 2017 arrojan datos tan espeluznantes que tendríamos como horizonte al propio matadero. Degollina que nos deja con hondas heridas en una colectividad volátil, que jamás guarda momentos de tranquilidad ya que a cada segundo aparece el sobresalto, se construye futuro sobre la base de una realidad enmarañada.

 

 

 

Caldo de cultivo para escribir episodios decadentes de una nación que sufre retortijones en su intestino social. Aprendemos del mal ejemplo y por lógica no podemos sacar nada bueno de ello. Existe un cordón umbilical entre la inseguridad y la violencia. Son como el maridaje perfecto de un coctel a base de arsénico. Nuestro país toma del mezclado con resultados funestos para una patria huérfana de un eficiente sistema judicial. Sin la adecuada preparación y autonomía necesaria para ejercer con pulcritud la administración de justicia. Responden exclusivamente a los arrebatos del proceso y no a las bondades del derecho como esqueleto en donde se sostiene el músculo de una nación.

 

 

 

Cuando es la ideología la que juzga se cometen desafueros que terminan pervirtiendo las decisiones. El descoque gubernamental deja que la balanza se incline de manera evidente hacia algún ángulo del problema. En este mundo de trapisondas color de mi sangre existen aquellos cubiertos bajo el manto de la impunidad. El gatillo revolucionario no tiene frontera que lo limite. Puede accionar el arma y hasta asesinar a quemarropa al que se le antoje.

 

 

 

Sabe que su gobierno logrará librarlo de cualquier investigación, por eso no tiene escrúpulos ya que sus venas están cargadas del odio profundo que una ideología malévola anidó en su corazón. Quizás desarraigar este sentimiento sea la más dura prueba para restañar la profunda herida de la patria, el recelo con lo cual se percibe al adversario es apenas una primera etapa de profundas ideas retorcidas que alimentan la maldad.

 

 

 

Dejar que la impunidad tenga el control es algo que jamás dará un resultado acorde con la civilidad. Por eso les cuesta reencontrar el camino que conduce a la paz. Para desmontar las intenciones de aniquilar, primero debemos desarmar al corazón arrebatado. Esta debe ser la tarea de todo aquel que crea en la unidad real de los venezolanos…

 

 

 

alexandercambero@hotmail.com
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Entre Hugo Chávez y Oscar Pérez

Posted on: enero 20th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

Aunque parezca contradictorio, son parte de nuestros fantasmas históricos. Es la fascinación que ejerce el uniforme por encima de las instituciones. Los venezolanos siempre anhelaron la mano dura que impusiera el respeto; de allí hasta el autoritarismo existe una puerta secreta que nos conduce al fanatismo. Son incontables nuestros capítulos de héroes paradigmáticos que, en el génesis de su protagonismo inicial, nos hablaron de transformarlo todo bajo el auspicio del espíritu democrático. Luego crearon constituciones como traje a la medida para hacerse de la República. Posteriormente el despotismo sembrado en las entrañas de los abusos más cruentos, detrás un pueblo hipnotizado. Propagando el cuento entre sus congéneres deseosos de conseguir el favor de su conquistador, este hará que la aclamación sea su gen cautivador. Es parte de una razón de ser muy sencilla: nuestra historia como nación la escribió la guerra. El semidiós a caballo importó más que el hombre de las letras. Somos hijos del trueno y no de la quietud del pensamiento fecundo. Siempre andamos pensando que esto lo resuelve la próxima asonada. ¿Cuántas van? Son incontables los episodios sangrientos que se tradujeron en nuevas frustraciones. Solo la independencia en algunos rasgos puede mostrar logros. Las otras fueron la irrupción de nuevos caudillos con ciudades arrodilladas ante la prepotencia del victorioso.

 

 

 

Ubicándonos en el contexto histórico contemporáneo, Hugo Chávez y Oscar Pérez lograron cautivar a sectores de nuestra sociedad; estamos hablando del inicio de sus carreras como protagonistas de un hecho concreto. El génesis del comandante muerto fue parecido al del hombre ejecutado por el régimen. El pueblo lo aclamaba como al enviado del cambio. Oscar Pérez iba logrando un éxtasis que hizo recordar los inicios revolucionarios. Es allí donde existe similitud: ambos se enfrentaron al poder establecido, con la enorme diferencia de que aquella era una democracia y lo de ahora es una oprobiosa dictadura. Es bueno que comprendan que su comparación no viene dada por gestiones políticas. Las semejanzas están en sus motivaciones. Creerse que lo que acontecerá pasa por su voluntad, que sin su concurso el país está condenado a morir petrificado. En las profundidades de sus egos inflamados está la subrepticia reprobación de la noble institución del voto. El sufragio, para la mayoría del mesianismo militar, es una acción bobalicona de espíritus pusilánimes. Su afán es la sangre de la guerra que sepulta los cadáveres del enemigo. La Constitución un escenario que les impide actuar con la espada de los abusos, por eso liquidan su radio de acción.

 

 

Como vemos existe un ADN histórico que los vincula. Es la naturaleza de nuestros pueblos que aman a todo aquel que muestra la fuerza para descuartizar al otro. No tenemos cultura para el diálogo, sino para la confrontación. El militarismo siempre verá al mundo civil como un fardo que tienen que cargar. Las leyes que juran defender son los gravosos nudos que impiden que su epopeya sea el evangelio que recite el pueblo entero. La exaltación del nuevo héroe que murió asesinado. Tan parecido al otro ser que también está muerto…

 

 

 

Alexander Cambero

@alecambero

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Una Venezuela hambrienta

Posted on: enero 13th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

 

La gente hurga en los desperdicios para poder alimentarse. Son millones de personas que la única posibilidad que tienen de comer es buscar en la basura, estamos viviendo una verdadera peste que genera enormes dificultades. Los niños mueren por desnutrición, los hospitales están atestados de pacientes con patologías incrementadas o producto de la falta de alimentos, lo que constituye un crimen de lesa humanidad.

 

 

 

Aunado a ello tenemos la falta de medicinas, lo que contribuye a convertir todo el cuadro en una pandemia social que arrasa con todos, paradójicamente estamos hablando de una nación poderosa, que siempre contó con recursos increíbles que la hicieron como una república del primer mundo ¿Qué ocurrió? Simplemente que una administración basada en el totalitarismo acabó con todo el esplendor posible: haciéndonos rehenes de un populismo que aniquiló todo.

 

 

El hambre es la peor pandemia social que pueden sufrir los pobres. Su aparición en cualquier escenario de la vida es la derrota del sustento ante la ruindad. Cuando es la falta de políticas efectivas la que genera el problema, hablamos de un eslabón de la crisis que tiene disparadores telúricos en todas las direcciones. Sin alimentos suficientes y de calidad en la mesa de la familia venezolana, las dificultades abrirán una brecha asombrosa entre el sueño de la cúspide y la base ruinosa, que resiste una pesada carga que le endosaron los culpables de la ilusión. Su ideología primitiva fue capaz de mandar a los pobres al inframundo de las penurias.

 

 

El hambre es un multiplicador de todas las enfermedades; las que son crónicas reducen la condición de vida a la mínima expresión. Igualmente, contribuye decisivamente a la aparición temprana de otras. Con este parámetro diabólico crecen los problemas de rendimiento escolar y de ausentismo en la misma área educativa. El alumno no tiene los elementos nutricionales adecuados para rendir de manera óptima, se presentan fallas estructurales en el proceso cognoscitivo de quien carece de una nutrición de calidad.

 

 

 

El ausentismo escolar se exhibe como la última disciplina estelar del pensum de estudio. El educando abandona el barco donde estaban todos sus anhelos y la esperanza de mejorar sustancialmente. Aumentan la marginalidad y la delincuencia como un nuevo eslabón en la cadena de la propagación de la miseria. También el desempleo tiene su carga genética social arraigada en la falta de un salario acorde y en la huelga general de las ollas familiares de brazos caídos. Es realmente todo un cuadro amorfo que actúa en las formalidades propias de una crisis estructural de un modelo.

 

 

 

Existe hambre porque las políticas económicas del Gobierno han sido mal ejecutadas; nunca pusieron el énfasis en producir sino en destruir el aparato productivo hasta volverlo trizas. El fenómeno trae consigo las infernales colas, que son el producto monumental del fracaso de un modelo absolutamente irracional, que pensó que despedazando la inversión privada podría sacar alimentos de las empresas quebradas; un sibilino canto al desaguisado revolucionario que nos indujeron en la noche de las banderas rojas.

 

 

 

Con el hambre crecieron esos gigantescos bachacos que se erigen en la nueva era de los asaltantes, que terminan atracando al mismo pueblo necesitado. Ese germen nacido en las entrañas del régimen describe en pequeña escala el atraco que han sido sus impulsores desde las esferas del gobierno miraflorino. Que hayan dilapidado una incalculable fortuna para guardársela en sus cuentas significó una de nuestras vías a la catástrofe segura. El discurso del hambre no tiene el beneplácito de los grandes escenarios, sus palabras no contienen el perfume de la erudición que despierta halagos entre los presentes. Solo cuenta con los sonoros aplausos de los estómagos vacíos…

 

 

 

Alexander Cambero

@alecambero

 

¡Danos comida…!

Posted on: diciembre 24th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

La más colosal de las hambrunas decapitó la Navidad venezolana, pocas familias le apuestan a tener mesas repletas como se disfrutaban hace algunos años. Solo los grandes jerarcas gubernamentales tendrán la esplendidez que concede el estar en el poder; los que carecen de lo mínimo solo anhelan tener algo que llevar a la boca en unas fechas en las que los venezolanos tendremos la paz de los sepulcros, que no es por la muerte instantánea de millones de compatriotas, sino por el vil asesinato del aparato productivo nacional, crimen perpetrado por una revolución que robó las ilusiones y sembró el terror en nuestro mundo. Casi de golpe y porrazo fue robándonos cada espacio hasta dejarnos huérfanos. Desnudos quedamos en manos de la vorágine de abusos, una casta se apropió del erario nacional para hacerla el botín que disfrutan los privilegiados. Son los despiadados que utilizan las necesidades del pueblo para almorzarse al país sobre sus espaldas.

 

 

 

Ya el sueño de muchos se simplifica en poder comer. No existe la ilusión de comprarse ropa o equipar la casa con nuevos enseres, aquí la situación es tan difícil que lograr una ración de alimentos en Navidad será como tocar el cielo con las manos, aquellos excesos con refrigeradores llenos de hallacas quedaron para el recuerdo. Los perniles lograron incrementar su precio de manera increíble, los licores tradicionales tienen el signo de lo prohibido para el escueto presupuesto nacional. Solo se brindará con brebajes artesanales que harán de esos días momentos para recordar de cómo el whisky es un desaparecido en acción. Los vinos son ahora un recuerdo lejano de cuando en Venezuela se disfrutaba de su aroma perfumado por la marca de origen. Los esperados regalos han pasado al álbum del recuerdo. Aquí más que un presente el pueblo lo que desea es poder comer, miles aspiran el milagro de poder tener un bocado para poder alimentar a sus hijos. En la oración nocturna millones de venezolanos solo suplicarán por comida. Muchos niños se imaginarán a San Nicolás sacando de su inmensa bolsa un buen mercado que haga menos dura la carga por unos días. Soñarán con el milagro de poder comer como Dios manda. Quizás exigiéndole algún trozo de carne o pollo que sustituya a frijoles y cambures, los verdaderos auxilios estomacales de una nación hambrienta. Ahora el imaginario personaje navideño no durará semanas leyendo las cartas en las que los niños solicitan regalos. Casi todas pedirán lo mismos: poder comer. En este reino de injusticias solo unos privilegiados tendrán sus faraónicas Navidades. Llenas de los excesos y el desequilibrio gastronómico del usurpador. Son los reyes del reino, los defraudadores del país que harán un gran festín, mientras la mayoría no tiene un pedazo de pan que le sepa a gloria…

 

 

Alexander Cambero

@alecambero

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El peor momento de Venezuela…

Posted on: diciembre 2nd, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Curiosamente un país con las bondades de Venezuela nada en el fango de la miseria. ¿Cómo ocurrió?

 

 

 

No es difícil encontrar respuestas que no sean atribuibles al ejercicio del poder por parte de una ambiciosa dictadura. Son esas políticas primitivas las que han cavado la fosa en la que entierran las esperanzas de futuro de una nación con grandes probabilidades, pero que ancló en el puerto populista del revanchismo revolucionario.

 

 

 

Es increíble que miles de personas hurguen en la basura, buscando algún alimento descompuesto para comer. No hace mucho tiempo su nivel de vida cumplía con parámetros deseados; si bien existían sectores con dificultades, estos no llegaban a tener las estadísticas actuales que son de las peores del planeta. Los que observamos son grupos de ciudadanos que se abalanzan frente a los promontorios de los desechos. El hambre hace que la desesperación los arrastre hasta el nivel de codearse con los perros callejeros. Es un cuadro profundamente desolador y más, tratándose de una nación con su enorme potencialidad económica. Desgraciadamente la acción corrosiva de su gobierno logró el milagro de hundirla hasta el último peldaño de la mendicidad. El drama de la salud es otro de los aspectos más críticos.

 

 

 

En la década de los ochenta éramos un ejemplo mundial en esta materia. Muchos científicos nuestros recorrieron el planeta enseñando el modelo venezolano. Ahora poseemos el peor sistema de salud del hemisferio. Los hospitales carecen absolutamente de todo, los pacientes no tienen la posibilidad de conseguir algún fármaco que los ayude a enfrentar las distintas patologías. Una amplísima red de estafadores ha logrado controlar el mercado de las medicinas, comerciándolas a precios exorbitantes.

 

 

 

La corrupción gubernamental es de tal magnitud que las estadísticas por muerte por falta de medicamentos se incrementan cada día. El paciente gasta lo poco que tiene para no morirse. La otra es recurrir a curanderos que terminarán poniéndole la lápida a su derecho de vivir.

 

 

 

En definitiva, hemos retrocedido a los angustiosos tiempos del siglo XIX. En aquella época, las luchas fratricidas en la búsqueda del poder terminaron diezmando al país rural. Los polvorientos caminos exhibían el pestífero carapacho de la muerte. El hambre se disfrazaba de luto y dolor, herrumbre de pueblos que se dibujaban en el rostro sombrío de las penurias. La actualidad se revuelca en aquellas antiguas cenizas, solo que lo que vivimos en estos años: responde exclusivamente al quiebre originado por un modelo fallido.

 

 

 

Imaginarse a Venezuela chapaleando en la hambruna parece parte de una pesadilla. Un desquicio de un régimen absolutamente criminal, que aplasta la probabilidad de un destino mejor…

 

 

 

alexandercambero@hotmail.com

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