En una zona desierta y repleta de maleza, en la entrada de El Ujano, fue localizado, a las 4:15 de la tarde de ayer, el cuerpo de una niña de un año y tres meses de edad. Su madre, Yolibeth del Carmen Pereira, luego de confesar a las autoridades el delito, guió a los funcionarios de Polilara hasta el terreno en el cual decidió dejar los restos.
La progenitora ocultó el cádaver de su hija a quien apuñaló y degolló. Lo hizo entre bolsas negras y transparentes para confundirlo con la basura de los alrededores. Efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes arribaron al sitio para colectar evidencias confirmaron que la pequeña presentó signos de maltrato.
El hermano mayor de la infante, Jesús Rivero, y habitantes de la comunidad conmocionados por el crimen atroz, indicaron que a las once de la mañana de ayer, la mujer de 34 años notificó la desaparición de la niña. Desde ese momento los lugareños emprendieron la búsqueda casa por casa y al no obtener rastros, avisaron a la policía.
Sin embargo, la tranquilidad y la conducta extraña que mostró la madre, hizo que los presentes desconfiaran de la versión que había ofrecido desde temprano. Al escucharle la expresión: «Si se perdió, se perdió qué vamos a hacer», las personas comenzaron a interrogarla, pero evadió todas las preguntas con risas y la mirada perdida.
Sus hijos la acusan
A la una de la tarde Pereira se disponía a salir de la casa, situada en la calle Rafael Urdaneta con avenida 14 de Febrero de Tierra Negra, con un saco en la mano, pero su hijo mayor la detuvo, le arrebató la bolsa y se dio cuenta que adentro estaba una sábana ensangrentada. Le gritó desesperado: «Búscala, ¿qué le hiciste? ¿adónde la llevaste? ¿qué le paso?” Fueron algunas de las interrogantes del muchacho, pero ella permaneció en silencio.
De inmediato él y su hermano de trece años la culparon de la posible muerte de la menor. Todavía a esa hora el cadáver no había sido localizado.
Reaccionaron de forma violenta e intentaron tomar justicia por sus propias manos. La gente del sector fue quien frustó el linchamiento. Nadie podía creer que estaba involucrada en el macabro homicicio. Al quedar descubierta, la supuesta victimaria, expresó que un sujeto llamado El Negro, de piel oscura, alto y con barba la obligó a quitarle la vida a la inocente criatura. Serán los investigadores quienes determinen si hay un segundo involucrado en el hecho.
Visita de un desconocido
Según la información aportada por el adolescente de 13 años, su mamá había recibido la visita de un hombre con las mismas características el martes y ayer en la mañana, al parecer el sujeto no dejó de señalar a la bebé en ese encuentro. El abuelito de la niña, José Enrique Pereira, lamentaba su ausencia en el domicilio: «Yo salí a trabajar y me encuentro con esta tragedia. Si no me hubiese ido a mi muchachita no le habría pasado nada malo».
La presunta asesina fue trasladada a la comisaría de Fundalara.
El director de la Policía del estado Lara, el comisario Luis Rodríguez, afirmó que la mujer pretendía enterrarla en el patio de la casa, pero desistió porque sola no pudo cavar la fosa.
Escrito por María Andreína Aguilar
Fotos: Emanuele Sorge
EL IMPULSO