El presidente de EE.UU., Barack Obama, viajó hoy al estado sureño de Luisiana para recorrer las zonas afectadas por las graves inundaciones, que causaron al menos 13 muertos, tras recibir críticas por no interrumpir sus vacaciones para realizar antes esta visita.
Obama aterrizará en Baton Rouge (Luisiana) para conocer de primera mano los destrozos causados por las fuertes lluvias e inundaciones, que dañaron más de 60.000 viviendas y que llevaron a más de 100.000 hogares a solicitar asistencia a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés).
La Cruz Roja estima que este desastre natural, que mantiene anegadas grandes extensiones de terreno en todo el estado, es el peor desde el huracán Sandy en 2012.
Serán necesarios unos 30 millones de dólares para afrontar las tareas de recuperación, según la Cruz Roja, que hasta el momento ha recibido donaciones que suman aproximadamente 7,8 millones de dólares.
Obama aprobó el desembolso de fondos federales para responder al desastre en Luisiana y sus asesores le informaron periódicamente de la situación durante sus vacaciones en la isla de Martha’s Vineyard (Massachusetts), que concluyeron el pasado domingo.
EFE