Nora Bracho: «La gente tiene que abrir los ojos»

Nora Bracho: «La gente tiene que abrir los ojos»

Alzar la voz en el escenario internacional es la opción que han tomado los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática para elevar sus denuncias, ante un gobierno que Nora Bracho, parlamentaria de Un Nuevo Tiempo por el estado Zulia, cataloga como pseudodemocracia o neodictadura.

 

Las agresiones en la Asamblea Nacional, así como la violación de derechos consagrados, como presidir comisiones en el parlamento, no tendrán respuesta en el seno de la justicia venezolana, para Bracho, quien era presidenta de la Comisión de Ambiente de la AN, por lo cual acuden a otros poderes legislativos del mundo para que se conozca lo que sucede en Venezuela.

 

Al tema parlamentario añade el cuestionamiento que existe en torno a las elecciones del 14 de abril. «El CNE no ha correspondido al pueblo esa confianza que le dio el pueblo al ir a votar. No ha respondido a una solicitud que hizo un grueso de la población», dijo.

 

En cuanto a la función parlamentaria en estos momentos, comentó que «es sumamente limitada». «Creo que estamos sometidos a los intereses políticos del PSUV. Pero seguimos luchando, seguimos peleando porque no nos podemos dejar someter de ninguna manera. Es una fuerza que quiere someternos pero que nosotros de ninguna manera nos dejamos».

 

-¿Cómo se explica que están limitados pero no se dejan someter?

-Lo más importante que nosotros tenemos (los diputados) es la fuerza de las palabras, de nuestras convicciones, la fuerza moral que nos asiste, porque estoy convencida de que nos asiste no solo la razón sino el derecho, que estamos obrando bien. Los diputados del PSUV que allí se encuentran no están en representación de su pueblo, eso es un simple discurso.

 

Se encuentran en representación de un partido político, de unos intereses que se quieren instaurar en el país como lo es el castrocomunismo, el socialismo del siglo XXI, un pensamiento único, y esa lucha yo creo que es por todos los venezolanos que lo estamos haciendo.

 

-¿Qué hacen ante las limitaciones que tienen?

-¿Qué hemos hecho nosotros como diputados que antes no habíamos hecho? Salir a decirle al mundo entero lo que aquí está pasando. Muchos parlamentarios nos preguntaban ‘pero ustedes ¿por qué nos habían dicho esto antes? Sabíamos que pasaba algo, pero no sabíamos la gravedad de lo que sucedía en Venezuela’.

 

Cuando enseñamos los videos de la golpiza. Cuando enseñamos el video de un ministro (Ricardo Molina, Vivienda y Hábitat) que dice que no le interesan las leyes, que no le interesa nada, que el que piense distinto está botado del organismo, los parlamentarios quedan asombrados, nos dicen «cómo es posible que ustedes no hayan salido a decirnos esto, de la falta de institucionalidad de separación de poderes.

 

-¿Qué ganan los venezolanos conque se conozca esto?

-Ganamos mucho en el sentido de que Venezuela no está aislada del mundo. Está sometida a muchas leyes internacionales. Creo que el ciudadano de a pie tiene que ver estas acciones como una esperanza para que el país vuelva a la democracia sana. Nosotros no estamos en una democracia, estamos en una nueva forma de dictadura.

 

Esto es una pseudodemocracia, la gente tiene que abrir los ojos, entender que no estamos en lo que siempre hemos conocido como una libertad plena; sino donde los poderes, la justicia, se utilizan para perseguir al que piensa distinto. Y al nosotros salir a decir en el resto del mundo esto (…) esos gobernantes tienen que fijar posición porque su pueblo, sus electores, su gente se los está cobrando.

 

-¿Qué valores democráticos faltan en el país?

-Para empezar el estado de derecho no existe, la justicia hoy día es roja rojita, y se utiliza para perseguir, no tenemos separación de poderes, no tenemos seguridad ni jurídica ni personal. Partiendo de esos tres elementos, Venezuela está en crisis en todos los sentidos, en lo política, social, institucional, económica y sobre todo con una crisis moral donde los personeros más importantes del Gobierno están enlodados, embasurados, porque su moral se ha destruido por la corruptela.

 

-¿En este contexto qué le queda al ciudadano común?

-Seguir trabajando, seguir luchando. Yo soy una guerrera, me siento como una luchadora por el bien de Venezuela, por restituir el camino a la democracia, de la buena voluntad. Estamos en un país bizarro, donde lo que es bueno se desmoraliza y se criminaliza, y la malo se exalta.

 

 

Fuente: EU

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