«He hablado con los líderes de partidos de bloque nacionalista para que se unan y formemos gobierno sin demora», aseguró Benjamín Netanyahu ante sus simpatizantes en el búnker de su campaña en Tel Aviv. «Cada familia, soldado, ciudadano, judío o no, es importante para mí. Formaremos un gobierno fuerte para ellos», afirmó ante los aplausos de sus seguidores.
El líder del partido derechista Likud defendió la necesidad de acordar con todas las formaciones de derecha tras las elecciones celebradas hoy en Israel. «La realidad no nos da descanso y la ciudadanía espera de nosotros que formemos un liderazgo responsable que trabaje para ella y así lo haremos», prometió.
«TENEMOS POR DELANTE GRANDES RETOS, ESTAMOS ANTE GRANDES DESAFÍOS DIPLOMÁTICOS, ECONÓMICOS Y DE SEGURIDAD», MANIFESTÓ NETANYAHU.
«Ha sido una gran victoria para el campo nacional dirigido por el Likud y una gran victoria para nuestro pueblo.Estoy orgulloso del pueblo de Israel, que en el momento de la verdad ha sabido diferenciar y mostrarse firme por una seguridad verdadera y una economía fuerte, con las que estamos comprometidos», manifestó.
El actual premier ya se había adjudicado la victoria en su cuenta de Twitter no bien se conocieron los primeros datos de boca de urna. De todas formas, habrá que esperar unos días para tener información oficial.
Los vaticinios auguran un resultado «muy parejo» con el líder de Unión Sionista, Isaak Herzog. El opositor, además, calificó de prematuras las declaraciones de Netnahyahu. Las encuestas otorgan al Likud entre 27 y 28 escaños, los mismos o uno de ventaja que la coalición Unión Sionista, integrada por el Partido Laborista y el centrista Hatnuá.
