Nelson Chitty La Roche: ¿Nueva marcha a la locura o la banalidad del mal 2025? 

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Nelson Chitty La Roche: ¿Nueva marcha a la locura o la banalidad del mal 2025? 

“Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo”. Jesús de Nazareth, Mateo 15

Escuchar a Trump no deja de ser preocupante. Verlo actuar, más bien angustiante. Decir que el petróleo venezolano es en realidad de los norteamericanos, solo confirma lo que de suyo ya es indubitable, es un oficial nuevo de la posverdad.

Ensayo desde hace años de comprender ese fenómeno que ha logrado seducir y alienar a toda una sociedad y, por cierto, esa de una potencia económica, tecnológica, cultural y militar, constitutiva del símbolo de la supremacía universal y que alrededor de Donald Trump se ha enhebrado. Confieso que me late en el espíritu y reverbera el texto de Barbara Tuchman cuyo título encabeza mi reflexión.

Claro que cabe una observación, in limine, el mundo está cambiando y ya cambió en numerosos aspectos, por lo cual, es menester abrir el angular para ponderar, evaluar y entender lo que nos arriba y no ceder a hacer juicios con el instrumental epistémico del pasado.

Un talentoso doctorando en Ciencia Políticas de la UCV, Edgar López, en medio de un curso que yo dictara sobre Pensamiento y problemas políticos contemporáneos, avanzó un interesante proyecto de investigación que tituló, “La política como reality show. Aproximación al relato de Donald Trump desde el pensamiento de Guy Debord y Byung-Chul Han.” Afortunada escogencia y mejor desarrollo para dar cabida a una reflexión esclarecedora que nos asiste en el propósito de despejar el horizonte para mirar más allá de lo que podíamos hacer anteriormente. Para ello, debimos dar un salto cualitativo y no inocuo hacia una suerte de deslocalización del contenido de los hechos y afirmación de la simulada verdad, a través del espectáculo y para hacer sustentable la manipulación.

Allí entonces, partiendo de un constructo emergente, empezaríamos a seguir y pulsar las acciones y las reacciones que a menudo sorprenden de Trump y de MAGA y otros productos del plan para, edificar un bloque histórico como diría Gramsci, ejercicio hegemónico, ideológico y racional que, marcando época, realice la intuición de quién, como si se tratara de un experimento solipsístico, destruye o desmonta para desde esa base obrar.

Insaciable consumidor de halagos y lisonjas, el presidente Trump gobierna solo y sin que el aparato asesor sepa cuáles serán sus designios y el costo de oportunidad que implica y genera su decisión. Es una marcha en solitario para la realización de sí mismo. Es el auténtico narciso y para mayor aprehensión, dispone del poder para extinguir con sus caprichos a la humanidad misma. Alguien diría que postula bien para devenir la encarnación del 666 y vale decir, ¡Dios nos libre!

Paralelamente acontece que su representación mediática aun seduce no solo a una parte importante de sus compatriotas sino además a los lideres del globo que entre impactados y resignados o quizá calculando se pliegan alabarderos, al poderoso e impredecible showman.

Así las cosas, los ucranianos, europeos, daneses especialmente pero también los venezolanos, experimentamos un complejo sentimiento de vacío y /o ansiedad, zozobra, inquietud. Su incontinencia verbal abruma, aunque se diría que rusos y chinos han logrado manejarlo, con una combinación de simulado respeto y ensayos de seguimiento y acomodo a su sórdido discurso por el predominio de los fuertes.

Es también muy grave que se acostumbre la comunidad internacional a verlo dirigir a la primera potencia del orbe, entre epifanías, arrebatos, antojos, pretensiones y el doblez del silencio en el mejor de los casos. Peor todavía es osar contradecirlo o desconocerlo a él o a sus resultas, cuyo peso gravitacional es innegable.

Otro año empieza y tal vez el catire pondere el riesgo de perder las elecciones de mitad de período con las consecuencias que ello presagia que no es descabellado pensar incluye su destitución. Cuidado entonces porque, el también golpista Trump, es muy capaz del horror de una guerra civil y en todo caso, poner a prueba capital la institucionalidad de la república que ya ha puesto en jaque.

Ojalá me equivoque y sepamos de cosas buenas de parte del ogro rubio de américa del norte siendo que, después de todas las consideraciones, aún un reloj dañado da la hora correcta dos veces cada día y valga el coloquio.

¡Dios nos bendiga a los venezolanos y nos ofrezca un 2026 de liberación, progreso y paz!

 

Nelson Chitty La Roche,

nchittylaroche@hotmail.com

@nchittylaroche

 

 

 

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