Nelson Chitty La Roche: Breves notas sobre la política exterior venezolana a la hora actual (2)

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Nelson Chitty La Roche: Breves notas sobre la política exterior venezolana a la hora actual (2)

¿En que se parece un militar a un diplomático? En que ninguno de los dos hace nada y ¿En que se diferencian? En que ese nada el militar lo hace más temprano” Chanza popular

“Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros” Groucho Marx

Lasalle describía la Constitución como “la suma de los factores reales de poder” anotando entonces a aquellos que influían en el proceso representativo y decisorio, de distintas maneras y proporciones. Agregaba que había dos tipos de constitución, la constitución “real” que era aquella reflejo de los factores de poder y la formal, documento escrito que atendía a las formas y convenciones.

La democracia constitucional fue el primero de los institutos que Chávez atacó en 1999, con la complicidad, imagino que inconsciente, de los poderes constituidos y me refiero a la Corte Suprema de Justicia.

El comandante, devenido líder político y presidente, desde el mismo comienzo se dispuso a quebrantar lo establecido y, a ofrecerle su impronta personalísima a la marcha del estado que por lo demás, fue paulatinamente derivando en el Estado chavista y luego en el Estado Psuv.

El proceso que denominaron “la revolución bonita” no era en el fondo sino una estratagema para llevar a cabo el proyecto o programa Ceresole, resumido en una locución,” Ejercito, Caudillo y pueblo.”

Destaco entonces que, la acumulación del poder, la personificación del Estado en la figura del líder emergente siempre estuvo signada por una pretensión de caracterización y luego de usurpación del mismísimo Estado por el gobierno que, fagocitaba las instituciones en la transversalización del pensamiento y el culto a la personalidad del poderoso líder y conductor, sobre los espacios públicos.

Así fue como la política exterior del estado venezolano, suerte de legado de la democracia puntofijista, dejó de ser del Estado para convertirse en un compartimento estanco, ese que mutó paulatinamente, en una parcela del manejo exclusivo y excluyente del presidente y no será el único cabe agregar y basta con revisar las finanzas públicas y la administración del Fonden y de los Fondos Chinos, administrándolos, como diría Mario Moreno Cantinflas. sin rendirle cuentas a nadie, “personal, personalmente, por su  persona.”

La política exterior de Venezuela, según los principios establecidas en la CRBV, seguiría una estrategia articulada en la defensa de la soberanía, la no intervención y la cooperación pacífica e integración. Chávez no se privó, no obstante, de ocasiones y desarrollos para subordinar los principios o adulterarlos eventualmente para legitimar sus orientaciones y definiciones, a ratos incongruentes, pero, empapadas de su estilo y de su discurso.

Diego Bautista Urbaneja se refiere al asunto de la política exterior, destacando la relación con Colombia que, dicho sea de paso, siempre fue un capítulo especial de la política exterior venezolana, la defensa de precios del petróleo por encima de la salvaguarda de los mercados, la multipolaridad frente a los Estados Unidos de América y regionalmente, la disimulada injerencia en los asuntos internos de Bolivia, Ecuador y Perú. (Diego Bautista Urbaneja, Real Instituto Elcano, 2005)

Por otra parte, la búsqueda de coincidencias con Brasil y Argentina, más específicamente con Lula y Kirchner, el establecimiento de un eje con ellos avanzó como una línea privilegiada de la visión del presidente Chávez para hacerse de Alianzas mientras se involucraba sin mayor pudicia en Bolivia, respaldando a Evo Morales, factor poco estabilizador en ese momento y en ese país.

Traigo también a colación otro trabajo, años después de Elsa Cardozo que, entre variadas consideraciones, resalta lo que fue una línea de la política exterior bolivariana. La distinguida especialista, en un magnífico artículo, examina hasta 2011 las ejecutorias de la política exterior de los gobiernos de Chávez poniendo en evidencia, mutatis mutandis, la dirección que antes asentamos y la presión sobre la conducción de la política exterior con los vicios, así los llamo yo, propios de una empresa personalista y caprichosa, no apuntando a objetivos en el largo plazo que favorecieran al país, ni al respeto de los derechos humanos, la integración, la seguridad, la democracia ni la soberanía.

Una cita, desnuda, una entre otras en opinión de Cardozo, la más perniciosa realidad de la experiencia chavista, “La acción internacional del gobierno proyecta al mundo los rasgos de un modelo político que desde la noción inicial de democracia participativa fue anulando la descentralización, los controles y contrapesos al poder presidencial. En política exterior, se tradujo igualmente en el rechazo cada vez más abierto de cualquier acuerdo o institución que en materias como derechos humanos y democracia pretendiera hacer escrutinio o procesar reclamo alguno”
De nuevo Cardozo, “Esto perfiló una política exterior de “amigos-enemigos” con su discurso y procura de simpatías de alto riesgo, a la vez que aumentó las vulnerabilidades ante las redes de ilícitos internacionales en explosiva asociación con los problemas nacionales de inseguridad. En suma, lo que esta perspectiva permite apuntar como tendencia es la pérdida de soberanía del país y la pérdida de autonomía de los venezolanos, esto es, la destrucción gubernamental de las capacidades sociales e individuales para desarrollarnos y prosperar libremente en todo nuestro potencial.

Chávez se lo permitió absolutamente todo, inclusive jugar con la soberanía. Basta recordar el manejo del contencioso con la República de Guyana y sus alegres declaraciones contrariando los intereses nacionales, pero procurándole los aplausos con los que solía alimentar su egolatría, chequera de la república en mano, por cierto. Ya sabemos adonde nos ha llevado eso.

A la desconstitucionalización, la desrepublicanización, la desinstitucionalización hay que acotar la des convencionalización que resultó de las decisiones de Chávez, la separación de la Comunidad Andina o la denuncia al Pacto de San José y el retiró de la Corte IDH en 2013, desconociendo a la misma CRBV, además, pero, la próxima semana, Dios mediante, terminaremos completando la reflexión con los años de Maduro y su política exterior.

Nelson Chitty La Roche, nchittylaroche@hotmail.com, @nchittylaroche

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