El papa Francisco y el presidente de Uruguay, José Mujica, abordaron en una audiencia privada de 45 minutos –uno de los encuentros más largos que el pontífice ha mantenido hasta ahora– el proceso de paz en Colombia, una de las principales preocupaciones para el mandatario uruguayo.
Francisco, de origen argentino, recibió con un fuerte abrazo a Mujica, reconocido no creyente, pero que admitió que el peso social de la Iglesia Católica en Colombia le permite jugar un papel decisivo en la negociación entre las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos.
“Le transmití algunas preocupaciones, como lo que está pasando en Colombia, que yo le doy una importancia de carácter trascendente. Y cuando digo lo que está pasando en Colombia es el proceso de negociación que se está llevando a cabo”, indicó Mujica en la residencia del embajador de Uruguay ante la Santa Sede.
“Teniendo en cuenta que el Caribe y Colombia son enormemente católicos, tengo que reconocer que entre las cosas que le pedí al Papa, no en términos de rogativa, sino de humanidad, es que hagan todo lo que puedan para que el proceso continúe y llegue a buen puerto, por lo que significa para Colombia y toda América”, añadió.
La respuesta del pontífice, según el mandatario uruguayo, fue que estaban informados sobre la actual situación del proceso negociador que se desarrolla en Cuba y que, en este sentido, la actitud de la Iglesia es positiva.
El encuentro entre Mujica y Francisco se desarrolló en un clima de gran sintonía, según se empeñaron en demostrar ambas partes. El presidente de Uruguay dijo que hablar con el Papa argentino es como hacerlo con un amigo del barrio, y el pontífice dijo que estaba muy contento por haberse reunido con un hombre sabio.
La pobreza fue otro de los temas que el Presidente de Uruguay abordó con el pontífice: “Hay que ponerle calor militante, de compromiso. Le pido a esta Iglesia Católica, y a todas, que traten de echar una mano militante, no sólo en cuestión de recursos económicos, hay que poner otros tipos de recursos”, dijo Mujica.
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