Ingredientes:
2 naranjas grandes
1 mango
1 chorrito de Cointreau
400 gr. de azúcar
1 taza de agua
Zumo de un limón
3 gr de gelatina
Esterilización:
Antes de empezar tenemos que esterilizar bien los envases donde colocaremos nuestra mermelada. De esta manera nos aseguramos de eliminar cualquier bacteria y residuo en ellos, para que duren más tiempo envasados sin que se la mermelada se estropee.
En una olla grande colocamos los envases que vamos a usar boca arriba y las tapas por separado.
Llenamos la olla de agua hasta que hayamos cubierto los botes. Recuerda que tienen que ser de vidrio.
Calentamos el agua hasta que hierva y dejamos hervir durante 30 minutos, con los botes dentro.
Dejamos enfriar dentro del agua. Ya tenemos los envases esterilizados.
Preparación:
Mientras se esterilizan los envases vamos a preparar la mermelada. No podemos hacerlo en días diferentes, lo mejor es hacerlo a la vez para que la esterilización tenga sentido.
Lavamos y pelamos bien las naranjas. Tenemos que intentar eliminar todos los restos blancos de la pulpa o saldrá muy amarga. También lavamos y pelamos bien el mango.
Troceamos bien ambas frutas, en trozos no muy grandes y lo colocamos en una olla.
Cortamos la piel de una de las naranjas en tiras muy finas. Esta cáscara quedará blanda después del proceso de preparación. Eso sí, le dara a la mermelada un ligero toque amargo.
Añadimos una taza de agua y el chorrito de Cointreau. Llevamos a fuego medio.
En el momento en el que empieza a hervir contamos 40 minutos. Con una cuchara de madera vamos dando vueltas cada 10 minutos, aproximadamente, para evitar que se pegue la mezcla.
Pasado ese tiempo, añadimos el azúcar, la gelatina y el zumo de limón. Dejaremos que hierva todo durante 10 minutos, esta vez dando revolviendo constantemente. La gelatina nos ayudará a que una vez fría adquiera consistencia, respetando el brillo y la transparencia de la mermelada. No aporta ningún sabor a la preparación.
Ya tenemos nuestra mermelada lista. Una vez que se enfríe estará lista para comer. Hay que tener en cuenta que la mermelada se espesa conforme se va enfriando.
Ahora toca llenar los envases. Para ello es recomendable que saques los envases recién esterilizados con unas pinzas, intentando no tocar el interior con los dedos, y llenar con la mermelada aún caliente. Llenamos hasta arriba y cerramos bien, después los colocamos boca abajo sobre un paño hasta que enfríen completamente, para que se les haga dentro el vacío.
Otro de los métodos para envasar al vacío es llenar los envases y taparlos bien, después colocarlos al baño maría durante 30 minutos. Es un proceso algo más lento que el anterior, pero igual de efectivo.
Dejamos reposar unas 24 horas cada envase, y después decoramos.
Debemos guardarla en un lugar fresco, seco y alejada de la luz para que se conserve perfectamente.
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