Un hombre armado abrió fuego la madrugada del jueves en la biblioteca de la Universidad Estatal de la Florida, cuando cientos de estudiantes que habían estado despiertos toda la noche estudiando para los exámenes se vieron obligados a ocultarse tras los libros y los escritorios. Tres resultaron heridos antes de que la policía abatiera a tiros al pistolero, tras haberse negado a bajar el arma, dijeron las autoridades. Algunos enviaron mensajes a sus familiares informando de lo que estaba ocurriendo y para mostrarles su afecto.
La policía y las autoridades universitarias de la FSU al inicio consideraron la serie de disparos como un «incidente aislado», pero hasta ahora no se han dado a conocer muchos detalles, incluyendo hasta qué punto el presunto pistolero perdió el control y y comenzó a disparar. El Campos de la FSU donde ocurrieron los hechos, se encuentra a menos de una milla del centro de Tallahassee y el Capitolio estatal.
De los tres estudiantes heridos en el tiroteo, dos fueron ingresados de urgencia en el Memorial Healthcare y uno de ellos se encuentra en estado grave. Un tercero fue tratado por facultativos en el lugar de los hechos y su estado no reviste gravedad.
El enfrentamiento
«Esta persona sólo por la razón que sea, usó una pistola y comenzó a disparar a los estudiantes en la biblioteca», dijo el jefe de policía de la FSU, David Perry.
El ataque comenzó poco después de la medianoche cuando los estudiantes dentro de la biblioteca de varios pisos escucharon media docena de disparos. Los estudiantes comenzaron a gritar que alguien estaba disparando contra ellos y voltearon sus sillas, utilizándolas como escudo.
«Corrí por mi vida», dijo Allison Kope, una estudiante de primer año de Cocoa Beach, que estaba en el primer piso de la biblioteca. «Corrí a la derecha de la puerta trasera. Tomé mi ordenador portátil y mis demás pertenencias. Fue una descarga. Era sólo instinto. No piensas en otra cosa, que en correr y escapar de ahí.»
Otros estudiantes se escondieron entre los anaqueles repletos de libros, mientras que algunos se encerraron en las habitaciones.
Sarah Evans, estudiante de último año de Miami, dijo que estaba dentro de la biblioteca y oyó un estudiante decir que había recibido un disparo. Cuando ella lo miró, él estaba en el suelo con sangre el pantalón.
Dos de las víctimas fueron llevadas a un hospital local. Funcionarios dijeron que un tercer estudiante sólo fue rozado por una bala y fue atendido en el lugar.
La policía de la Universidad Estatal de Florida enfrentó al hombre armado a las afueras de la biblioteca que se encontraba en medio del campus y le ordenaron que deje caer su pistola, al no obedecer se desató la balacera y murió.
Horas después de los disparos, los detectives inspeccionaban el cuerpo del pistolero que yacía boca abajo en la parte superior de una rampa de acceso a las afueras de la biblioteca. Una gorra de béisbol gris yacía cerca de su cabeza.
El tiroteo provocó una alerta de campus que instó a los estudiantes a tomar refugio y mantenerse lejos de puertas y ventanas.
Suspendieron las clases
Después del tiroteo, las autoridades universitarios anunciaron clases serían cancelados para el jueves.
Daniel Morales, estudiante de primer año de 19 años de edad, de Fort Pierce, que estaba en la biblioteca durante el ataque, dijo que cuando escuchó por primera vez a alguien decir «alguien tiene una pistola. Pensé que estaba bromeando.» Pero después, Morales y otros corrieron a un cuarto trasero en el segundo piso donde se atrincheraron.
Otros estudiante de primer año, Nikolai Hernández dijo que estaba en su habitación escuchó cinco o seis disparos rápidos.
«Fue un boom consecutivo, boom, boom, boom, boom», dijo Hernández. «Definitivamente estaba un poco nervioso. Se suponía que debía estar en la biblioteca. Yo tenía mucho que hacer, me dio pereza y decidí no hacerlo.»
Foto Referencial
Fuente: Diario las Américas
