Magali Meda: En honor a la verdad o el honor y la verdad

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Magali Meda: En honor a la verdad o el honor y la verdad

 

Se fue con Dios un gran venezolano. A Fernando lo conocí en el 2010 y desde esa época y junto a Carlos Blanco y Gustavo Tarre nos hicimos amigos. Trabajamos juntos en muchas luchas democráticas junto a María Corina. Nos reencontramos en los últimos años, el siendo una pieza clave en todos los procesos unitarios por la búsqueda de posibles soluciones o negociación.

Nos conectaba una pasión por Venezuela, el profundo amor por la familia y por el mar.

El 20 de marzo cuando sobre mi, sobre nosotros, se desató una despiadada persecución, estábamos en su casa junto a líderes políticos y amigos hablando de democracia y de elecciones. Todo pasó muy rápido. Acusaciones horribles, capturas de Henry y Dignora, órdenes de captura hacia Fernando, hacia Pedro, Claudia, Humberto, Omar y hacia mi.

Ese día, gracias a una gestión humanitaria de la Cancillería Argentina que actuó rápido y su Ministro en Vzla Gabriel Volpi, nos abrieron sus puertas y fuimos llegando uno a uno a la Qta. Buenos Aires.

A partir de ese momento comenzó una experiencia que quedará para nuestra historia personal muy, muy fuerte. También quedará para la historia de la Diplomacia por lo que ha significado, una persecución despiadada dentro de una Embajada.

Fernando fue el último en entrar a resguardarse el 21 de marzo, y recuerdo perfectamente que cuando me vio, me dijo, “estas aquí, que bendición”. Esa frase me la repetía constantemente… “cuando te vi, sentí una gran tranquilidad y felicidad”.

Fernando vivió 9 meses de mucha angustia, estaba en un proceso de búsqueda y reinvención personal constante. Durante ese tiempo vivimos 4 asedios terribles y del último no hemos salido aún. Nos quitaron la electricidad desde hace 94 días y simplemente no la volvieron a reconectar.

Nuestra rutina se hizo costumbre. Durante meses caminábamos juntos al amanecer y siempre, siempre le mandaba una foto a su familia y amigos más cercanos, una fe de vida. Muchas de esas imágenes las capturé yo. Un hombre de una disciplina brutal con los ejercicios, le importaba mantenerse en forma y guapo, disciplinado escribía diariamente, disciplinado se alimentaba cuidando su salud, pero, sobre todo, disciplinado y consecuente en estar presente y en comunicación con su familia. El nos decía siempre que seguro se moriría viejito porque su familia es de genes longevos.

Después del 28 de julio, el régimen decidió avanzar con más atropellos. Quitarnos la posibilidad de ver a nuestras familias, a su familia, le afectó mucho, a él y a todos. Muchas largas conversaciones sobre lo absurdo de estar viviendo una situación de asilo convertido en secuestro. Su obsesión era permanecer en Venezuela y cuidar de su familia.

Fernando amó a este país intensamente….Dimos debates apasionados… muchos. Si no compartía la posición de los demás se ponía furioso, pero de inmediato se le pasaba…

Le apasionaba imaginarse a Venezuela saliendo de este hueco de destrucción.

No es normal lo que vivió Fernando, no es normal las terribles acusaciones que le hicieron, no es normal arrancar a un ser humano decente y honesto de su vida construida por años de un guamazo, no es normal separarlo de su familia, no es normal tenerlo sometido a esta pesadilla. ¡Esa es la verdad!
Fernando Martínez Mottola es y será por siempre un venezolano con honor y valentía. Su corazón le dolía estando acá adentro por tantas injusticias, su corazón le dolía afuera y su corazón le seguirá doliendo junto a Dios.

Desde la Qta. Argentina donde continua esta pesadilla, te despedimos y te honramos Fer. Todo el amor y la fuerza para entender semejante desenlace a Laura, a tus hijos y nietas y a toda tú familia.

 

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