Después del voto argentino en la OEA
El encuentro se da a 10 días de que la Organización de Estados Americanos (OEA) evalúe si aplica la Carta Democrática a Venezuela, por supuestas violaciones a los derechos humanos, algo que denunció el mandatario argentino el 22 de diciembre pasado en la Cumbre de jefes de Estado del Mercosur, realizada en Paraguay.
El presidente Mauricio Macri recibió pasadas las 16, en su despacho de la Casa de Gobierno, al líder de la oposición venezolana y gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles. Junto al mandatario estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzo; y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
El encuentro se da a 10 días de que la Organización de Estados Americanos (OEA) evalúe si aplica la Carta Democrática a Venezuela, por supuestas violaciones a los derechos humanos, algo que denunció el mandatario argentino el 22 de diciembre pasado en la Cumbre de jefes de Estado del Mercosur, realizada en Paraguay. «No puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas y la privación ilegítima de la libertad por pensar distinto», había dicho Macri en aquel entonces. La contestación, aunque errada, vino de parte de Delcy Rodríguez, la Canciller venezolana. El 23, en la Asamblea General de la OEA, los 34 estados miembro votarán si en efecto hay «alteración del orden democrático»; de resultar aprobada la moción por mayoría, el organismo multilateral puede impulsar distintas medidas diplomáticas con vistas a encauzar la institucionalidad en el país caribeño.
Venezuela sigue en estado de ebullición política: este jueves, la oposición, aglutinada en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), marchará en todo el país para rechazar la invalidación de las más de 600 mil firmas (lo firmaron en total 1,35 millones de personas), entre ellas la de Henrique Capriles, recolectadas para impulsar este año el referendo de revocatoria contra el presidente Nicolás Maduro. La cantidad de firmas supera en seis veces lo necesario para impulsarlo.
El contexto
A principios de junio el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió convocar a una sesión extraordinaria de los Estados miembros con la intención de activar la Carta Democrática, y eventualmente apartar del organismo a Venezuela.
Esa convocatoria provocó la reacción de la canciller Susana Malcorra , que planteó que «los problemas de los venezolanos se deben resolver entre ellos sin intervención externa», aunque destacó «el pedido» del gobierno argentino «para que las partes dialoguen».
La frase de Malcorra cayó mal en la oposición venezolana, que acusó a Macri de flexibilizar su posición respecto de Nicolás Maduro y la interpretó como un giro y una muestra de que la prioridad de Macri es que Malcorra se convierta en la próxima secretaria general de la ONU.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, tuvo que negar que la Casa Rosada haya cambiado su postura respecto de la situación en el país caribeño. «No ha habido ningún giro. Creo que nos pueden acusar de muchas cosas, menos de haber sido una fuerza política o un gobierno que ha apoyado al gobierno de Venezuela», planteó Peña ante agencias internacionales.
clarin.com / la nación. com. ar