Hay afortunados que aún tienen un horizonte de posibilidades por delante: sus vacaciones. Para aquellos que no las han disfrutado todavía hemos pensado en ocho lugares inspiradores, que podríamos denominar “secretos” simplemente porque son menos típicos que los enclaves turísticos habituales. Y esto les convierte en el paraje perfecto para librarnos de la avalancha de la gente. Déjate sorprender por estas ocho propuestas de Travelzoo:
Santo Tomé y Príncipe. Golfo de Guinea
Ana Sofia Guerreirinho (FLICKR)
Este pequeñísimo archipiélago africano es un auténtico paraíso al noreste de la costa de Gabón. Alejado de rutas comerciales e ignorado por el turismo de masas, está justo en el punto medio del planeta (atravesado por el Ecuador y a poca distancia del meridiano de Greenwich) y es el segundo país más pequeño de África. Llaman la atención sus densos bosques, su riqueza floral y sus playas salvajes, con cocoteros y baobabs. Playas vírgenes con arena blanca y el fondo de sus aguas repleto de coral. Un paraíso que parece no haber ni imaginado el paso del hombre.
Bosnia-Herzegovina.
Mark Gregory (FLICKR)
Descubrir este país sacudido por las guerras de los Balcanes, donde se mezclan las civilizaciones de Oriente y Occidente, es conocer un hermoso cuadro de paisajes con montañas y abundante vegetación, combinados con un rico patrimonio cultural. Tiene tanto su zona dedicada a la agricultura, más al sur y con clima mediterráneo, como su área boscosa —que supone el 50% de la superficie del país—, al este y norte del estado. Una vez que termina la temporada de baño, es imprescindible visitar las Cascadas de Kravice.
Bután.
Carsten ten Brink (FLICKR)
Este pequeño país ubicado entre India y China, con la fascinante barrera del Himalaya, conforma un reino de cuento no masificado que inventó la Felicidad Nacional Bruta, medida a la que otorga una importancia parecida a la del PIB —no sin razón, puesto que se considera uno de los estados con la población más feliz del mundo–. El 70% de su superficie es bosque, y la mayoría de éste está considerada área protegida. El país vela por un turismo sostenible, protegiendo así su medioambiente y su cultura milenaria, a la vez que ofrece al visitante un paraje único envolvente, un remanso verdadero de paz.
Isla de Bornholm, Dinamarca.
Joe Dyndale (FLICKR)
Esta exclusiva isla danesa, con una extensión de casi 600 kilómetros cuadrados ubicados al norte de Polonia y sur de Suecia, es producto de una actividad volcánica de hace más de 1700 millones de años. Tiene un microclima cálido (nada que ver comparado con sus vecinas Suecia y Dinamarca), una costa alta escarpada, playas de arena blanca y aguas puras, dunas, acantilados, paisajes espectaculares, iglesias redondas y curiosos ahumaderos de pescado. Es conocida como la ‘Perla del Báltico’, merece la pena verla y entender por qué recibe este nombre.
Isla de Skye y Las Hébridas, Escocia.
GTRESONLINE
En el litoral de las Highlands nacen las islas Hébridas, cuya isla más relevante y bella es sin duda la de Skype. Este tesoro, ‘la isla de la bruma’, está volteado por verdes colinas, lagos , cascadas y espectaculares acantilados, donde la vista se pierde en un horizonte mezcla entre el mar, el cielo y el velo que conforman las nubes. En Portree, la capital de la isla y donde solo viven cerca de 2.500 personas y las casitas de colores bordean el pequeño puerto, hay barcos-resturantes donde se pueden degustar platos de salmón, uno de los pescados más típicos de la isla, Si se accede a la isla por el puente que la une con Escocia, también se puede visitar el castillo de Eilean Donan, famoso por aparecer en películas como Los importales o Braveheart.
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