El PJD del actual presidente, Abdelilah Benkirán, revalida la mayoría obtenida en 2011, según los datos al 90 por ciento del escrutinio.
El islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha ganado las elecciones legislativas celebradas este viernes en Marruecos, según los datos oficiales provisionales facilitados en la madrugada del sábado por el ministro del Interior, Mohamed Hassad, con el 90 por ciento de los votos escrutado. En segundo lugar habría quedado el laico Partido Autentiidad y Modernidad (PAM) y en tercer lugar el histórico Istiqlal, nacionalista.
De confirmarse estos datos, el PJD revalidaría su victoria de 2011, que llevó a la presidencia del Gobierno a su líder, el carismático Abdelilah Benkirán. Según el ministro, el recuento llevado a cabo hasta ahora asigna a los islamistas 99 escaños en la Cámara de Representantes, frente a 80 del PAM y 31 de Istiqlal, aunque estas cifras previsiblemente irán aumentando a medida que se vaya completando el escrutinio.
Desde horas antes, los islamistas ya se consideraban ganadores de los comicios y aunque Benkirán apeló a la prudencia en una tumultuosa comparecencia que ofreció en la sede de su formación pasada la medianoche, algunos de sus partidarios ya se lanzaron a las calles de la capital, Rabat, a celebrar el triunfo haciendo sonar el claxon de sus vehículos.
Otro de los datos significativos de la jornada fue la alta abstención, ya que tan solo acudió a votar un 43% del electorado, dos puntos menos que en las elecciones legislativas de cinco años atrás, lo que apunta al hastío en buena parte de la población ante la desconfianza hacia los partidos.
Benkirán llegó a la presidencia hace cinco años en las primeras elecciones legislativas que se celebraron tras la aprobación de la Constitución de 2011, en la que el rey Mohamed VI cedió una parte de sus prerrogativas para aplacar las manifestaciones del llamado Movimiento 20 de febrero, dentro de la ola de protestas conocido como la «Primavera árabe». No obstante, el monarca sigue conservando un papel central en la vida política marroquí y es el encargado de nombrar a los titulares de carteras ministeriales de gran importancia, como la de Interior.
El líder islamista hizo hincapié durante la campaña electoral en sus reformas económicas, la estabilidad y la honestidad de los miembros de su formación, mientras que acusa a algunos de sus rivales políticos de comprar a los votantes. En cambio, no subraya los aspectos religiosos o morales de su gestión. De hecho, Benkirán rechaza calificar de islamista a su partido.
Una de las claves de su popularidad es su personalidad cercana, con la que se identifican muchos marroquíes. Sus discursos están salpicados de frecuentes notas de humor y sarcasmo y se suele expresar en dariya, el dialecto árabe empleado por los ciudadanos de a pie del país. Además, hace gala de seguir viviendo en el domicilio que tenía antes de acceder a la presidencia, en lugar de ocupar una residencia oficial.
Denuncias de fraude
Antes de que se conociera su nueva victoria electoral, el PJD denunció este viernes «abusos» e intentos de fraude por parte de «agentes de la autoridad» para favorecer a sus rivales. El ministro del Interior ha rechazado de plano estas acusaciones y ha criticado al partido ganador por ellas. «Hemos respetado las directrices de Su Majestad de permanecer neutrales», ha defendido.
Este sábado se espera que se conozcan los resultados electorales definitivos.Falta sumar los 90 escaños que se reserva a mujeres y jóvenes hasta completar los 395 que conformar la Cámara de Representantes, con lo que el PJD podría superar sus 107 puestos actuales.
Con todo, los islamistas necesitarán pactar para formar gobierno, como ha tenido que hacer en la última legislatura. El PAM ya avanzó ayer que no está dispuesto a aliarse con el partido de Benkirán.
Fuente: abc