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Los caramelos y su efecto en nuestra salud

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Los caramelos y su efecto en nuestra salud

¿Es cierto que ayudan a dejar de fumar? ¿Son tan nocivos como dicen? ¿Cuántos caramelos se consumen en España al año? ¿Qué composición nutricional poseen estas golosinas? ¿Cuándo surgieron? Todo esto y más lo podrás conocer en las siguientes líneas, acompáñanos a develar los datos más importantes de esta golosina tan popular como deliciosa.

 

 

Datos interesantes

 
A diferencia de lo que pudiera suponerse, los caramelos no surgieron como un mero capricho, sino que vinieron a solucionar una necesidad de los seres humanos. Su origen nos traslada al siglo XIX, donde las personas necesitaban contar con un alimento capaz de satisfacer sus necesidades energéticas, y que fuese al mismo tiempo fácil de transportar y de almacenar. Como curiosidad, destaca que la palabra caramelo deriva del latín canna melis, ya que las primeras golosinas de este tipo empleaban la caña de miel como ingrediente principal. Con el paso del tiempo, las técnicas de repostería se refinaron para dar paso a una gran variedad de caramelos, siendo producido de manera industrial por primera vez en el año 1850, e introducido en España en el año 1930.

 

 

Actualmente, se conoce que un adulto español promedio consume una media de 3 kilogramos de caramelos al año, una cifra bastante alejada de otras naciones europeas como Alemania, Portugal o el Reino Unido, donde se consume mucho más. En Japón estas golosinas son todo un furor, donde se comercializan con sabor a hamburguesas, a huevo frito, e incluso, existe una pizza hecha con caramelos. Impresionante, ¿Cierto?

 

 

¿Que contienen los caramelos?

 
A grandes rasgos, se conoce que los caramelos son alimentos altos en carbohidratos (95 g. por cada 100 g. de esta golosina), aunque también contienen hierro (0.40 g.), proteínas (0.40 g), calcio (4 mg.), potasio (23 mg.), zinc (0.20 mg.), sodio (41 mg.), azúcar (95 g.), y cantidades menores de vitaminas. Ahora bien, ¿Qué beneficios trae su consumo? Veamos.

 

 

Efectos nocivos

 
Pocas personas existen que puedan resistir la tentación de probar un delicioso caramelo, sin importar que se trate de un niño o un adulto. Evidentemente, y como casi todo en la vida, la clave está en la moderación, pues un consumo exagerado de esta golosina puede repercutir en nuestra salud y nuestra calidad de vida en general.

 

 

Por ejemplo, desde el punto de vista nutritivo, los caramelos bien poco aportan a nuestra dieta y nuestros requerimientos diarios. Por el contrario, el aporte tan considerable de calorías puede afectar nuestros planes alimenticios, y nunca deberíamos priorizar su consumo por encima de otros alimentos como las frutas y verduras.

 

 

Por otra parte, muchas personas suponen que los caramelos aportan energía y nos permiten permanecer más activos a lo largo del día. Si bien esto es cierto hasta un punto, estas golosinas proveen un aumento rápido de la energía, pero pueden mermar nuestra concentración y nuestro estado de ánimo a largo plazo si se consumen en exceso, por no mencionar que suponen un aumento de peso considerable (el azúcar refinado se almacena en el cuerpo en forma de grasa), y pueden favorecer escenarios diabéticos en las personas.

 

 

Por último, debemos hacer mención a la proliferación de bacterias y caries dentales en nuestro organismo, algo en lo que los caramelos pueden influir de un modo considerable.

 

 

Efectos beneficiosos

 
Por supuesto que todo no es malo, y si de caramelos se trata, existen algunos beneficios importantes que podemos obtener de su consumo (repetimos, moderado). En este sentido, destaca el hecho de que chupar caramelos, especialmente los de limón, representa una oportunidad excelente para alejar los escenarios de tos, resfriados, asma, fiebre y dolor de garganta, como podemos leer aquí. Al consumir caramelos mantenemos la boca húmeda, por lo que algunos síntomas como la afonía o la boca reseca pueden ser mitigados.

 

 

Se conoce además que estas golosinas pueden influir positivamente en las infecciones urinarias, además de que alivian la acidez estomacal, el estreñimiento, las náuseas y algunas afecciones digestivas. Al chupar un caramelo estimulamos la actividad del hígado, por lo que la digestión de los alimentos se produce de manera más eficiente, y por otra parte, estamos proveyendo al cuerpo de feniletilamina, un alcaloide que genera una sensación de bienestar y alegría muy agradable.

 

 

Si te preguntas si es posible dejar de fumar a través de los caramelos, debes saber que estas golosinas son capaces de disminuir la ansiedad propia de este nocivo hábito, y de manera general, pueden ser una herramienta factible para alejar el estrés, reforzar la concentración, mejorar el estado de ánimo, e incluso, detener el sangrado de las encías (gingivitis) y la nariz. ¿A qué dan ganas de probar un caramelo en estos momentos?

 

 

 

Saludalia

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