Si estás hecha un lio y no sabes en realidad lo que sientes hacia tu pareja, te ayudamos a salir de dudas y descubrir tus verdaderos sentimientos.
No se puede depender de nuestra pareja
Ese sentimiento de sólo verle a él o a ella, es dejar de lado tu vida, tu propia e individual vida. Cuando sientes ese apego, más que un afecto de cariño, es rendirse por el miedo de descubrir nuevas emociones. Si existe una dependencia mutua, la unión entre los dos es una acción donde ni uno come ni el otro deja comer. Expresiones del tipo: “No sé vivir sin él” “Eres el camino de mi vida” “Sin ti no soy nada”… ¡Trágatelas!
Una mujer o un hombre apegados nunca están preparados para una pérdida, porque ninguno de ellos concibe la vida sin su pilar de seguridad, que es la pareja. El hecho de que le desees, no significa que sufras depender de él o ella. Hay que degustarlo hasta cansarte, pero si este placer te resulta indispensable: Eres una adicta irracional.
La dependencia o el apego pueden prevenirse: Curioseando, con independencia, y sintiendo la vida. Si los unimos todos, tu resultado emocional será el óptimo.
Curiosear
Es evidente que lo nuevo asusta, y por eso te aferras a lo conocido. Dos parejas con este miedo, se absorben como dos esponjas, y solo ven los ojos de su alma gemela. El principio de la curiosidad es indagar, mirar más allá de tu alrededor, y darnos cuanta que el placer es disperso, accesible y no esta localizado en un punto. Es decir, tu pareja a la que amas es una parte importante de tu vida, pero no la única.
Independencia
Investiga por tu cuenta. Si él te ve independiente y feliz, seguramente recapacite. Hay casos muy productivos para ello, y si no es así, pregúntate si te encuentras con la persona idónea.
Sentir la vida
Si la Calderón de la Barca aseguraba que la vida es sueño, para el psicólogo y escritor Walter Riso, la vida es un juego. Hazte cargo de ti misma. Olvídate de el qué dirán, empieza por nuevas aventuras ¿Por qué? Porque las mejores cosas de la vida, suceden bajo las emociones y el deseo. Si quieres abrazar a la persona que más odias o darle un beso a tu jefe del trabajo, hazlo. El cariño es el motor con el que se llega a cualquier parte, incluso, hasta el fin del mundo.
El deseo mueve al mundo, y el apego el pedal que lo frena. No hay que esconder las ganas que nacen del amor, sino asegurar la capacidad de dejar a tu pareja, cuando haya que hacerlo. ¡Apúntalo!
Fuente: Agencias