Te presentamos 5 curiosidades sobre las lágrimas, que probablemente desconocías.
Composición
Las lágrimas se componen de una parte lipídica, formada por ácidos grasos producidos por las glándulas del párpado, que evitan que se evapore la lágrima; de una parte intermedia acuosa y de un componente mucínico que se encarga de mantener la lágrima adherida a la superficie de la córnea. Si una de ellas es alterada, aparecen patologías como la del síndrome de ojo seco.
El origen de tatuarse lágrimas
Realizarse tatuajes con motivo de lágrimas es muy común y se remonta al Mimo. Pierrot, un personaje de la Comedia Italiana, cuya personalidad se atribuye al cómico Giuseppe Giratoni en el siglo XVII parece ser su precursor. A partir de él muchos otros mimos han seguido su estilo. En la otra cara de la moneda, muchos ex-presidiarios se han tatuado lágrimas negras saliendo de sus ojos, simbolizando cada una de ellas un asesinato cometido.
Su función primordial
La función de las lágrimas no es sino proteger la superficie de la córnea, nutriéndola y mejorando su calidad refractiva. Cuando el ojo está humedecido, el resto de lágrimas son drenadas al sistema lagrimal, aunque hasta el 25% de ellas suelen evaporarse por el aire. Ante una agresión externa, la glándula lagrimal se pone a trabajar para evitar que dañe el ojo. Así, cualquier tipo de cambio de temperatura, motivaciones psíquicas u objetos extraños llega al cerebro para aumentar la producción de lágrimas dentro de nuestro sistema nervioso no consciente.
¿Es posible quedarse sin lágrimas?
En caso de enfermedades como la artritis reumatoide o el lupus, la glándula lagrimal del ojo puede verse afectada y por tanto, producir muchas menos lágrimas. La sensación para el que lo sufre, es como tener permanentemente algo dentro del ojo, además de que sientes el ojo seco y puede ver borroso. El remedio ante este problema es usar lágrimas artificiales cada día.
¿Llorar por la nariz?
Después de cumplir su función de limpiar y mantener el ojo húmedo, las lágrimas continúan por la zona interna del ojo y por el conducto lagrimal hasta la nariz. Así que cuando lloramos mucho, el drenaje de la nariz es también mayor, por lo que es común que nos salga líquido por la nariz.
Fuente: Culturizando