Las personas de la tercera edad que padecen sordera, parecen tener una mayor probabilidad de sufrir demencia a posterior. El riego aumenta en tanto la pérdida auditiva se agrava, según una investigación de la facultad de medicina de la Universidad Johns Hopkins (EEUU).
La demencia se caracteriza por la pérdida progresiva de las facultades para llevar a cabo procesos los cognitivos necesarios para desenvolverse en las actividades del día a día. La pérdida de memoria es uno de los principales signos de este deterioro que puede incidir en la personalidad del paciente.
El estudio se realizó con 639 personas de entre 36 y 90 años que no sufren de demencia. Los participantes de la investigación fueron inicialmente sometidos, a estudios para evaluar su funcionamiento mental y sus capacidades auditivas.
Luego se les realizó un seguimiento y fueron evaluados nuevamente para determinar si sufrían del mal de Alzheimer o de otras formas de demencia.
Del total de los sujetos del estudio, 125 estaban afectados de una ligera deficiencia auditiva, 53 estaban moderadamente sordos y seis de ellos padecían de una pérdida importante del oído.
Los responsables del estudio, publicado en la edición de febrero de la revista médica estadounidense «Archives of Neurology», establecieron una correlación entre el envejecimiento, la pérdida del oído y el aumento del riesgo de senilidad.
Además, reseñaron que el riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer se incrementa en un 20% por cada diez decibeles de pérdida de capacidad auditiva. «La pérdida del oído podría estar vinculado a la demencia posiblemente como consecuencia de un agotamiento de las capacidades mentales y del aislamiento social o de una combinación de ambos» destacó el doctor Frank Lin, uno de los autores de estos trabajos.
A tu salud
Por Confirmado: Oriana Campos