El Clermont de la segunda división comenzó con una caída bajo el mando de Corinne Diacre, que busca hacer historia entre las críticas masculinas.
La francesa Corinne Diacre se convirtió en la primera mujer en entrenar un equipo de fútbol profesional masculino, pero debutó con una derrota. Su modesto Clermont cayó 1-2 ante el Brest, en un duelo correspondiente a la Ligue 2, la segunda división de Francia.
Parecía que su comienzo como DT sería perfecto cuando Souleymane Sawadogo definió un contraataque y provocó una pequeña sonrisa como celebración. Pero en la segunda etapa, Bruno Grougi y Alexandre Alphonse anotaron los goles del Brest para que la victoria quede para los locales.
El partido fue deslucido para el equipo local, la crítica sobre la forma y la poca expresividad de la entrenadora juzgaron el primer partido de Diacre, quien espera que el murmullo por su debut termine y ella, pueda hablar por su trabajo y los resultados que espera tener en la Ligue 2.
«Nunca es agradable perder, es evidente. Nos hemos enfrentado a un buen equipo de Brest que ha jugado bien. Hemos cometido dos errores en los goles encajados, pero también hemos hecho cosas buenas, lo que es un buen augurio para el futuro», dijo Corinne.
El hito de ser la primera mujer que dirige hombres profesionalmente coincidió con su cumpleaños. Para celebrar su debut y sus 40 años, recibió un ramo de flores y un beso antes del puntapié inicial de su colega Alex Dupont, técnico del rival.
Diacre se incorporó al Clermont a fines de junio, en reemplazo de otra mujer. La portuguesa Helena Costa había renunció sin haber dirigido un partido, luego de denunciar actitudes machistas y ser usada como una cara para atraer publicidad.
Helena era la primera entrenadora mujer en ser contratada en cualquiera de las dos divisiones más importantes de cualquier liga europea, ya que en 1999, Carolina Morace dirigió dos partidos al Viterbese de la tercera división italiana.
Corinne Diacre jugó 121 partidos con la selección de Francia, siendo capitana en algunas ocaciones. Ella fue ayudante técnica durante tres años, hasta que tomó las riendas del Soyaux, el club para el que ella jugó durante toda su carrera futbolística.
Con el hecho histórico concluido, sólo queda que la leyenda comience a escribirse con un buen desempeño. Corinne tendrá que borrar los prejuicios de un ambiente machista con una campaña que la lleve a luchar por un ascenso a la máxima categoría del fútbol francés.
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