Por debajo de los 200 metros de profundidad se halla el llamado «mar profundo». A partir de aquí, las temperaturas se aproximan a los 0 ºC, la luz se desvanece y la presión supera centenares de veces la existente a nivel del mar.
Sorprendentemente, en 1960, dos personas lograron alcanzar una profundidad de casi 11.000 metros, la mayor jamás realizada.
Trieste
Record Guinness
El 23 de enero de 1960, el doctor suizo Jacques Piccard y el teniente estadounidense Donald Walsh se sumergieron con el batiscafo Trieste, de fabricación suiza pero de la US Navy, hasta los 10.911 metros en el abismo de Challenger, en la fosa de las Marianas, el lugar más profundo del mundo.
La fosa de las Marianas es la más profunda fosa marina conocida y el lugar más profundo de la corteza terrestre. Tiene su origen en un proceso de subducción. Se localiza en el fondo del Pacífico noroccidental, al sureste de las islas Marianas, cerca de Guam.
Quizá 11 kilómetros no parezca una cifra muy alta, pero es asombrosamente elevada en realidad. Hemos de pensar, por ejemplo, que la inmersión a más profunidad con un traje de buceo atmosférico (agosto de 2006) alcanzó apenas los 610 metros. O que la profundiad máxima de un submarino de guerra es de 1 kilómetro. El naufragio del Titanic terminó a casi cuatro kilómetros de profundidad (el naufragio más profundo de todos, ni siquiera supera los seis kilómetros).
El Trieste, sin embargo, dobló esa marca, permitiendo a sus tripulantes llegar donde nadie había llegado. El descenso tardó cinco horas y los dos hombres estuvieron en el fondo oceánico cerca de veinte minutos antes de la subida, que tardó 3 horas y 15 minutos.
Su construcción fue financiada en gran parte por el Consejo de la ciudad italiana de Trieste, de la que recibió el nombre. Posteriormente fue comprado por la marina de los Estados Unidos en 1958, por 250.000 dólares.
De no haber sido oceanógrafo, Piccard hubiera querido ser astronauta. No fue el primer hombre en pisar la Luna, pero dio un importante paso en el descubrimiento del abismo marino.
Fuente: Xataka Ciencia
Por: Maria Laura Espinoza
Twitter: @i_am_LauEz14