Los ingresos ordinarios se han quedado cortos frente al tamaño del gasto y, por ello, el Gobierno central ha terminado su gestión financiera con brechas, que se han acentuado.
Las estadísticas del Ministerio de Economía y Finanzas revelan que el 2013 cerró con una diferencia de ingresos y egresos de 1,9% del PIB (Producto Interno Bruto) con lo cual se acumulan seis años de déficit.
Esas cifras oficiales, que se han divulgado con retrasos, evidencian que desde 2008 el Gobierno central ha culminado los ejercicios fiscales con saldos negativos, en un contexto en el cual el precio del petróleo ha estado por encima de los 90 dólares, siendo la excepción el 2009 que fue el año de la crisis financiera mundial que afectó la cotización del crudo.
Pese al volumen de aportes petroleros, esas brechas han llevado a acelerar el endeudamiento, devaluar y buscar otras fuentes de ingresos.
Desempeños
La información del despacho de las finanzas públicas evidencia que de los últimos seis años el 2012 fue el período en el cual la diferencia entre ingresos y gastos se amplió a 4,9% del PIB, y ese comportamiento obedeció a la expansión que se registró de los egresos por las elecciones presidenciales.
Jorge Giordani, ex ministro de Planificación, reconoció en una carta publicada tras su salida del tren ejecutivo, que la política de gasto se acomodó a los recursos petroleros y admitió que «la superación (triunfo electoral) se consiguió con un gran sacrificio y con un esfuerzo económico y financiero que llevó el acceso y uso de los recursos a niveles extremos que requerirán de una revisión para garantizar la sostenibilidad de la transformación económica y social».
Ante ese manejo de la política fiscal, el 2013 comenzó con un déficit en las cuentas que llevó a que en la primera mitad del año se ajustara el tipo de cambio oficial de 4,3 de bolívares a 6,3 bolívares y se revisara el comportamiento del gasto. Sin embargo, en la segunda mitad del ejercicio se retomó la política expansiva.
La información oficial muestra que el pasado año la administración de Nicolás Maduro orientó a salarios, pensiones, gastos de los entes oficiales y transferencias a las regiones 647,1 millardos de bolívares, mientras que los aportes petroleros y tributarios alcanzaron los 601 millardos de bolívares.
La estrategia de aumento del gasto ha continuado a lo largo de este año. Aunque las autoridades anunciaron en enero que se contemplaba una «optimización», la tendencia es de incremento de los egresos.
A fines de julio, Barclays publicó en un reporte que el gasto público apunta a que no hay un ajuste en marcha, pues ha registrado un aumento real de 45% y ese incremento del gasto se combina con un descenso en los impuestos.
El Universal