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La enfermera-tesorera

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La enfermera-tesorera


 
Con Claudia Patricia Díaz Guillén ya van dos extraditados que llegan a Estados Unidos a contar todo lo que saben sobre las tramas de corrupción y lavado de dinero del gobierno chavista. Faltaría un tercero, Hugo «el Pollo» Carvajal, que ha estado intentando lo que se les ocurra para no llegar a suelo estadounidense. Debe estar muerto de miedo, aunque debería inspirarse en la suerte de Alejandro Andrade, que cantó y ahora goza de libertad y del sueño americano.

 

 

La enfermera de Hugo Chávez, que también fue desde 2011 hasta 2013 titular de la Tesorería Nacional, llegó a Estados Unidos procedente de España, donde fue detenida junto con su esposo, Adrián Velásquez Figueroa, acusados de supuestamente contribuir a desfalcar y lavar 2.400 millones de dólares.

 

 

Con Alejandro Andrade ya obtuvo la justicia estadounidense información sobre una red de corrupción que lavó más de 1.000 millones de dólares y de la que el conocido como el Tuerto se declaró culpable en 2017. Esto le permitió acceder a ciertos beneficios como reducción de pena y su posterior liberación luego de permitir la confiscación de dinero y bienes adquiridos por medio de estos negocios turbios. Casualmente, la maraña delictiva en la que estaba involucrado comparte nombres con la que se supone que armó la enfermera de Chávez.

 

 

Todos son parte de lo mismo, incluyendo a Alex Saab y el Pollo Carvajal, aunque este tiene en su haber algunos cargos de narcotráfico que lo hacen incluso más apetecible para la justicia estadounidense. Lo que han dicho estos personeros del gobierno chavista y el dinero que les han confiscado son pruebas concretas de los delitos que se han cometido durante estos 20 años y de los fondos que le han robado al erario nacional.

 

 

Pero no solo eso, la cercanía de estos personajes con Hugo Chávez y con Nicolás Maduro dice mucho más. Claudia Díaz fue enfermera del fallecido, debió estar con él en sus momentos más difíciles y por eso la debió haber premiado con un puesto tan importante como la Tesorería; lo mismo hizo con su marido, que fue su guardaespaldas; y con el propio Andrade, con el que además lo vinculaba la culpa de haber sido el autor del accidente que le hizo perder un ojo.

 

 

¿Qué significa todo esto? Que la corrupción en la era chavista es estructural y que además viene desde la cúpula. No hay manera de negarlo, pues la malversación de fondos, la desviación de dineros públicos y su posterior lavado se hizo en las narices de Hugo Chávez y así sigue siendo. Claudia Díaz tiene mucho que contar de cómo tejieron la red para sacar del país más de 2.000 millones de dólares con los que se dieron la gran vida hasta que los arrestaron.

 

 

Aunque la justicia la ejerzan en otros países, el mensaje debe ser claro para todos los corruptos del gobierno, tarde o temprano tendrán que devolver todo lo que se robaron y pagar por sus delitos. Por su culpa los venezolanos están en la miseria.

 

Editorial de El Nacional

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