Gracias a la película ‘Parasite’ de 2019, se dio a conocer la cultura de los semisótanos en Corea del Sur… Esta extraña residencia en la que vivía la familia Kim es un tipo de ambiente muy común en este país asiático… ¡Te lo explicamos!
La película ganadora del Oscar a Mejor filme, Parasite, mostró una forma de vida muy particular que tienen miles de surcoreanos en los semisótanos. Estos ambientes, llamados banjiha, son un tipo de sótano que no está del todo bajo tierra: está a un nivel en el que una persona de pie puede ver a través de la ventana el suelo de la calle.
Aunque el semisótano de la familia Kim en Parasite, era un ambiente bastante lúgubre y con condiciones paupérrimas, muchos semisótanos de Seúl se reacondicionaron, remodelaron y adaptaron para que la vivienda sea óptima.
El hogar de los jóvenes y las familias más afectadas
En Corea del Sur vivir en un semisótano tiene ciertas implicaciones, es una vivienda de último recurso. Por lo general, estos ambientes, debido a su bajo costo, son habitados por jóvenes o estudiantes que intentan ahorrar la mayor cantidad de dinero para poder buscar algo mejor; también, es el hogar de muchas familias humildes.
La diferencia de precio con respecto a los apartamentos de Seúl es muy grande, un semisótano podría costar la mitad que la mensualidad de cualquier otra residencia. A la mayoría de los habitantes de la capital surcoreana, una gran parte de su salario se les va en vivienda.
Muchas personas ven los semisótanos como una oportunidad, ya que reciben un espacio amplio, por mucho menos dinero mensual. Aunque también representa ciertas desventajas: poseen poca luz natural, en la mayoría de los casos poca ventilación y mucha humedad.
Semisótanos de Corea del Sur: unas viviendas con historia
Estos espacios surgieron en los años 70, a raíz de la guerra con Corea del Norte. El Gobierno surcoreano hizo obligatorio tener un semisótano en cada vivienda, para servir como una suerte de búnker.
En un principio estaba prohibido habitar o alquilar estos semisótanos de emergencia, pues tenían que encontrarse disponibles para refugiarse en el caso de una invasión; pero en los años 80, Seúl enfrentó una crisis habitacional.
Se necesitaban más viviendas, debido al rápido crecimiento poblacional de la capital; además, los precios de los alquileres aumentaron y muchas familias necesitaban espacios que pudieran costear. Gracias a esto, se permitió alquilar y habitar los semisótanos de emergencia de las residencias, y así siguió sucediendo hasta la actualidad.
Después del gran éxito de Parasite, el Gobierno surcoreano se comprometió a mejorar las condiciones de vida de las personas que vivían en semisótanos, buscando hacer refacciones necesarias en las estructuras y ambientes.
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