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La atracción sexual: una cuestión de genes

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La atracción sexual: una cuestión de genes

Ni las miraditas ni la belleza. Ni siquiera la química, el olor o las feromonas. Lo que determina la atracción sexual es el número de genes compartidos, según revela un nuevo estudio. ¿Pero, en qué consiste exactamente esta impronta genética que nos pone a mil?

 

Llevada a cabo por médicos del Hospital Beilinson de Tel Aviv, la investigación aprovechó los datos recabados en test de paternidad para elaborar esta nueva teoría que encuentra en los genes el origen de la atracción humana. Su aparición podría ayudarnos a entender mejor aspectos generales de la reproducción de la especie humana o, por ejemplo, los famosos complejos de Edipo y Electra.

 

Compartir genes, la clave

 

Se trata de una teoría pionera que aspira a ser revolucionaria. Sólo el tiempo dirá si su importancia es tal, si bien no hay duda de que es la primera vez que se prueba la existencia de una correlación genética entre parejas para explicar la atracción sexual.

 

La atracción sexual, una cuestión de genes

 

La atracción sexual, una cuestión de genes

 

Así, partiendo de la premisa de que hubo atracción entre personas que comparten hijos, al menos de forma mayoritaria, se concluyó que las parejas que en algún momento sintieron esa atracción física compartían genes. En concreto, ambos miembros de la pareja tenían en común marcadores genéticos. Sin embargo, en los otros dos grupos las coincidencias eran bastante menores o no existían.

 

La base de datos utilizada se componía de 1.310 parejas de hombres y mujeres, de los que 1.002 se analizaron por orden judicial para determinar la paternidad de un progenitor. Un segundo grupo estaba formado por 308 parejas casadas con problemas de infertilidad, y un tercero de control para evitar conclusiones erróneas. En concreto, se analizó la presencia de un antígeno HLA, marcadores relacionados con el sistema inmunológico conocidos por ofrecer una importante información genética, pues muchos de sus componentes se heredan.

 

Una única objeción: para contrastar los resultados los científicos consideran que se debería repetir la investigación con personas de otras nacionalidades, pues éstos podrían estar influidos por las características únicas de la población israelí.

 

 

 

Fuente: Sexólogos.net

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