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Jorge Botti: «La economía venezolana está en un punto de quiebre»

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Jorge Botti: «La economía venezolana está en un punto de quiebre»

El lado débil, el verdadero talón de Aquiles del experimento que hemos vivido los venezolanos, en los últimos 14 años, ha sido el sector productivo, estando la economía venezolana en estos momentos en un “punto de quiebre”, asegura el presidente de Fedecámaras, Jorge Botti, quien conversó con EL IMPULSO en torno a los últimos acontecimientos y a las perspectivas para lo que resta de este año.

 

Recordó que el organismo empresarial fue severamente criticado por el oficialismo, cuando advirtió que el modelo económico Socialismo del Siglo XXI, era un completo fracaso y que, a pesar de los elevados precios del petróleo, “la fiesta se iba a acabar”, que es lo que estamos viviendo en estos momentos.

 

Dijo que durante la “Era Chávez”, que afortunadamente ya terminó, se desaparecieron más de 200 mil empresas en 10 años, como consecuencia de las erradas políticas económicas que se han venido aplicando.

 

La realidad del momento

 

“Lo primero que tenemos que entender es que hemos llegado a un ‘punto de quiebre’. Quienes tenemos años diciendo que el modelo económico que escogió el Socialismo del Siglo XXI iba a fracasar, no es que estábamos apostando al fracaso, sino que sabíamos que aún, con precios petroleros holgadamente altos, lamentablemente la “fiesta se iba a acabar”. Creo que ese es el momento histórico, que en lo económico estamos viviendo ahora, pero que además está coincidiendo con un momento también inédito e histórico en lo político. Es evidente que el modelo económico que ha escogido Venezuela ‘es un fracaso’”.

 

Asegura el líder empresarial que el lado flaco, el verdadero talón de Aquiles del experimento que hemos vivido los venezolanos, en los últimos 14 años, ha sido el sector productivo.

 

“En efecto, hemos vivido de nuevo, en su máxima expresión, una ilusión de armonía, empujada por los altos precios petroleros y a diferencia del boom ilusorio y del boom económico de los 70, que fue manejado por el presidente Pérez en su primera opción de gobierno, en esta oportunidad hemos visto la destrucción de una gran cantidad de capacidad productiva.

 

Para un presidente de Fedecámaras, quizás lo más lamentable, al hacer una evaluación de lo que ha sido la “era Chávez”, la cual se terminó, independientemente de quien gobierne en lo sucesivo, es tener que reconocer que han desaparecido, de acuerdo con cifras oficiales, más de 200 mil empresas en diez años, este es un fenómeno realmente devastador.

 

“Lo único que ha crecido es el aparato del Estado, y, sin duda alguna, el modelo de sustitución de los medios de producción en manos privadas, para pasar al sector público, ha tenido relativo éxito frente a los números, pero es su más grande fracaso”, dijo Botti.

 

Admite que no ha habido una inversión social más grande como la acometida en los últimos 14 años, cuando se han destinado a planes sociales, de acuerdo con las cifras del ministro Jorge Giordani, cerca de US$ 500 mil millones.

 

“La pregunta que nos hacemos es que si esto es cierto, y no lo dudamos, ¿cómo es posible que el 83% de la población venezolana siga perteneciendo a los sectores D y E de los segmentos sociales? Hay algo que no cuadra, que no funciona allí y evidentemente hay que el hecho de que alguien tenga un televisor pantalla plana dentro de su habitación, no significa que tiene una mejor calidad de vida. Esto representa para nosotros una verdadera tragedia y creemos que Venezuela está en un momento de quiebre, para entender que el modelo de desarrollo tiene que ser radicalmente distinto”, asegura.

 

Adecuarse a nuevos escenarios

Consultado en torno a lo que se debe hacer, las estrategias a implementar para lograr el rescate del país y el relanzamiento de la economía, advierte que la sociedad venezolana está polarizada, pero no confrontada.

Al calor de los grandes problemas y los conflictos políticos y sociales de los últimos años, creo que se ha formado, ha surgido un nuevo ciudadano: más liberal, más consciente de que sólo a través de su propio esfuerzo es que se sale adelante.

 

“Creo que esto es algo que vale la pena recoger. Si hay algo positivo que ha tenido este período que hemos vivido, tiene que ver con la participación del ciudadano en los asuntos públicos. El presidente Chávez logró inocular en cada uno de los venezolanos, a favor y en contra, el deseo de participar en lo público y, como consecuencia de ello, se ha generado una reivindicación del hecho político. Yo pertenezco a una generación en la que se me dijo que lo último que tenía que hacer en mi vida era la política, que me dedicara a lo mío y punto.

 

Esa generación se acabó, ahorita está reivindicado el hecho político y el gran punto de arranque que me permite ser optimista sobre el futuro de Venezuela, tiene que ver con que el venezolano, de todos los sectores, indistintamente de sus preferencias políticas, se ha convencido que el ejercicio de la política es crucial y que la política es de importancia y nos importa a todos”, apunta el presidente de Fedecámaras.

 

-¿Cómo se explica entonces el rechazo de la mayoría a los partidos políticos?

-Creo que esa es la correa de transmisión que hace falta. Ha nacido la necesidad de participar y no hemos terminado de entender los mecanismos de participación. La correa de transmisión entre la participación ciudadana en los asuntos públicos y el ejercicio del poder es precisamente el partido político. Eso sigue estando en entredicho en Venezuela y creo que las culpas debemos compartirlas. También los partidos debían dar muestras de mayor apertura, hay partidos tradicionales que deberían estar dando muestras de genuina renovación de sus cuadros.

 

Sobre este tema quiere ser muy crítico, no solo al referirse a los partidos políticos, sino también a las instituciones empresariales y organizaciones sindicales.

 

“Creo que las instituciones necesitan dos cosas fundamentales en estos momentos: renovación y planificación estratégica de largo plazo. Cuando hablo de renovación me refiero a cambiar caras, y creo que lo que le ha permitido a Fedecámaras mantener su prevalencia, es cambiar de cara cada dos años. Allí hay un valor importante. Creo que en el sector sindical hay algunas evidencias que nos indican que se están reagrupando.

 

Necesitamos una nueva central sindical que sea autónoma, genuinamente independiente de presiones de partidos políticos o de cualquier poder económico. Eso hay que reestructurarlo y está en marcha. Desde el sector empresarial hemos apoyado mucho esta iniciativa”.

 

A su juicio, lo que se está manejando actualmente es un cuadro, donde los pesimistas podrían ver el vaso medio vacío, pero admite que lo ve medio lleno, considerando que se están reordenando para permitir que la Venezuela de los próximos 25 años conozca lo que significa entrar en la modernidad y ser una sociedad plural, que comprenda cuáles son los espacios de cada quien.

 

La fiesta se acabó

Botti recuerda que siempre se ha señalado que los empresarios son los portadores de las malas noticias, indicando que recientemente el Presidente encargado los llamó “pavosos”.

 

“Si decir la verdad justifica este calificativo, entonces seguiremos cumpliendo con ese deber. Por eso dijimos el año pasado que la fiesta se acababa, que el 2012 era el último año de la bonanza. Hoy lo estamos sintiendo en carne propia. Cuando la política se desentiende de lo económico, al final lo económico se impone y nos hace sufrir mucho más de lo que hubiera podido pasar si las decisiones se toman a tiempo”.

 

Se remitió a algunas evidencias.

“A menos de diez días de esta campaña electoral muy corta, inédita en nuestra historia, el Gobierno se ha visto forzado a devaluar dos veces. Eso significa que la economía es muy terca y se termina imponiendo en los momentos más inconvenientes. El costo político que está pagando el Gobierno por esto es alto. Creo que la población está comenzando a entender, por fin, que la culpa de la inflación la tienen las malas políticas económicas y no los empresarios y que, en estos momentos, ningún empresario por muchos deseos que tenga de suplir el mercado puede hacerlo porque, entre otras cosas, tiene las manos atadas con tanto control”.

 

Pugnas internas afectan decisiones

 

Jorge Botti señala que la decisión oficial de mantener oculta la información sobre los resultados del Sicad y no querer admitir que se trata de una nueva devaluación, se debe, en principio, al desconocimiento del tema.

 

“Tratan de tapar el sol con un dedo y obviar el enorme costo político que este tipo de medidas trae consigo. Por otro lado, hay una pugna interna entre las diferentes visiones. Sabemos que hay una presión muy grande, encontrada, entre la visión que tiene el ministro de Planificación Jorge Giordani sobre una economía que él la ve completamente estatizada, centralmente planificada y llena de controles, y quienes son dentro del Gobierno más aperturistas”.

 

No obstante, cree que el presidente Chávez logró mantener relativamente en balance esa dinámica interna.

 

“Después del 14 de abril vamos a ver definitivamente la opción que se va a escoger”, asegura el líder del empresariado nacional.

 

Un 2013 muy difícil

Sobre la evolución de la economía y las proyecciones para lo que resta del año, asegura que lamentablemente la forma como ha ido avanzado este primer trimestre, no hace sino ratificar la visión que tenía el empresariado a finales del año 2012.

 

-El año 2012 quedará marcado en nuestra historia contemporánea como el último año de la “ilusión de bonanza” y creemos que el 2013 será un año de estanflación, es decir un año de nulo crecimiento o decrecimiento, y estamos pensando que la economía caiga entre -1,5% y -3,0% este año. Todo va a depender del flujo de divisas a partir del segundo trimestre de este año, ya que el primer trimestre está prácticamente perdido, pero eso va a venir acompañado de alta inflación, y este es el peor de los mundos en la economía, ya que las empresas y la población sufrirán más, porque se avizora poco movimiento económico y alta inflación, afirma Botti.

 

Admite el dirigente empresarial que se han venido registrado algunas señales, unas públicas y otras no, en las cuales ha estado involucrada Fedecámaras, señalando que hay presiones internas en las filas del alto gobierno, también de líderes regionales, para señalar que el gran error de las políticas de los últimos años guarda relación con el tema del manejo del sector productivo.

 

-Creo que nuestra apuesta es a eso… a que esas presiones se van a imponer; y, aun dentro de las filas del Gobierno, deberán entender que debe haber apertura hacia el sector productivo en Venezuela. La política sigue su curso, los diálogos políticos son deseables. Del escenario del 14 de abril vamos a ver cómo queda el definido el mapa del país, pero definitivamente creo las presiones, dentro del propio Gobierno, para entender que el sector productivo necesita sus espacios, se van a terminar imponiendo. Vamos a tener un año 2013 muy difícil, pero probablemente sea el punto de partida de un nuevo acuerdo.

 

Ley del Trabajo inefectiva

Considera el presidente de Fedecámaras que, ante la próxima entrada en vigencia de la Ley del Trabajo, el 7 de mayo, buena parte de las empresas formales del país se han venido preparando, han hecho las adaptaciones para cumplir con sus artículos.

 

-Lo lamentable es que cada día tengamos menos empresas. No podemos perder de vista el bosque y concentrarnos en el árbol. La evaluación que estamos haciendo sobre esto comienza a coincidir con los sectores laborales. A un año de puesta en práctica de la Ley, y a escasas semanas de su vigencia plena, podemos decir con toda seguridad que este instrumento no le ha servido ni a los empleadores ni a los empleados, por dos razones fundamentales: no ha producido más empleos en el sector formal y tampoco le ha dado a la economía mayor productividad.

 

La pregunta que nos hacemos es: ¿para qué sirve una Ley del Trabajo?

Asegura que ninguna empresa, por efecto de la Ley, ha decidido contratar más personal. Todas las decisiones han sido para adaptar las empresas a la Ley, pero ninguna pasa por haber contratado más gente. Las consecuencias las vamos a ver con pequeñas empresas que ya no abren los sábados, lo cual redunda en mal servicio a los consumidores, con empresas que han decidido continuar trabajando los sábados, pero sin contratar nuevo personal, lo que indica que tendremos menos trabajadores en los sitios que estén abiertos; por el contrario, las empresas lo que hacen cuando alguien se retira, es dejar el cargo vacante.

 

Defiende la tesis según la cual para proteger a los empleados, creo que hace falta una evaluación muy profunda, más allá de los tecnicismos y entender que necesitamos una legislación laboral que produzca las dos cosas: productividad y empleo formal.

 

Admite, en base a información privilegiada, que no está planteada una modificación profunda de la Ley, pero que hay algunas decisiones que se están tomando para permitir que ciertos sectores como el agro, empresas de procesos continuos, comercios, tengan la posibilidad de adaptarse.

 

-Cuando tengamos un movimiento sindical más fuerte, coherente y unido, y un Gobierno que entienda la importancia de abrir un diálogo social, probablemente con la ayuda y el apoyo de organizaciones internacionales de empleadores, podremos discutir un instrumento tan importante como este, precisó Botti.

 

Fuente: El Impulso

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