«Respétenos y si nos quiere invitar a una mesa de seguridad hágalo por las vías que son y no, como usted mismo dice, por el tuiter… si es que lo hizo. Hagan su trabajo y no busquen ahora la solución a nuestra violencia suspendiendo las telenovelas», fue una de las ideas que planteó el actor Javier Vidal a los cuestionamientos hechos por el diputado oficialista Elvis Amoroso a los artistas de tendencia opositora que este 8 de enero entregaron un comunicado en la Asamblea Nacional y no acudieron al llamado de una mesa de seguridad realizada ayer en el Hemiciclo.
La respuesta de Javier Vidal no se hizo esperar y en su perfil de Facebook colocó: «Pienso que no me puedo quedar callado después de las declaraciones del diputado oficialista, presidente de la mesa de seguridad, Elvis Amroso, al descalificar a los artistas por la ausencia de su extraordinaria reunión de tal en la AN.
En primer lugar, y particularmente, no fui invitado por usted ni por su secretaria ni nadie cercano a la AN a dicha reunión extraordinaria u ordinaria.
Segundo, no fuimos a montar una ‘comiquita’ o un ‘show’ a las puertas de la AN el pasado 8 de enero. Fuimos a llevar un manifiesto refrendado por un grupo de artistas sensibilizados por la muerte de Mónica Spear en la larga suma de muertos por violencia de nuestro país que el año pasado tuvo la infeliz cifra de 24 mil muertos por violencia (asesinados).
Tercero, nosotros los artistas, lo reitero en la carta manifiesta redactada, somos ciudadanos de a pie, artistas, no somos policías ni criminólogos ni soldados ni mercenarios con fusiles… somos, reitero, artistas, gente de paz que nos ocupamos de los espacios y tiempos de ocio del ciudadano de a pie: de los que suben cerro, de los que suben lomas, de los que toman metro, de los buhoneros, de los motorizados, de las domésticas… y creo que ya de último, diputado Amoroso, que sé que algo de sensibilidad debe tener porque parece que es músico y locutor, ustedes llevan 15 años mandando, 15 en el poder, 15 años con el poder de hacer lo que tienen que hacer… no son nuevos en esto… No empezaron ayer por la tarde. No la tomen ahora con nosotros, los artistas, que nada sabemos de estos menesteres.
Usted es el presidente de una mesa que lleva 15 años presidiéndola en la AN. Si quieren sigan echándole la paja a la mal llamada Cuarta República, pero los índices de criminalidad son los más altos del mundo, después de Honduras. Vaya honor, diputado Amoroso. Hagan su trabajo, que nosotros hacemos el nuestro dentro de los campos de la paz. Respétenos y si nos quiere invitar a una mesa de seguridad hágalo por las vías que son y no, como Ud. mismo dice, por el tuiter… si es que lo hizo.
Hagan su trabajo y no busquen ahora la solución a nuestra violencia suspendiendo las telenovelas. No sean ridículos. Asuman posiciones políticas no monten más mojigangas baratas. No sean payasos. Ustedes sí que son una comiquita, ustedes sí que saben de shows, mucho más que nosotros. Si quiere algo con nosotros en serio, sea serio a la hora de querer algo de nosotros, los artistas. Estamos dispuestos a fomentar la paz, como siempre lo hemos hecho en el arte del entretenimiento y la reflexión. Pero no nos exponga como mascarón de Proa de un problema donde han sido incapaces de solucionar en 15 años de Gobierno».
Sobre las telenovelas
Vidal escribió más temprano sus reflexiones con respecto a las telenovelas y su incidencia en los índices de violencia de una sociedad. «Cuando Caín mató a su hermano Abel, no había series de TV. La violencia reside en la Naturaleza con sus tres reinos y en el hombre como parte de ella. La telenovela, en particular, es un género. Es un melodrama nacido en el frontispicio del siglo XVI con las hermosas notas de Vocencio Galilei y Don Claudio Monteverdi.
Fue evolucionando a través de los meandros de los diferentes medios como el teatro, la prensa escrita, los libros, el cine, la radio y la TV. No puede haber telenovela (melodrama) si no hay una resolución moral (posiblemente no una moral marxista), pero cuando hablamos de moral debemos saber distinguir el Bien del Mal. Para el crimen hay castigo y frente al pecado redención: eso es una telenovela.
Hay que ser muy bruto, muy imbécil o muy ignorante, para pensar que la violencia y la delincuencia desatada en Venezuela desde nuestros tiempos fundacionales y que hoy por hoy se corona como el primer país del mundo, después de Honduras, con más muertes por violencia per cápita, sea culpa de las telenovelas que producimos (por cierto hoy por hoy diezmadas).
Ojalá los delincuentes que asesinaron a Mónica (Spear) y a su esposo, y que siguen y seguirán matando venezolanos indiscriminadamente, vieran un poco de telenovelas venezolanas. Podrían quizá distinguir a partir de la ficcionalidad del melodrama quienes son los prototipos de buenos y malvados».
El Universal