Desde Tokio aseguraron que la liberación del agua radioactiva se realiza «de acuerdo con las normas y prácticas internacionales, y con todas las precauciones de seguridad posibles»
El viceministro de Asuntos Exteriores de Japón, Masataka Okano, ha convocado este lunes al embajador de China en Tokio, Wu Jianghao, por la reacción de Pekín a la decisión japonesa de verter al océano agua radiactiva tratada de la planta nuclear de Fukushima.
En un comunicado de la Cancillería japonesa, Okano calificó de «alarmante y lamentable» la avalancha de llamadas telefónicas que empezaron a recibir diversas entidades gubernamentales del país y que, supuestamente, fueron hechas desde China. Además, exigió que se garantice la seguridad de los ciudadanos japoneses que residen en territorio chino.
Asimismo, duda que «la reciente ampliación y refuerzo de las restricciones a la importación de productos marinos japoneses por parte del Gobierno chino sea una respuesta basada en pruebas científicas», por lo que calificó la decisión de «extremadamente lamentable» e instó a «la eliminación inmediata de las restricciones».
Llamadas desde China
Según la fuente, ese mismo día, las escuelas primarias y secundarias de la ciudad recibieron 65 llamadas similares. Las personas que realizaron las llamadas hicieron comentarios como: «¿Por qué vierten agua contaminada en el océano Pacífico, que es un mar para todos?», agregó.
El pasado jueves, las autoridades japonesas comenzaron a verter al océano Pacífico alrededor de un millón de toneladas de aguas residuales contaminadas, que fueron almacenadas en 1.000 tanques de acero en las instalaciones de la central nuclear de Fukushima.