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J.J. Rendón: En Honduras se venció al chavismo

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J.J. Rendón: En Honduras se venció al chavismo

El estratega político venezolano más exitoso y controversial de América Latina, Juan José Rendón, más conocido como JJ Rendón, brindó una entrevista exclusiva a LA PRENSA y explicó las claves del éxito de la campaña en la que asegura que en Honduras se rompió el bipartidismo y que no se quiere un cambio de modelo político al no votar por quienes ofrecían el socialismo del siglo XXI.

 

Rendón ha dirigido cuatro campañas en Honduras, la primaria y la carrera presidencial de Porfirio Lobo Sosa, la primaria de Juan Orlando y la presidencial.

 

Preguntado sobre si la elección de Juan Orlando es la idónea para Honduras, comentó “Sí, creo que el presidente Lobo dejó sembrado el camino para que muchas cosas que se plantearon y no se pudieron hacer, más muchos planteamientos que tiene Juan Orlando en su plataforma, se puedan hacer de manera mucho más eficiente”.

 

“El presidente Lobo se vio obligado a hacer concesiones, a meter gente en su gobierno por acuerdo para darle estabilidad al país, a sacrificar proyectos y a reinstalar a Honduras con la comunidad internacional, cosa que le tomó más de año y medio; es casi la mitad del período perdido por consecuencia de 2009. Creo que ahora no es que Honduras tiene la bonanza económica donde Juan Orlando lo tendrá todo a su favor, pero sí creo que tiene mucha capacidad y es el hombre para este momento. Además tiene un gran equipo”, apuntó.

 

Preguntado sobre si cree que la situación en Venezuela con los saqueos a las tiendas de electrodomésticos pudo haber influido en el elector hondureño, Rendón respondió “Es posible. Creo en realidad que la gente de Honduras se ha mantenido desde 2009 bien informada. Cuando uno dice en su discurso, como dijo Xiomara Castro de Zelaya, que el socialismo del siglo XXI no es malo, la gente ve eso y dice ‘yo no quiero estar así’”.

 

Asimismo aseguró que en Honduras se venció al chavismo. “Totalmente, no tengo ninguna duda. Los hondureños no tendrán petróleo, pero huevos sí tienen”.

 

-¿Cuántas campañas ha asesorado en Honduras?

 

Cuatro campañas, la primaria y la carrera presidencial de Porfirio Lobo Sosa, la primaria de Juan Orlando y la presidencial, que en Honduras es bien particular porque las primarias son elecciones abiertas que se constituyen como una segunda vuelta, con mucha antelación.

 

-¿Cuál fue la diferencia de esta campaña electoral comparada con las otras aquí en Honduras?

 

Hay cuatro cosas que yo diría que se rompieron durante esta elección. La primera era que había un mito en Honduras de que eran dos elecciones que ganaban los liberales y una el nacionalismo.

 

Ese mito se rompió con la elección de Porfirio Lobo la vez pasada. El segundo mito era que nunca se reelegían los gobiernos, o lograban colocar un Presidente nacionalista después de otro Presidente nacionalista. Ese paradigma se rompió. Otro mito que se rompió es que la gente vota basada en el gobierno en curso. Si una persona está corriendo una plataforma del partido que está en gobierno y ese gobierno tiene mala imagen y mensaje, se supone que ese partido tiene muchas posibilidades de ganar.

 

En este caso, la humildad del presidente Lobo de reconocer que no logró todos sus objetivos y explicarle a la nación por qué no lo logró, esa conciencia logró que la gente no asociara la apreciación negativa del Gobierno y se trasladara a la campaña. Otra es la comprobación de que el Partido Nacional cuando gana, gana unido y cuando pierde, pierde por desunido.

 

Juan Orlando Hernández fue el candidato más votado de lejos en la primaria del Partido Nacional. Los descontentos y reclamos que ocurrieron después en noviembre del año pasado llevaron a que el Partido Nacional cayera, problemas que después de la incorporación de Ricardo Álvarez a la campaña se fueron resolviendo, pero no terminaron totalmente de resolverse.

 

Creo que una parte del nacionalismo votó por Nasralla o Villeda como un acto de protesta que les dejó el sinsabor que los líderes del nacionalismo no supieron manejar la posprimaria.

 

Es indiscutible que Libre y el señor Nasralla van a tener mucho espacio por hoy y el futuro y esa es la convivencia democrática, reconocer la fuerza del otro, no es que desapareces, oprimes o anulas a otros. Se rompió el bipartidismo y se demuestra que electoralmente el pueblo de Honduras no está interesado en modificar su modelo político al socialismo del siglo XXI y la Constituyente.

 

-¿Por qué gana Juan O. Hernández?

 

Creo que Juan Orlando gana por tres cosas. Primero por la previa que había tenido desde 2006 con el programa Vida Mejor, que lo fue sembrando poco a poco en diferentes provincias o regiones pobres de Honduras y que la gente recuerda eso; segundo por la forma en que manejó todos los temas en el Congreso, una persona conciliadora, de consenso. Sacó de un Congreso dividido y un país con conflicto la mayoría de las leyes por unanimidad y generó confianza y estabilidad en el país.

 

Ante la incertidumbre, la confianza; ante la influencia de unos paradigmas extranjeros, me refiero al socialismo del siglo XXI, la solución local. Ante el conflicto eventual y la sensación de desasosiego que genera una eventual Constituyente, la propuesta de mejoras y reformas constitucionales, participación ciudadana y referéndum y consultas populares.

 

Ante el tema del cierre a uno de los socios más importantes de Honduras, la posición de Juan Orlando ha sido abrir los mercados y la inversión extranjera con las zonas especiales de desarrollo y el Bono 10 Mil y sobre todo enfrentarse a la inseguridad frontalmente y decir ‘voy a hacer lo que tenga que hacer’.

 

Las pruebas de confianza en todos los órdenes de seguridad y judicial, que fueron muy criticadas, la población al final las atendió y por eso votó por Juan O. Hernández.

 

-¿En qué contexto se da la frase de la campaña de Juan O. Hernández ‘voy a hacer lo que tenga que hacer’?

 

En el contexto de las amenazas, y en el contexto de la caída del helicóptero. Nos queda claro que ese helicóptero fue saboteado. Lo que pasa es que en la campaña salías a decirlo parece que uno se lo autosabotearon y la campaña decide no darle tanto juego a ese incidente y no darles tanta importancia a las amenazas, pero durante la campaña Juan Orlando recibió múltiples amenazas de sectores importantes, actores fuera de la ley que lo iban a matar incluso porque reforzó el tema de la extradición, por las pruebas de confianza y puso los militares en las calles y que lo iba a mantener. A los delincuentes eso no les gusta.

 

-¿Esas amenazas no se dieron a conocer por estrategia de la campaña?

 

Se dieron a conocer algunas, pero hubo muchas más y fueron importantes. Es una cosa que tendrá que tomar en cuenta el Presidente. Ese acto de valentía frente a un país que está premiado por el narcotráfico, las maras y los grupos organizados por la delincuencia de decirles ‘voy a enfrentarme con todo’ el pueblo lo reconoce.

 

-¿Fue estrategia ubicar a Libre como el máximo rival a vencer del Partido Nacional y evitar que el Partido Liberal se recuperara?

 

No, la estrategia era tratar de que el Partido Liberal no se desplomara. En ningún momento, si revisan la campaña, discutimos ni enfrentamos o polarizamos con el Partido Liberal ni con Villeda. Yo particularmente y Juan Orlando tenemos un alto respeto por Mauricio Villeda. Hicimos una campaña de respeto, no esperando la reciprocidad. A ningún país le conviene que los grandes partidos vengan a menos porque la democracia está sólida en la medida en que hay partidos sólidos. Cuando en la democracia los partidos se diluyen y se vuelven puras candidaturas pasa lo que pasó en Venezuela o en otros países, que aparece un actor de la nada que no entiende ni aprecia las instituciones y llega a acabar con todo lo que tenemos, que con tanta dificultad hemos construido. Incluso la propuesta de Nasralla fue muy válida y, gracias a Dios, Honduras no cayó en ese juego de votar por rabia, por descontento o por cualquiera. Si bien el segundo más votado en las primarias fue Libre, se perfilaba que la contienda iba a ser una versión electoral del conflicto de 2009.

 

-Un sector de la población de Honduras ve a Juan O. Hernández como el perfil de un dictador. ¿Usted cómo lo define?

 

Es un tipo serio. Juan Orlando estudió la secundaria en una escuela militar y viene de un municipio donde, si bien la gente es campechana, sincera y tranquila, es seria y trabajadora y de carácter fuerte. Es una persona muy humana, sencilla, muy amable; pero también es muy serio y pragmático a la hora de tomar decisiones y resolver problemas. Esa dualidad hace que se vea un poquito duro.

 

-Por la situación de Honduras considera que él es la persona ideal…

 

Sí, creo que el presidente Lobo dejó sembrado el camino para que muchas cosas que se plantearon y no se pudieron hacer, más muchos planteamientos que tiene Juan Orlando en su plataforma, se puedan hacer de manera mucho más eficiente.

 

El presidente Lobo se vio obligado a hacer concesiones, a meter gente en su gobierno por acuerdo para darle estabilidad al país, a sacrificar proyectos y a reinstalar a Honduras con la comunidad internacional, cosa que le tomó más de año y medio; es casi la mitad del período perdido por consecuencia de 2009. Creo que ahora no es que Honduras tiene la bonanza económica donde Juan Orlando lo tendrá todo a su favor, pero sí creo que tiene mucha capacidad y es el hombre para este momento. Además tiene un gran equipo.

 

-Por lo sucedido en Venezuela con Henrique Capriles y Nicolás Maduro ¿cómo vio esta campaña? ¿Se sintió identificado personalmente?

 

Claro, totalmente. Emprendí una cruzada latinoamericana de tratar de atender clientes que estén fuera de la alineación del socialismo del siglo XXI, del que estoy en contra, y esa es la revolución que hay en mi país. Visto de negro por luto por mi patria y no es que cuando voy a Honduras me visto de otro color. Camino con mi honor y mi dolor en rebeldía por mi país y donde aparezco me persiguen. Creo que una de las razones por las cuales me llaman a trabajar con Juan Orlando fue que se repetía el conflicto de 2009 y se iba a definir el camino de la gente al futuro, si se iban a ir a la revolución, que para mí ha sido un fracaso total, que ha traído hambre, desnutrición, impunidad, narcotráfico, miseria, más conflicto, polarización, discriminación, fuga de capitales, venezolanos emigrando por todo el mundo, el desperdicio más grande de la riqueza petrolera de la historia o un camino que no va a ser perfecto porque ningún político es perfecto, pero el pueblo hondureño escogió el mejor camino.

 

Los últimos hechos en Venezuela, como el saqueo de tiendas de electrodomésticos, ¿cree que incidieron en el elector hondureño?

 

Es posible. Creo en realidad que la gente de Honduras se ha mantenido desde 2009 bien informada. Cuando uno dice en su discurso, como dijo Xiomara Castro de Zelaya, que el socialismo del siglo XXI no es malo, la gente ve eso y dice ‘yo no quiero estar así’.

 

-¿Venció Honduras al chavismo investido en Libre?

 

Totalmente, no tengo ninguna duda. Los hondureños no tendrán petróleo, pero huevos sí tienen.

 

-¿Sigue estando en riesgo la democracia en Honduras, según usted?

 

La democracia está en riesgo en el mundo, no solo en Honduras. Hay un modelo nuevo que se llama neototalitarismo y es una forma de lucha como la hubo armada primero en los 70 en Centroamérica y es una búsqueda de tomar el poder para destruir y controlarlo de una manera como si fuera una dictadura, pero apretando la democracia. Mantiene las instituciones, pero en Venezuela no tenemos separación de poderes de ningún tipo. La Corte Suprema, la Procuraduría, todos los ministerios, instituciones y empresas controladas por una sola persona, un grupo.

 

-¿Es cierto que hay una orden de captura contra usted, como dijo el presidente Maduro?

 

Lo que hay es un abuso del poder. El supuesto hecho que se me atribuye, y digo supuesto porque no ocurrió, ocurrió en Panamá. Ellos toman una denuncia de un hecho que no ocurrió en Venezuela, lo cual es ilegal, cuando tenemos un pasivo judicial de dos años, o sea que si usted mete una denuncia hoy, la procesan dos años.

 

Esa denuncia la meten después de que Panamá la había rechazado a las 8:00 am. Eso pasó supuestamente en mayo y la meten en agosto. No la acepta el fiscal, lo destituyen y nombran a otro fiscal en noviembre y el mismo día mágicamente, como se supone que no estoy en Venezuela desde 2006, lo cual es otra razón para no aceptar una denuncia porque no pueden juzgar a una persona que no vive allí, como no me pueden notificar ellos, deciden que van a combinar a la Interpol para que me capture, para que me notifique del juicio.

 

No hay ninguna orden de captura, por sentencia, juicio o alta peligrosidad. Aquí lo que hay es una orden de captura para presentación y la Interpol no es un mensajero ni mandadero de la justicia venezolana.

 

-Juan Orlando Hernández lamentó que no estuviera presente el día de las elecciones y lo invitó a venir a la toma de posesión. ¿Va a poder estar aquí en Honduras?

 

Creo que sí. El régimen venezolano suspendió mi pasaporte. Ellos lo hicieron todo para que yo no estuviera el último mes, pero la estrategia de la campaña estaba preparada con bastante antelación y tan estructurada con un equipo fabuloso que dirigió Jorge Ramón -Hernández Alcerro- y en general todo el equipo de Juan Orlando. Esa es otra cosa que se demostró. Que si tratas de boicotear el proceso gerencial estratégico de una campaña quitándole el pasaporte al consultor e inventándolo órdenes de captura, al final lo que haces es que se busquen mecanismos alternativos que permitan la comunicación en tiempo real.

 

-¿Trataron de boicotear la campaña que usted esta desarrollando con Juan Orlando?

 

Totalmente. Cuando ves que estás arriba y una campaña viene creciendo y creciendo y como dice el dicho ‘caballo que alcanza gana’ y hace mes dos meses que estábamos arriba de las encuestas otra vez, pensaron sabotear generándole problemas al estratega.

 

-Cómo ve el fenómeno político del Partido Anticorrupción y cómo ve el futuro del Partido Liberal?

 

El Partido Liberal creo que por fin debe tomar conciencia de que las cosas no están bien. Parte de la solución del problema es asumir cómo está. No le fue mal, pero no le fue como le debió haber ido.

 

El fenómeno de Nasralla, si él sabe entender el mensaje, es de nos gusta, buena propuesta, prueba de durar en la vida política y que no es una acción oportunista. Lo que haga Nasralla de aquí adelante como demócrata, porque no es solamente hacer las cosas o proponerlas de una manera radical porque la democracia no es perfecta, pero es el mejor sistema y con su gente en el Congreso y él como presidente del partido, si hace postura constructiva, tiene mucho futuro.

 

En el caso de Libre, la tiene más complicada después del conflicto de 2009 y ahora con la derrota de la esposa de Zelaya, ese liderazgo no creo que sea tan fácil de sostener. Creo que cruzaron el río y quemaron los barcos y metieron a mucha gente del liberalismo que ahora está pensando en regresar al liberalismo o sumarse a otra fuerza política.

 

Fuente: La Prensa

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