EFE

Según la Policía israelí, un grupo de alborotadores palestinos lanzaron piedras y fuegos de artificio contra las fuerzas de seguridad, antes de amotinarse en la Mezquita de Al Aqsa, sitio al que los policías hoy no ingresaron.

El ministro de Defensa de Israel, Beny Gantz, y el jefe político del grupo islamista Hamás, Ismail Haniye, cruzaron hoy amenazas tras el intercambio de fuego de esta madrugada, el segundo en tres días tras siete meses de relativa calma en la frontera con la Franja de Gaza.

“Israel está preparado para tomar cualquier medida necesaria para mantener la seguridad de sus ciudadanos”, señaló Gantz durante una reunión con líderes de las comunidades israelíes cercanas a Gaza.

Según un comunicado de su oficina, el ministro aseguró que el Ejército aumentó el despliegue de tropas y su preparación de cara a posibles incidentes en la zona.

Lo anterior, durante el último día de la Pascua judía este viernes y enfatizó que se mantiene “la política de responder con fuerza a cualquier actividad terrorista”.

Haniye, por su parte, señaló que los episodios de esta madrugada son “solo el comienzo de la batalla”.

Además, se refirió a los enfrentamientos de esta mañana entre las fuerzas de seguridad israelíes y fieles palestinos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, que describió como “un asalto” israelí a la Mezquita de Al Aqsa, tercer sitio más sagrado del islam.

Intercambios de fuego entre Israel y Hamás

Los enfrentamientos de hoy en la Explanada, sitio sagrado también para los judíos, dejaron un saldo de al menos 20 palestinos heridos.

Los hechos se produjeron poco antes de una visita de judíos religiosos, considerada como una provocación por parte de los fieles musulmanes.

“Como derrotamos a la Marcha de las Banderas, venceremos a esta intrusión”, agregó Haniye.

Lo anterior, en alusión a una provocadora marcha ayer de judíos ultraderechistas hacia el barrio musulmán de la Ciudad Vieja, en el Este ocupado de Jerusalén, que fue interrumpida por la Policía israelí para evitar incidentes.

Estas declaraciones llegan en un contexto de creciente tensión en la zona, donde el lanzamiento de un cohete anoche desde Gaza y el posterior bombardeo de represalia israelí solo representan el último capítulo de una serie de incidentes violentos que comenzaron hace un mes y que ya han dejado un saldo de 40 muertos.