Las comunidades indígenas Pume y Jiwi empezaron a buscar refugio en la capital del estado Apure tras la difícil situación que tienen en sus regiones originarias para poder tener una buena calidad de vida.
“Soy una persona que busca un ambiente donde nosotros, o por lo menos yo con el tiempo, tengamos un buen terreno. Busco un buen terreno, no puedo habitar así como estoy aquí, porque esto no es un lote para llegar y construir un ranchito como debe ser”, expresó el indígena Antonio Paz a Radio Fe y Alegría Noticias.
En ese sentido, exhorta a las autoridades gubernamentales que los ayuden, que les consiga un terreno donde ellos puedan vivir con tranquilidad porque hay algunos indígenas que abandonaron sus comunidades en búsqueda de un mejor futuro y esos terrenos los invadieron otras personas, a quienes denominan “los criollos”.
En ese sentido, necesitan ayuda para mejorar su calidad de vida, pero ante todo el respeto al reconocimiento de sus derechos, el respeto a la tenencia de tierras y también que se les garantice el acceso a los alimentos, elementos que se les hace difícil en sus tierras de origen y por eso se van a la capital de Apure para buscar una mejor opción.
Violación de derechos a los pueblos indígenas
En enero de este año, la ONG Una Ventana a la Libertad, denunció que a 31 personas indígenas en Apure las detuvieron en varias sedes de los cuerpos de seguridad del Estado: GNB, PNB, Cicpc. Mientras que otro grupo cumple condena en los centros de reclusión en los estados Guárico y Barinas.
UVL indicó en ese entonces que, según fuentes judiciales, solo en Apure los privados de libertad son de las etnias Jiwi, Pumé y Cuiva y que permanecen bajo arresto por “la comisión de distintos delitos tipificados en el Código Penal Venezolano”.
“El rango de edad de los indígenas con esta condición de reclusión, se sitúa entre 17 y 73 años, casi el 100 % son analfabetas, solo uno es profesional universitario, es bioanalista de profesión y está detenido en el Comando de la GNB en Mantecal”, apuntó la organización.
