Un grupo de docentes venezolanos reclamaron esta martes, a las puertas de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), que sea incluido en el Presupuesto Nacional 2024 el aumento salarial que les corresponde, según su contrato colectivo, que ha vencido sin que el Gobierno cumpliera con sus obligaciones adquiridas en el año 2022.
La dirigente sindical Gricelda Sánchez denunció, a través de la red social X (antes Twitter), que un millón de trabajadores del sector y docentes ya jubilados están afectados por el incumplimiento, por lo cual -aseguró- «está en riesgo la calidad de vida de muchísimos maestros» y que algunos «han muerto por no tener salario», así como obreros y administrativos del sector que «no tienen siquiera como alimentarse».
Sánchez, también presidenta de la ONG Formación de Dirigentes Sindicales (Fordisi), subrayó que los docentes ya no se creen «el cuento de que en Venezuela no hay recursos», teniendo en cuenta el «gran derroche propagandístico» que «se vio en el referéndum del 3 diciembre», por lo que, consideró, «no hay voluntad política para resolver el conflicto del sector educativo».
«Mientras eso ocurre, las escuelas en Venezuela están cerradas, no tienen luz, no tienen agua y los servicios básicos son prácticamente inexistentes (…) rechazamos esta política que se da en el país, y (el presiente) Nicolás Maduro tiene que darle respuesta a este sector», destacó la sindicalista.
Recordó que el mandatario anunció, en el año 2022, la firma del contrato colectivo con beneficios para los educadores, una propuesta que, aseguró, no se ha cumplido, por lo que los docentes de escuelas públicas siguen cobrando menos de 20 dólares al mes.
La activista advirtió de que «existe una deserción importante de educadores en el país debido a los sueldos bajos y la falta de condiciones laborales» y que hay docentes «con problemas serios psicológicos y depresiones increíbles» que llaman a la organización para decir «que se quieren quitar la vida, que no le ven salida a la situación».
Además, denunció que «existe mucho acoso laboral en las escuelas» que «incide en situaciones de depresión de un grupo de docentes activos y jubilados que son vulnerables», aunque no dio detalles al respecto.
Ante esta situación, exigió que el salario del sector, que se paga en bolívares, una de las monedas más devaluadas del mundo, sea indexado al dólar, con el objetivo de no perder poder adquisitivo.
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