La Policía Metropolitana de Londres identificó un cadáver hallado el pasado lunes en el río Támesis como Abdul Ezedi, el hombre que atacó con ácido a una mujer y sus hijas en el sur de la capital británica el pasado 31 de enero.
La policía explicó en un comunicado que se le realizó la autopsia el pasado miércoles, la cual confirmó que la causa de la muerte fue el ahogamiento, y que el cuerpo fue identificado formalmente el jueves como el de Ezedi, cuya familia ya ha sido informada.
“Hemos trabajado para identificar a Ezedi lo más rápido posible. Como esperan los ciudadanos, nuestras investigaciones prosiguen sobre este ataque atroz», señaló el comandante de la Met Jon Savell.
El responsable policial agregó que la mujer de 31 años más afectada por la agresión continúa ingresada en el hospital, aunque se encuentra estable y sin sedación.
«No hemos podido todavía hablar con ella, pero esperamos hacerlo en cuanto se encuentre suficientemente bien», agregó.
La policía informó el martes de su sospecha de que el cuerpo que una embarcación localizó el lunes en las aguas del río en el este de la ciudad correspondía al de Abdul Ezedi.
Sobre las 16.00 GMT del lunes la tripulación de un barco vio el cadáver a la altura del embarcadero junto a la Torre de Londres, en el este de la ciudad, tras lo cual la unidad marina de la policía recuperó el cuerpo para analizarlo.
En el ataque que Ezedi perpetró el pasado 31 de enero en Clapham (sur de Londres) un total de doce personas resultaron heridas de diferente consideración, entre ellas dos hijas menores, de ocho y tres años, de la víctima que continúa ingresada.
Asilo político
El pasado 9 de febrero, la policía ya informó de que el autor del crimen se lanzó al Támesis desde el puente de Chelsea (oeste).
Ezedi, de 35 años, llegó al Reino Unido en 2016 desde Afganistán y fue condenado en 2018 por un delito sexual, recibiendo una pena que incluía trabajo voluntario.
Después de cumplir su condena en 2020, solicitó asilo político, argumentando su conversión al cristianismo y el riesgo que supondría su deportación a su país de origen.
EFE
