Países como Cuba, Nicaragua, Honduras y Venezuela fueron identificados por Freedom House entre los países de la región donde se dificulta más el trabajo de la prensa libre.
Freedom House presentó el miércoles su más reciente informe titulado “La libertad y los medios de comunicación 2019”, en el que analiza como tanto en democracias como en estados autoritarios, quienes intentan consolidar su poder, consiguen nuevas formas para reprimir a la prensa independiente.
América Latina está en la mitad del balance, pues no llega a los niveles de Medio Oriente. Sin embargo, Sarah Repucci, directora de investigación y análisis de Freedom House, indicó a la Voz de América que «en general, América Latina es una de las regiones más peligrosas para los periodistas, especialmente entre los países que no están en una situación de guerra, allí es realmente extremo».
Esta situación se ve reflejada en países como Cuba, Nicaragua, Honduras y Venezuela. En el caso específico de Cuba, quien logró subir a 1 en 2015 y se ha mantenido así los últimos cuatro años de una categoría del 0 – 4, siendo 0 no libre y 4 libre.
En Venezuela
Específicamente sobre Venezuela, el reporte señala que a pesar de los esfuerzos de algunos medios independientes que hacen uso de las redes sociales y socios internacionales para informar «el acceso a noticias confiables y objetivas en Venezuela sigue siendo un desafío abrumador».
El informe de Freedom House revela que la represión a los medios de comunicación aumentó desde que la Asamblea Nacional controlada por la oposición designó a Juan Guaidó como presidente encargado el pasado mes de enero. Esto sumado a los apagones, la presión del régimen de Nicolás Maduro ha obstaculizado gravemente los esfuerzos de los medios de comunicación en el país para informar al público sobre los acontecimientos políticos y la actual crisis humanitaria.
En este caso, la capacidad de los periodistas para documentar las actividades de oposición, así como la brutalidad de la respuesta del régimen ha ayudado a impulsar el apoyo internacional al movimiento por la democracia.
En el caso de Nicaragua, pasó de tener 2 en 2016 a 1 durante los últimos tres años. Llegó a tener 3 entre 2007 y 2018. Honduras ha tenido 1 los últimos años, pero Venezuela ha estado en 1 al menos desde 2006.
En el caso específico de México, aunque las cifras de violencia contra periodistas alertan en el país norteamericano, Repucci resalta que la situación es diferente.
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«México es una situación mixta, pero México tiene una democracia bastante vibrante que permite un debate bastante animado en los medios, hay muchos actores diversos en el espacio de los medios y que contrarresta en cierta instancia el impacto de la violencia», asegura. México se ha mantenido en 2 desde 2006.
Repucci asegura que la región la calificaría como “promedio” al dar una mirada mundial, pero destaca que esto no significa que se encuentre en una buena condición.
«El problema es que hay una combinación no solo de periodistas asesinados, sino también de impunidad para quienes cometen estos asesinatos y, a menudo, esas personas parecen tener vínculos con el gobierno o con la policía local, y esa es parte de la razón por la que están protegidos de las investigaciones realizadas».
Nuevas formas de represión
Según el análisis de Freedom House, líderes antidemocráticos en democracias frágiles han intentado domesticar a los medios de comunicación a través del poder económico, legal y extralegales para silenciar así a los periodistas críticos y reforzar los medios amistosos.
«En algunas de las democracias más influyentes en el mundo, líderes populistas han supervisado un intento concreto de estrangular la independencia de los medios de comunicación», cita Freedom House en su informe.
Específicamente sobre EE.UU., indicó a la VOA que «la libertad de prensa es uno de los pilares fundamentales de la democracia estadounidense, y las protecciones constitucionales en Estados Unidos son más fuertes que en cualquier otro país del mundo”.
Sin embargo, el informe señala el impacto global de la retórica del presidente Donald Trump contra la prensa, pues los periodistas en todo el mundo tienen menos razones para creer que Washington defenderá sus derechos básicos si son violados.
El análisis igualmente señala que si bien la protección legal en EE.UU. para la prensa se mantiene fuerte, los continuos ataques de Trump contra la prensa han exacerbado la erosión de la confianza pública en los medios de comunicación.
China
El Partido Comunista de China ha expandido rápidamente su influencia sobre los canales de producción y difusión de medios en el extranjero. Beijing influye en la cobertura de noticias en todo el mundo al suprimir puntos de vista críticos y administrar sistemas de entrega de contenido importantes.
La falta de confianza en las principales fuentes de noticias, una avalancha de desinformación y la escasez de modelos de negocios sostenibles abaten al sector de los medios de comunicación, sentando las bases para la cooptación de actores políticos malintencionados.
«Si bien las amenazas a la libertad de los medios de comunicación globales son preocupantes en sí mismas, su efecto sobre el estado de la democracia es lo que las hace verdaderamente peligrosas», asegura Sarah Repucci.
Voz de América