Francisco Santos:Un presidente racista y la izquierda callada

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Francisco Santos:Un presidente racista y la izquierda callada

Gustavo Petro ya lo había dejado entrever. El 30 de agosto del 2024, en Nuquí, Chocó, al referirse al presidente de la Corte Suprema, Gerson Chaverra, quien es negro, dijo: “No entiendo por qué los hombres negros pueden ser conservadores”. Muchos pensaron que era un descache, que era una simple equivocación. La verdad, no lo era. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, es racista y lo confirmó cuando le dijo en su consejo de ministros de esta semana al ministro de raza negra, Carlos Rosero: “A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir a un actor porno”.

Lo primero que hay que preguntar: ¿una persona blanca sí le va a poder decir a Petro que hay que excluir a un actor porno? O si vamos a su anterior comentario: ¿un presidente blanco de la Corte Suprema sí puede ser conservador? Con estos dos comentarios, Petro dejó claro que el color de la piel es un indicador de capacidad mental para decidir una opción política, por un lado, o el color de la piel otorga a un ser humano una capacidad para dar una orden o hacerle un comentario a un presidente blanco o mestizo, que finalmente es lo que todos somos.

Dos comentarios más racistas que estos solo se encuentran en una conversación entre dos miembros del Ku Klux Klan, la organización racista más grande de Estados Unidos. En cualquier otro país del mundo, la reacción frente a un comentario como este de un presidente en ejercicio habría sido descarnada y brutal, en especial de los sectores de izquierda, que supuestamente representan la igualdad o la equidad entre los seres humanos y, obviamente, entre las razas. En Colombia solo se escuchó un silencio sepulcral.

El ministro Rosero, obviamente, renunció, ¿no? Nada, silencio total. ¿La vicepresidenta, de raza negra, recriminó fuertemente al presidente por su comentario racista? Tampoco, silencio absoluto. Claro, en el caso de Francia Márquez es entendible un poco más, pues ya Petro y sus secuaces demostraron en innumerables comentarios su actitud racista y misógina contra ella cuando se revelaron los audios del excanciller Álvaro Leyva. ¿Y el excanciller y exembajador en Washington, Luis Gilberto Murillo, de piel negra también, mostró su indignación de manera clara y frontal? Él sí, obviamente; está en campaña y aprovechó de manera muy efectiva este acto racista de Petro para posicionarse. Claro, después de usufructuar durante años las mieles del poder; por eso, cuando Petro insultó al presidente de la Corte, no dijo nada.

¿Se imaginan que Álvaro Uribe hubiera hecho un comentario de ese estilo? Petro con los hoy representantes Gloria Flórez y Alirio Uribe, o el senador Iván Cepeda, para no hablar de la senadora Pizarro o de la influencer De Francisco, se estarían rasgando las vestiduras exigiendo investigación y condena por un crimen racista y rectificación inmediata. Todos callan y su silencio cómplice abre las puertas a más racismo.

¿Se imaginan las caricaturas de Matador sobre el tema? Claro, él tiene su ‘problemita’, pero su odio hacia Uribe y hacia los que piensan distinto a él nunca le ha impedido pronunciarse cuando ha querido. Ahora se le refundió el pincel como a su amigo, el bodeguero pago Matarife, que está más callado que momia egipcia. ¿Petro racista? No nos importa, dicen con su silencio.

Al contrario, con el presidente Uribe creamos en 2008 la Comisión Intersectorial para el Avance de la Población Afrocolombiana, Palenquera y Raizal, que yo lideré. Estuvimos en 18 comunidades negras, a lo largo y ancho de Colombia, mirando sus problemas económicos, políticos y sociales. Además, con expertos evaluamos los temas de discriminación económica, salarial, política y educativa. Luego de todo ese estudio, que duró más de dos años, se expidió el Conpes 3660 de 2010, con el que se crearon medidas de acción afirmativa para equilibrar desbalances económicos obvios y políticas educativas, sociales y económicas a fin de cerrar brechas en la sociedad colombiana con respecto a estas comunidades. El siguiente Gobierno, el de Juan Manuel Santos, debía implementar esas políticas, pero, como venían del Gobierno Uribe, el Conpes se botó a la caneca y no se hizo absolutamente nada.

Conozco a algunos funcionarios del Gobierno y no entiendo cómo no renuncian ante semejante afrenta. Pelan el cobre, como se dice popularmente, y miran al otro lado. La hipocresía de esa izquierda a la que solo le importan los derechos humanos de los suyos o la equidad de los suyos, que deja pasar este incidente racista como si nada, da vergüenza. Así operan y así opera Petro, siempre se salen con la suya.

Lo que viene va a ser peor. Cada vez que mueven la línea ética y no pasa nada, como sucede con este episodio de racismo, van por más. Y el más es quedarse en el poder, vuelvo y repito. Cuando toque, vamos a recordarles a las valientes comunidades negras de Colombia el racismo del presidente, que demostró con la manera como se relacionó con Francia Márquez, por un lado, y con sus declaraciones, por el otro.

Increíble la falta de respuesta de la oposición. Las redes deberían estar inundadas de memes del presidente racista con mensajes claros hacia esos sectores y otros sectores que lo apoyan, o lo apoyaban, y los ha maltratado. No hay quien coordine esa acción. Por eso se sale con la suya.

Un presidente racista y misógino. Eso queda claro. Y esto va para peor.

 

Francisco Santos

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