Una cosa es la pregunta hacia dónde vamos y otra muy distinta es por dónde vamos. No se trata de diferencias semánticas. No. Se trata de diferencias esenciales.
Vamos hacia la liberación y la reconstrucción del país desde sus cimientos. Hacia allá vamos. Una reconstrucción democrática integral, con justicia social y libertad económica.
Vamos por un camino que se fundamenta en la voluntad popular. Es decir, la soberanía nacional ya expresada con una derrota colosal al poder establecido y desconocida con un fraude no menos colosal.
El único responsable de que ese camino se cierre es la hegemonía impuesta a la fuerza. La historia no los absolverá. Como tampoco a sus aliados regionales que son unos farsantes al defender el derecho a la democracia.
Esta es la realidad sin mucho adorno ni mucha palabra. Esa realidad debe tener suficiente fuerza para recuperar la soberanía, reconocer la voluntad popular y reconstruir la patria.