El general Vladimir Padrino dijo hoy que es «muy difícil que haya un Augusto Pinochet agazapado» en Venezuela.
«Muy difícil que haya un Augusto Pinochet agazapado» debido a «la madurez política que han alcanzado no solo los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional (FAN), sino toda la estructura de mandos medios y bajos de nuestra institución», subrayó Padrino.
El jefe del Comando Estratégico Operacional (CEO) de la FAN, añadió que ello imposibilita «cualquier intento de que salga un jefe militar a imponer por la fuerza, por la vía militar, un golpe de Estado en Venezuela».
«Siempre va a haber el riesgo de que se atente contra los intereses de la República», pero al interior de la FAN ello se diluye, prosiguió, «en la medida en que hayan gobiernos que abracen las banderas de la independencia y de la soberanía nacional, que se distancien, que se divorcien de la sumisión a los más poderosos».
Consultado sobre la principal similitud entre el golpe en Chile y el perpetrado en abril de 2002 contra el entonces gobernante venezolano Hugo Chávez, Padrino destacó que ambos fueron alentados «por sectores empresariales».
Sobre las diferencias destacó que Pinochet actuó prácticamente con toda la Fuerza Armada de Chile, en cambio la intentona en Venezuela involucró únicamente a una parte de los altos mandos que, además, «no ejercían el comando de las tropas», lo que selló su suerte.
Tras ese golpe de 2002, que fracasó a los dos días, comenzó, apuntó Padrino, un proceso que ha permitido que en la actualidad «la madurez política de todos los integrantes de la FANB no tenga precedente».
Desde el inicio en 1999 de la gestión de Chávez, quien falleció hace seis meses tras ganar una nueva reelección, la FANB creó «unidades especiales contra la pobreza, contra la desnutrición, contra la miseria», lo que le permitió «juntarla al pueblo», lo que para Padrino constituye otra diferencia entre Venezuela y Chile.
En la actualidad en la FANB existe, sostuvo, «una revolución militar», donde la unidad cívico militar no es solo una realidad «sino una necesidad».
«No podemos solo los militares (…) hacer la defensa de la nación. Es una necesidad que el pueblo se una masivamente a las tareas de defensa de la nación», dijo.
Padrino remarcó que cuando en 2002 se identificó al imperialismo como «la amenaza cierta, no disfrazada», comenzó a ejecutarse lo ordenado en la nueva Constitución, aprobada en referendo en 2000, sobre «una nueva República que obliga a su Fuerza Armada a cambiar su manera de concebir y hacer la defensa de la nación».
Es decir, prosiguió, el golpe de 2002 «puso de manifiesto, más allá de la defensa del proyecto político de mi comandante Chávez, la defensa del Estado con la unidad de civiles y militares», acatando un sistema nacional de defensa integral que «se basa -subrayó- en la concepción estratégica de la guerra popular prolongada».
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