La clave está en el frío, pero también hay otros componentes que pueden hacer que tu rostro se vea más fresco.
Aceite de almendras: para lo mismo, aplicado en el contorno de ojos relaja la zona y reduce la inflamación de los capilares.
Bolsas de té/manzanilla: sumérgelas 10 minutos en agua templada, enfríalas y aplícatelas sobre los ojos dos o tres veces al día. Deben estar frías y, además, resulta que el Té es un anti-inflamatorio natural.
Compresa fría: una compresa mojada en agua fría también puede ayudarnos, aunque en este caso es sólo frío lo que aplicamos.
Hielo: Siguiendo la teoría del frío, que mejor que aplicar el hielo directamente en el rostro. Más que en los ojos, se sabe que puedes pasarlo por todo el rostro y te dará una frescura inesperada.
Cosméticos: si no te queda otra, procura elegir un cosmético que contenga Vitamina K y retinol. Lo de la vitamina K es porque su deficiencia a veces influye en las ojeras y aparte ayuda con la circulación de la zona.
Una cuchara congelada: en la misma línea de aplicar frío, si no quieres preparar nada, una solución rápida consiste en meter una cuchara en el congelador durante 10 o 15 minutos, y después cubrir la zona con ella hasta que la cuchara pierda el frío. Después puedes repetirlo.
Rodajas de pepino: Se trata de cortar rodajas de pepino y ponerte una en cada ojo, dos veces al día durante 20 minutos. ¿Por qué? Pues porque aparte de ser refrescante, alivia los capilares y los desinflama, que es lo que produce el color azulado.
Fuente: Publimetro